jueves, 2 de julio de 2020

Reseña: LA REINA DEL EXILIO, de Herminia Luque.


Título: La reina del exilio
Autora: Herminia Luque
Publica: Edhasa
Páginas: 384
Precio: 19,50 €

La Historia de España está llena de monarcas singulares con vidas públicas y privadas interesantes. Si bien algunos de ellos tuvieron papeles más discretos en su día (haciendo justo lo que se esperaba de ellos), encontramos que otros han pasado a la posteridad por haber protagonizado más de un escándalo o conflicto especialmente llamativo. Sin duda, Isabel II, la mujer que gracias a la derogación de la ley sálica in articulo mortis llegó al poder desde edad temprana, es una de ellos. ¿Y qué mejor para conocer cómo transcurrieron sus últimos años, alejada de España, que una buena novela histórica que, además, nos haga conocer el siglo XIX en España y Francia? Una como La reina del exilio, la obra de Herminia Luque ganadora del Premio Edhasa de Narrativas Históricas 2020. Si quieres saber qué más puede ofrecerte esta historia de historias, ya sabes: continúa leyendo este artículo.
Tras una agitada vida política y sentimental, Isabel II vive su obligado exilio en el Palacio Basilewski o Palacio de Castillo, rodeada de una serie de nobles de confianza que le hacen su resignada estancia en París más agradable. Un día, sin embargo, llega al palacio Julio Uceda de parte de Sagasta con unos documentos comprometidos para la reina. El apuesto caballero aprovechará las sucesivas visitas al Palacio no solo para conocer a toda la camarilla palaciega, sino también para ir acercándose a Otilia, la misteriosa dama de compañía dedicada a leer a la reina exiliada. Pero, ¿qué esconde Otilia? ¿Cómo llegó a estar al servicio de la reina? ¿Y qué importante papel jugará en esta apasionante historia de historias?
Esta novela comienza en 1882, con la reina Isabel II exiliada en París, perfectamente acomodada en el Palacio de Castilla, y su hijo Alfonso XII gobernando una España convulsa en la que unos y otros conspiran para hacer que sus intereses lleguen a materializarse en un futuro más cercano que lejano. En este contexto conoceremos a Julio Uceda, un atractivo y sagaz caballero que llega al Palacio de Castilla portando unos documentos comprometedores para la reina, pero que lejos de convertirse en un enemigo, acabará siendo prácticamente uno más de esa pequeña corte de la que fuera monarca de España ha creado en París.
Isabel II fue reina por derecho propio, pero, como bien vemos en esta obra, su reinado fue mucho más difícil que si hubiera nacido varón. En primer lugar, no fue educada adecuadamente; en segundo, no se le perdonaron ni sus amoríos, como sí se hacía en la época con los de los reyes varones, ni sus decisiones políticas. Si bien en ciertos momentos se nos puede antojar en exceso “campechana”, con el transcurso de la lectura entenderemos sus motivaciones, producto de su escasa educación como del contexto de la época, y llegaremos a cogerle cierto cariño.
Paralelamente a la historia que podríamos identificar como en el presente de la narración, nos encontramos otra que nos transporta a la infancia de Teresa, la que fuera hija ilegítima de un noble, primero obligada a pasar un tiempo con una familia que no la trataba bien, luego ingresada en las Niñas de Leganés, un internado en el que solo tendría el cariño de su amiga Elena, la futura amante de Alfonso XII. Teresa, una chica inteligente y valiente, tendría una vida llena de contratiempos que sapo capear hasta llegar a obtener lo que ella más quería. ¿Cuál es su papel en la trama central de esta obra? La conoceréis cuando su historia y la de la reina exiliada lleguen a encontrarse.
La reina del exilio, en definitiva, es una densa pero a la par que muy accesible novela histórica que nos habla de un tiempo en el que, en post de la modernidad, las grandes ciudades de Europa destruyeron un patrimonio histórico de valor incalculable (palacios, iglesias, muros…); de retorcidas y pícaras intrigas palaciegas; de los sucesos políticos más relevantes del siglo XIX; de los usos y costumbres de una época en la que eran tantos los niños que se abandonaban a su suerte por no poder mantenerlos; de los grandes referentes en la escritura y el pensamiento (Gustavo Adolfo Bécquer, Benito Pérez Galdós, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán)… Pero, sobre todo, es una obra feminista que nos habla de lo injusta que era aquella época para las mujeres, pues tanto si eras reina como si vivías bajo un puente se esperaba de ellas que vivieran para casarse y tener hijos, para ser siempre las sirvientas de alguien, ya fuera un señor o una señora, de un marido o un padre, y de la osadía que suponía para unas cuantas salirse de estas normas. Teniendo esto en cuenta, ¿no podríamos ver a día de hoy a Isabel II y a otras mujeres que aparecen en esta novela con otros ojos? ¿Qué tal si lees La reina del exilio y luego me cuentas? Porque, ¿a qué esperas tú, gran amante de las novelas históricas que dan mucho que pensar, para hacerte con tu ejemplar?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.