martes, 27 de noviembre de 2018

Reseña: TODO CUANTO AMÉ, de Siri Hustvedt.


Título: Todo cuanto amé
Autora: Siri Hustvedt
Traducción: Gian Castelli Gair
Publica: Seix Barral
Páginas: 496
Precio: 20,50 € / 12,99 €

Es imposible hablar de nuestras vidas sin hacerlo también de las que nos rodean. Familiares con los que vivimos un tiempo, compañeros de clase que nos marcaron o amigos íntimos nos acompañan a lo largo de nuestra existencia haciendo de esta algo único, propio de cada uno de nosotros. A veces, sin embargo, esta unión entre personas es tan grande, que se puede escribir la historia de toda una vida, o parte de ella, hablando de esa relación, tal y como le pasa a Leo Hertzberg cuando decide escribir sus memorias. Él es el narrador y uno de los protagonistas de Todo cuanto amé, la fascinante novela de Siri Hudstvedt de la que hoy os vengo a hablar.
Nueva York, 1975. El historiador y profesor universitario Leo Hertzberg descubre por casualidad un cuadro en una galería de arte de un autor que hasta entonces no conocía. El cuadro es, según el pintor, Bill Weschler, no solo el retrato de su modelo, sino también, y sobre todo, el de él mismo. Leo adquiere el cuadro que tanto le intriga (cada vez que lo mira, le parece apreciar una sombra nueva en el lienzo) y pronto traba amistad con Bill, quien casualmente se acaba convirtiendo en su vecino. Sus vidas se verán irremediablemente entrelazadas a lo largo de los años y su amistad no se verá afectada ni por la pérdida de familiares ni por los desengaños que algún miembro de una de las dos familias pueda hacerles vivir. Será mucho tiempo después, y tras el encuentro de unas cartas íntimas que en su día fueron dirigidas a Bill por parte de Violet, la segunda esposa del pinto, cuando Leo se decida a narrar su vida a partir de conocer a su gran amigo.
Leo Hertzberg, el inteligente y entrañable narrador de esta apasionante historia que nos transporta a las últimas décadas del siglo XX en Nueva York, es un profesor universitario e historiador de arte apasionado por el arte contemporáneo. Tras descubrir un cuadro en el que no puede dejar de encontrar diferentes interpretaciones, se hace amigo de su autor, Bill Weschler. Por entonces Leo acaba de empezar su relación con Erica, la que sería la mujer de su vida, y Bill está con Lucille, una poeta crispada y esquiva con la que acabaría rompiendo para unir su vida a Violet, su modelo predilecta. Con el tiempo, los amigos irán teniendo hijos que les darán alegrías, penas y algún que otro disgusto. Ninguna de las situaciones a las que se enfrentarán conseguirá, sin embargo, que Leo, Bill y sus respectivas familias se separen nunca.
Para entender la vida de Leo innegablemente hay que revisar también la de Bill y su familia. Así, a través de los años y de las páginas, conoceremos tanto los acontecimientos fundamentales de la vida de una familia como la de la otra, llegando a comprender que nuestras vidas están ligadas de forma íntima a las de los demás, y que a veces los lazos que nos unen a los amigos son mucho más fuertes que los que lo hacen a familiares consanguíneos.
Esta es una novela de personajes inteligentes con personalidades tan complejas como atractivas. Aunque son muchos los que conoceremos en estas páginas (media vida da para mucho), yo destacaría a los principales, es decir, a Leo, el historiador que asienta la cabeza a una edad tal vez un poco tardía pero que enseguida se acostumbra al matrimonio y a la paternidad; Bill, el artista cuya creatividad no conoce límites; Rachel, la mujer que pierde la serenidad y el norte tras un hecho trágico; Lucille, la poeta que se muestra distante; Violet, la apasionada modelo que con el tiempo se labraría una carrera como investigadora; Matt, el niño que sabía ver más allá de todo y Mark, el joven embaucador que traerá a todos de cabeza.
Los que os animéis con la lectura de este apasionante, inteligente y, en definitiva, maravilloso libro, encontraréis que no solo en él se habla de arte contemporáneo, relaciones amorosas y amistades que se convierten en relaciones familiares, sino también de temas tan interesantes como el tratamiento que hasta no hace tantos años tuvieron las mujeres a las que se acusaba de padecer histeria, la anorexia y otros desórdenes alimentarios desde el punto de vista de los que los padecen (generalmente, mujeres, en el caso de esta historia), las adicciones a las drogas y el daño que pueden hacer a sus familiares y conocidos las personas con personalidades que tienden tanto a la adicción como al engaño.
Todo cuanto amé, en definitiva, es la historia de un hombre que vivió mucho y amó aún más, de todas esas personas a las que quiso, los cuadros y las novelas que le influenciaron y todo lo que, casi al final de una vida, se dio cuenta de que aprendió. Una obra maestra contemporánea que no sé por qué no estáis todos leyendo ya. Hacedlo ahora y amadlo tanto como yo lo amo desde que me adentré en sus páginas.
Cristina Monteoliva



© Cristina Monteoliva.