En un mundo literario
en el que todo ha de llevar una o varias etiquetas para que el lector sepa
desde primera hora lo que va a encontrar, de vez en cuando aparecen libros
totalmente inclasificables que intentan revolucionar el mercado y las mentes de
los que se atrevan a adentrarse en sus páginas. Este sería el caso de Cuentos, ideas, fragmentos de Juan
Francisco Marín, el volumen breve que también comentaremos en pocas líneas.
Cuentos, ideas, fragmentos
es un libro fiel a su título pues las cuarenta y ocho piezas que vamos a encontrar,
además de una introducción y un prólogo, son precisamente relatos breves, a veces
microrrelatos, textos reflexivos y fragmentos de lo que podrían ser otras
narraciones más extensas.
Es
este un libro donde es difícil distinguir entre el sueño y la vigilia, entre la
pesadilla y la realidad. Escrito con prosa poética, su fin último es, sin duda,
el de remover conciencias, hacer que el lector salga de su zona de confort y se
plantee qué está haciendo en el mundo.
Cuando
te enfrentas a un libro con tantos textos, es difícil hablar de todos ellos.
Para que os hagáis una idea, los de este libro versarían sobre naufragios,
islas lejanas llenas de tribus salvajes, antiguos secretos, mujeres eléctricas,
fotógrafos irreales, telequinesis, viajes en el tiempo, islas misteriosas y
carnavales siniestros, entre otros muchos temas.
Mención
aparte merecen aquellos relatos que nos sumergen en el universo de Albert, LAU
y su tormentosa relación (tema ya tratado en otras obras del mismo autor).
¿Hasta dónde llegaran con la misma?
Cuentos, ideas, fragmentos,
en definitiva, es una original obra de prosa poética donde abunda la emoción,
la reflexión, la fantasía, la ciencia ficción y lo alucinatorio, en general. Un
libro diferente para lectores que buscan algo que espolee sus mentes. ¿Será tu
próxima lectura?
Cristina Monteoliva