jueves, 27 de octubre de 2022

Reseña: REBECA, de Daphne Du Murier.

 

No debe de ser fácil casarse con un hombre viudo cuya primera esposa irradiaba una luz especial. Las dudas que pueden surgir al respecto pueden ser bastantes y variadas: ¿seguiría amando el marido a la primera esposa? ¿Y qué tendría que decir el entorno? ¿Se acabarían acostumbrando todos a la segunda mujer? No se me ocurre mejor manera para contestar a estas preguntas que hablaros de Rebeca, la gran novela de Daphne de Maurier, todo un clásico del siglo XX.

Nuestra protagonista es una joven de veintiún años que trabaja como dama de compañía para una mujer tan acaudalada como insoportable. Estando ambas en Montecarlo, nuestra joven conoce a Maxim De Winter, un caballero de cuarenta y dos años, viudo reciente. Tras una breve amistad, nuestra chica y De Winter se casan. Una vez acabada la idílica luna de miel en Italia, los recién casados emprenderán el camino hacia la mansión de él, Manderley, en la costa de Cornualles. Manderley y el terreno circundante son lugares preciosos y luminosos, aunque pronto nuestra muchacha encuentra algo que intenta hacerle sombra a todo y a todos, especialmente a ella: Rebeca, la primera mujer de Maxim. ¿Qué gran misterio se cierne sobre su fantasma?

Esta es la historia de una joven que se enamora de un hombre viudo, llega a su inmensa cada e intenta sobrevivir al fantasma de la primera mujer. Como en toda gran historia, aquí no todo es lo que parece, y ni nuestra chica, de la que no sabremos nunca el nombre, es tan insignificante como ella quiere hacernos creer buena parte de la historia, ni puede que Rebeca fuera tan magnífica como todos creen. La cuestión es: ¿qué pasó realmente con ella? Y, ¿conseguirán nuestra chica y su marido ser felices, a pesar de todo?

La narración comienza anticipando el final: la joven sueña que vuelve a Manderley. Pero eso no es posible. Para que lo entendamos, tendrá que contarnos toda su historia desde que fuera dama de compañía en Montecarlo hasta que el gran misterio de esta obra se desvela.

Nuestra chica ha de evolucionar para sobrevivir, ha de dejar de ser esa niña inocente para convertirse en un ser tan descarnado como su verdadera oponente: la bella e inteligente Rebeca. El cambio resulta realmente fascinante. ¿Hasta ese punto se puede llegar por amor? Leed y pensad en ello por vosotros mismos.

Como contrapunto a nuestra joven tenemos a Maxim, un viudo que vuelve a casarse, y un hombre sin duda interesante. Su humor cambiante mantiene a los lectores intrigados hasta que se descubre el porqué de su comportamiento. La cuestión es: ¿quiere de verdad a nuestra joven o se casó con ella por otros personajes.

De todos los personajes secundarios, el que más destaca es el de la señora Danvers, una siniestra ama de llaves obsesionada con su antigua ama. Desde luego, con ella viviremos los momentos más espeluznantes. ¿Hasta dónde será capaz de llegar por su lealtad a la difunta?  

Por último, pero no menos importante, nos fijaremos en la figura de la enigmática Rebeca, una mujer a la que todos admiraban por su belleza, su inteligencia y su valía. Una mujer capaz de imponerse incluso después de muerta. ¿Quién era en realidad? ¿Se marchará alguna vez su tedioso fantasma de la mansión?

Y, de fondo, siempre Manderley, el lugar preciado por todos, una verdadera joya que yo pensaba que sería una mansión oscura, pero resulta todo lo contrario. ¿Qué papel juega la casa en esta historia? Lo siento, pero es algo que tampoco os puedo adelantar pues no quiero fastidiaros la lectura de esta enigmática obra.

Rebeca, en definitiva, es una inmensa novela de intriga con cierto toque de terror psicológico que nos hace adentrarnos en la vida de una mansión habitada por la sombra de una carismática fallecida, un matrimonio en el que los cónyuges apenas se conocen, y son de generaciones muy distintas, y un tremendo misterio que, al desvelarse, cambiará para siempre la vida de todos los que alguna vez conocieron a la increíble Rebeca. Una lectura tan malvada como maravillosa que hará las delicias de todos los que disfrutáis descubriendo buenos clásicos. Y tú, ¿a qué esperas para viajar a Manderley y conocer a la verdadera Rebeca?

Cristina Monteoliva