Título: Ninguna mujer ha
pisado la luna
Autor: Kike Parra Veïnat
Publica: Relee
Páginas: 182
Precio: 17 € / 5,95 € (ebook)
Hay títulos que parecen elegidos al azar
por el que publica un libro. Otros, nos resultan atractivos al primer vistazo.
Unos cuantos más, solo cobran sentido para el lector una vez acabada la
lectura. Y luego están aquellos que parecen encerrar un gran misterio que, sin
duda, será algo distinto para cada una de las personas que lean la obra. Dentro
de esta última categoría encuadraría yo el título del libro de Kike Parra
Veïnat que vamos a comentar hoy: Ninguna
mujer ha pisado la luna.
A pesar de que vivimos
en un mundo con prisas, en el que parece que para que algo sea verdaderamente
bueno ha de ser cada vez más breve, especialmente en el campo del relato, nos
encontramos con Ninguna mujer ha pisado
la luna, un volumen compuesto de ocho relatos largos, ocho historias para
leer con calma, mente abierta y ganas de reflexionar mientras nos dejamos
transportar tal vez no a la luna, pero sí a cruceros de final incierto, el
Berlín del día de la caída del muro, la brillante ciudad de Nueva York, la
rutilante urbe de Las Vegas, un búnker reconvertido en refugio para cazadores
pudientes o una idílica casa de campo en verano, entre otros muchos lugares.
El título del libro se
lo cede el quinto de los cuentos, uno de los dos en los que el narrador no cuenta
una experiencia biográfica desde la posición de la primera persona, sino la
aterradora historia de una mujer, inmigrante ilegal para más señas, que ve cómo
tantos unos como otros están dispuestos a abusar de ellas en repetidas
ocasiones. Curiosamente, el tema del abuso sexual es tratado también desde la
perspectiva del narrador omnisciente, al menos parcialmente ya que ciertas
partes del relato están narradas en primera persona, en El cuarto oscuro, una historia en la que conoceremos la parte menos
brillante del mundo de la fotografía de élite, la ambición y los dudosos
valores éticos de dos de sus personajes.
El libro no comienza,
sin embargo, con el relato que le da su título, sino como Trepar a un árbol, saltar las olas, un cuento en el que todo gira
alrededor del naufragio de un crucero, pero también de la relación del
protagonista con su amante y del mismo con su padre. Comprenderemos, después,
al leer La vida de siempre de Markus
Reinmann, la historia de un hombre que ve cómo su vida se desmorona tras la
huida de la Alemania del este de su hijo y la muerte de su mujer, que en este
libro van a primar, entre otras cosas, las relaciones entre padres e hijos,
muchas de las veces, rotas e irrecuperables.
El tercer relato, Si puedes salvarme, es una historia
también de fracaso: el de un actor de doblaje que descubre que el actor
americano al que siempre doblaba, ha muerto justo antes de que él lo conociera.
Al fracaso profesional, al menos desde el punto de vista del actor, se suma el
de su matrimonio, aunque, en esta ocasión, tal vez la relación con su hija no
esté perdida del todo. Otro relato que nos habla, por cierto, de relaciones de
padres e hijos, en este caso, de una hija y su padre, que no está perdida, y en
la que las relaciones sexuales de carácter tortuoso también, como en Si puedes salvarme, están muy presentes,
es el último del volumen: Tantas veces
como amor, una historia muy veraniega que nos hace viajar a la época de
autodescubrimiento de su protagonista durante unas vacaciones en la casa de
campo de su padre.
No solo hay relaciones
de padres e hijos complicadas en este libro: también las hay de pareja, como
vemos en Trepar a un árbol, saltar las
olas, Si puedes salvarme, El cuarto oscuro y El búnker. En El búnker
tenemos la particularidad de encontrarnos con que la otra parte de la pareja,
la amante del protagonista narrador, ya no está viva, por lo que será imposible
recuperar su amor. Lo que sí encontramos por parte de ella es una interesante
carta con una importante confesión, la misma que determinará cómo se sucedan
los hechos durante el fin de semana que nuestro hombre ha de pasar con su
hermano y su sobrino en el búnker para cazadores pudientes de la familia.
De todos los relatos de
este libro sin duda mi favorito es No
existe Lucy, una historia de corte fantástico, o al menos eso me gusta
pensar a mí, en la que vemos a una familia desdichada intentando llegar a un
gobernador americano para que le facilite una vivienda social. Se trata este de
un relato divertido a la par que trágico que nos viene a mostrar una de las
partes oscuras del mundo en el que vivimos. Una historia tan entretenida como
cargada de significado.
Ninguna
mujer ha pisado la luna, en definitiva, es un libro de
cuentos singulares en los que nadie viaja a la luna, pero sí a otros sitios
igualmente interesantes para el lector. Lugares en los que conocer las dudas de
sus personajes, sus miedos, sus faltas y todo aquello que no les permite ser
felices. Es esta una obra sobre relaciones personales, secretos y viajes más
interiores que exteriores con los que estoy segura de que todos los amantes del
buen cuento disfrutaréis, aunque siempre, seguro también, encontrando
significados distintos de los que descubran los otros lectores. ¿Os atreveréis
con este viaje?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.