sábado, 25 de agosto de 2018

Reseña: TODO LO QUE NO TE PUDE DECIR, de Cristina Peri Rossi.


Título: Todo lo que no te pude decir
Autora: Cristina Peri Rossi
Publica: Editorial Menoscuarto
Páginas: 200
Precio: 16,90 €

Nos creemos únicos como especie, el culmen de la creación en La Tierra, cuando en realidad no hay tanto que nos separe de otros animales, como los simios y chimpancés. Estos seres no solo son inteligentes, sino que también tienen sentimientos y nos pueden enseñar bastante sobre el amor, tanto del de los simios como del de los humanos. Eso y mucho más descubrirás si te animas a leer Todo lo que no te pude decir, la nueva novela de Cristina Peri Rossi de la que hoy hablaremos.
El inspector Fonseca tiene un nuevo y extraño caso que resolver: la fuga de dos chimpancés jóvenes del zoo. Los chimpancés, un macho y una hembra, se han fugado para dar rienda suelta a su amor lejos de las jaulas y los cuidadores. Gracias a lo que Suárez, el cuidador de los primates, le cuenta al inspector y lo que este último puede observar del comportamiento de los mismos, acaba por resolver el caso. Lo que no conseguirá el policía será acabar con su terrible soledad, producto de una vida amorosa insatisfecha, como tampoco el resto de personajes de esta novela atípica podrán con sus problemas con el amor incompleto.
Es probable que los que ya hayáis leído este libro no estéis del todo (o nada) de acuerdo con la sinopsis que acabo de plantear. Creo que cualquier otra que me planteéis desde vuestro personal punto de vista me parecerá igualmente válida. ¿Por qué?, os preguntaréis los que aún no conozcáis esta obra. Pues porque Todo lo que no te pude decir es una novela en la que la trama principal se diluye hasta convertirse en algo casi imperceptible entre la multitud de tramas secundarias, todas ellas escritas con el inconfundible e hipnótico estilo de su autora, y relacionadas con el poder de los secretos inconfesables, el amor, las inseguridades y, fundamentalmente, la desazón que existe en una relación amorosa cuando uno de los miembros ejerce poder sobre el otro. Este ser suele ser masculino, lo que nos lleva a pensar la necesidad de la autora de señalar un problema que se da aún hoy en día en todas partes del mundo. Además, pretende hacernos entender que el amor no solo ha de ser cosa de dos, sino también de dos iguales.
Podría decirse de esta que es una novela fragmentaria en la que los personajes se encuentran y desencuentran en un mismo espacio, la ciudad de Barcelona (por lo que todo parece indicar) y en el tiempo, creando, a veces, relaciones efímeras que se convierten casi en amistades, en otras.
Nuestros actores son Fonseca, un inspector de policía maduro y eficiente (aunque algunas situaciones lleguen a desesperarle) que un día descubre que todavía podría darle una oportunidad al amor; Silvia, la prostituta que visita dos veces al mes a Fonseca, una mujer con un tormentoso pasado en Uruguay y un amor llamado Laura; Laura, la novia de Silvia, una mujer que, como ella, ama el mundo de la actuación y todo lo que tenga que ver con el drama amoroso; Suárez, el controvertido cuidador del zoo que traspasa los límites y luego no sabe cómo enmendar sus errores; Claudia, la novia enfermera de Suárez, totalmente ajena a los anhelos de Suárez hasta que es demasiado tarde; y Mauricio, un hombre que, a pesar de los años pasados, no se resigna a la pérdida.
¿Qué papel juegan los chimpancés de los que hablaba al principio de esta reseña? Uno bastante importante, pues ayudaran a varios personajes no solo a descubrir la verdad sobre el amor, sino también lo solos que en realidad están en el mundo.
Todo lo que no te pude decir, en definitiva, es una novela poco común sobre los secretos, el amor, la infelicidad y las relaciones desequilibradas en el que al final la rebeldía vence, los secretos salen a la luz y las almas solitarias encuentran, al menos en parte, un camino. Un libro para todos los amantes de lo extraño que invita a la reflexión. Una obra singular que espera a que todos los que buscáis algo distinto la descubráis.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.