La mayoría de ellos,
además de darnos la vida y criarnos, se aseguran de que tengamos un porvenir. Somos
el motivo de sus desvelos, de todas sus preocupaciones. ¿Y qué hacemos nosotros
por nuestros padres? Creo que, en demasiadas ocasiones, no lo suficiente.
Incluso a veces llegamos a juzgarles sin atendernos a razones, pienso tras la
lectura de Mamá, la nueva novela de
Edmundo Díaz Conde de la que os hablaré a continuación.
Mary
es una modista de renombre en Orense en los años ochenta del siglo pasado. Casada
con un guardiacivil de nombre Pegerto y con un hijo, Edmundo, lo que más desea
en la vida es convertirse en una gran diseñadora. Un buen día, cuando Edmundo
es un adolescente, descubre unas cartas que un escritor famoso le mandó a su
madre. El chico está convencido de que Mary le ha sido infiel a su padre. La idea
le obsesiona tanto, que hasta consigue separarle de su progenitora. Será mucho
tiempo después cuando Edmundo, ya convertido en escritor consagrado, se decida
a averiguar la verdad hablando con el autor de las misivas.
Hasta
no hace mucho tiempo, no había tantos oficios que una mujer pudiera ejercer
para ganarse un sueldo fuera de casa. O dentro, según se mire. Porque las
modistas y costureras solían tener sus talleres en el mismo hogar. Al tiempo
que atendían la casa, al marido y los hijos, bordaban ajuares o cosían vestidos
y faldas para aquellas que no tenían buena mano con la aguja y el hilo. A veces,
incluso, tenían a su cargo a varias aprendizas que, con un poco de suerte,
acabarían también cosiendo para la calle.
Mary,
la madre del narrador y protagonista de esta novela con tintes autobiográficos,
era una modista de muy buena reputación en Orense en los años 80 del siglo XX.
La ambición no le faltaba: su sueño era convertirse en un verdadero icono de la
alta costura. Para ello, tuvo que ir a Barcelona para mejorar sus técnicas. Allí,
supondrá su hijo, conocería al señor Negro, pseudónimo con el que firma un
escritor de éxito: el hombre que habría seducido a la modista.
Edmundo
quiso ser escritor desde siempre. En esta novela, le veremos como un niño
aburrido, un joven despierto y, más tarde, un hombre decidido a estudiar
derecho solo por tener un título. Criado amorosamente por sus padres y su abuela
materna, Edmundo puede que tenga una visión del mundo un tanto limitada, lo que
le haría tener ciertos pensamientos. Estos le llevarán a juzgar a su madre y,
al final, a separarse de ella durante casi toda la vida.
Mamá es una historia
escrita con mimo y sensibilidad, una novela llena de momentos dramáticos y
divertidos y hechos que se nos hacen totalmente verosímiles. ¿Lo son todos en
realidad? No creo que eso importe, pues el conjunto, como acabo de decir, lo
parece.
Creo
que a un buen libro hay que pedirle dos cosas: que nos entretenga mientras lo
estamos leyendo y que nos haga reflexionar cuando acabemos con la lectura. Mamá,
por su parte, nos invita a pensar en varios temas: las relaciones
paterno-filiales, los sueños de los padres frente a los de los hijos y, sobre
todo, el por qué los hijos juzgamos tan duramente a los padres, en numerosas
ocasiones, sin tener en cuenta factores que se nos escapan. Tengamos en cuenta
que no somos eternos, y que el tiempo que pasamos junto a los nuestros, es
inestimable. ¿De verdad merece la pena enfadarse con alguien a quien quieres
para siempre?
Mamá,
en definitiva, es una historia tan tierna como dura que nos habla de modistas,
escritores, sueños rotos y relaciones echadas a perder por pura obcecación. Una
novela autobiográfica profunda y sincera que nos viene a demostrar que a veces,
por mucho amor que haya de por medio, las personas acaban separándose
incomprensiblemente durante años. Leamos esta obra y aprendamos de ella. ´
Cristina Monteoliva