lunes, 12 de noviembre de 2018

Reseña: CINCO CUENTOS CHINOS, de Jesus A. García Sevilla.


Título: Cinco cuentos chinos
Autor: Jesús A. García Sevilla
Editorial: M.A.R. Editor
Páginas: 236
Precio: 15 €

La relación entre novela, escritor, realidad y ficción siempre ha sido un tema fascinante, en tanto que ahí está el meollo mismo de lo que es narrativa y el asunto fundamental si queremos analizar la necesidad que tiene el ser humano de contar historias. ¿Es la historia un medio para el autor? ¿Es el autor un simple medio para la historia? Tal vez un autor es alguien que sabe ver dónde hay una narración interesante digna de ser contada o quizá un buen autor es el que sabe fascinarnos contándonos casi cualquier cosa. ¿Qué buscamos en las historias que contamos? ¿Entretener? Pero el autor necesita, al fin y al cabo, una historia que pueda hacer suya. Por mucho que busque entretener, ¿no refleja la decisión sobre qué y cómo narrar sus pensamientos sobre la realidad? 
En ese mundo de autores y su búsqueda de historias es donde ha encontrado su profesión Simón Alcántara, uno de los protagonistas e hilo conductor de la novela Cinco cuentos chinos de Jesus A. García Sevilla que hoy os traemos a La Orilla de las Letras. Simón vende ideas a escritores, por lo general, noveles: investiga una historia, se documenta, escribe una buena sinopsis y se la presenta al autor de turno, a quien trata de convencer de que es la mejor para él. Eso hace con Alex Colomer, un novelista de La Palma empeñado en escribir temas locales pero a quien Simón le presenta una tan real como truculenta historia sobre una empresa en Japón que en los años 50 del siglo pasado que, por razones nada claras, sacó una partida de leche infantil envenenada con arsénico, lo que produjo varias muertes además de malformaciones y enfermedades crónicas en miles de niños. 
En los diálogos, en los que Simón y Alex tratan de convencerse mutuamente de sus puntos de vista hasta llegar al cansancio, podemos ver la inseguridad del autor que tiene que decidir si una historia es o no es para él, o en qué parte de la historia o en qué personajes quiere centrarse. A Simón no le gusta la historia de la leche envenenada japonesa repitiendo con insistencia que él quiere temas locales de La Palma para su primera novela. Alex insiste con vehemencia y sigue documentándose. Para Simón, ¿cuál debería ser el tema? ¿Quién el protagonista?  ¿Tachiro Morinaga, el empresario japonés que fundó una pequeña empresa de caramelos y que acabó con una gran empresa, vendiendo leche y camino de santidad? ¿Deberían ser protagonistas los directos responsables del envenenamiento de la leche?  Tal vez Yoyo, que en realidad fue un cabeza de turco que acabó con toda la responsabilidad sobre sus hombros. ¿O tal vez las víctimas del envenenamiento? Todos esos niños que tuvieron que sufrir las consecuencias el resto de su vida. En especial se fija en un superviviente: Akira Tanaka. Después de sufrir el envenenamiento cuando pequeño acabó emigrando a Estados Unidos y trabajando como cuidador de animales que la universidad utiliza para el estudio. Akira destaca por su relación con Leo, un chimpancé de gran inteligencia con el que tiene una profunda amistad y con lo que, de paso, podría hablar sobre los derechos de los animales en centros de laboratorio.  
Alex también ofrece historias a la prima de Simón, Lilit, que también quiere ser escritora. Al igual que un autor puede sentir esa inseguridad al no saber cómo enfocar su historia, otro autor puede verla de una forma totalmente distinta. Lilit busca una historia truculenta. En algunos momentos puede sentir la tentación de abordar la historia de Yoyo, el japonés acusado de haber envenenado la leche y que huyó durante años. Una historia truculenta, como a ella le gustan. O tal vez le podría interesar la condena a guillotina de unas monjas en plena revolución francesa por no renunciar a sus hábitos. Por mucho que Alex esté buscando una truculenta historia para Lilit, más truculenta será la que vivan ellos dos en la realidad a base de gin tonics con cocaína y mucho sexo.
Como podéis comprobar, Jesús A. García Sevilla nos invita en Cinco cuentos chinos a ir atravesando distintas puertas de ficción y a reflexionar sobre  esa relación tan llena de matices que existe entre la realidad y la visión literaria del autor, y en que por mucho que lo intente en el desarrollo de su novela intervienen sus inseguridades, sus creencias y prejucios, el propio ego... Todo influye en la novela que quiere escribir y en lo que al final acabará siendo. Como algo que al principio podría ser una historia puede acabar siendo otra distinta por el enfoque que se le da y cómo puedes seguir los distintos hilos de la realidad sin saber dónde vas a acabar. Una novela interesante para pensar sobre los entresijos de la creación literaria y esa relación entre realidad y ficción que, en especial para los escritores, están separadas por una línea muy delgada. 
Sergio M. Planas


© Sergio M. Planas.