sábado, 11 de agosto de 2018

Reseña: LAS PIERNAS DE LA SIRENA, de Ignacio Beltrán.


Título: Las piernas de la sirena
Autor: Ignacio Beltrán
Publica: Eco eco
Páginas: 282
Precio: 8,95 € / 4 € (versión Kindle)

Aunque pueda dar la sensación, por cómo se tratan las noticas en los medios, de que la inmigración por mar es algo relativamente reciente, lo cierto es que a las costas andaluzas llegan embarcaciones más o menos inestables desde hace ya varias décadas. Primero eran embarcaciones de madera, las pateras y los cayucos, que cargaban, en su mayoría, con personas procedentes de Marruecos. Personas, como las que llegan ahora en lanchas neumáticas, cargadas de sueños, anhelos y esperanzas. Sobre estas personas que vinieron en los años 90 a costas como la gaditana, entre otras cosas, habla precisamente Las piernas de la sirena, la novela de Ignacio Beltrán de la que hoy hablaremos. 
El verano de 1997 llega a su fin para los veraneantes en la zona de Tarifa, no así para los surferos, siempre dispuestos a perseguir las mejores olas con sus tablas, sus caravanas y demás. Tampoco para las pateras, que siguen llegando desde las costas de África trayendo una buena cantidad de sueños: los de todos sus ocupantes. Y menos para Miren, una reportera que tras una baja por depresión ve en el Estrecho de Gibraltar la oportunidad de hacer un buen reportaje y así ganarse el respeto de sus compañeros y jefe. Será en las playas gaditanas donde coincidan Magui, la surfista, Miren, la reportera y Mayuba, la joven rescatada del agua después de caer de una patera. Tres mujeres fuertes y valientes que, tras ir a la deriva en la vida, buscan a lo largo de estas páginas un nuevo rumbo para sus vidas.
Miren es una reportera muy comprometida con su trabajo que acaba de salir de la depresión que le produjo una relación sentimental fallida. De vuelta a Madrid, al trabajo, encuentra que los jefes no están de acuerdo con la forma con que ella quiere exponer los casos de importancia social que investiga. Con la esperanza de ofrecerles a todos un reportaje tan comprometido con los tiempos como bueno a los ojos de los directivos, pone rumbo a las costas gaditanas acompañada de Chimo, el cámara. Lo que encuentre allí no solo le dará la oportunidad de hacer un excelente reportaje, sino que cambiará su vida para siempre.
Magui es la única mujer en un campamento nómada de surferos soñadores, poetas y aficionados a las drogas blandas que se fuman, y que cambian la ubicación de sus caravanas en función de las mareas. Sus amigos son Lucas, el que pueda que se convierta en su nueva y definitiva pareja, Fran, el chico práctico, y Ben, el joven alemán que habla en una extraña jerga mezcla de varios idiomas. Su rutina playera cambia el día en el que rescata a Mayuba, una joven marroquí, de una muerte casi segura. A partir de entonces, no solo cambiará su vida, sino también su forma de pensar en el futuro.
Mayuba es una joven marroquí que tuvo que huir junto a su hermana en patera porque su padre, además de negarse a la relación sentimental que ella mantenía, quería casarla con otro hombre. Una vez en el puerto de salida, a Mayuba y a su hermana les dijeron que podían pagar menos si se subían a una patera cargada hasta los topes de mujeres. Las chicas no supieron ver que el encargado de aquel negocio pretendía llevarlas a España para una vez aquí, explotarlas sexualmente. Tampoco que aquel viaje podría acabar en tragedia.
Las piernas de la sirena, en definitiva, es una novela que nos da a conocer unas costumbres, las de los surferos nómadas, en una época en la que la inmigración masiva desde África llegaba de otra forma; los motivos que llevaban a los inmigrantes a venir entonces por mar, arriesgando sus vidas (prácticamente los mismos que ahora); el abuso por parte de las mafias que les venden los viajes a los desesperados inmigrantes; la trata de mujeres y el trabajo de los reporteros de investigación que, lejos de buscar el sensacionalismo y el éxito inmediato, se empeñan en abrir los ojos de los ciudadanos que puedan ver sus reportajes. Una obra comprometida, por un lado, y ligera y llena de acción, por otro, que está esperando llegar a los lectores como la buena ola a la tabla del sufista.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.