La escritora iraní Parinoush Saniee (1949) ha estado en España estos días a fin de presentar su libro Los que se van y los que se quedan. Saniee tuvo que marcharse de Irán en los años de la revolución de los ayatollah en 1979. Sus libros reflejan las consecuencias de esa época. Ahora que desgraciadamente la situación de Irán ha vuelto a las portadas mundiales con la cadena de manifestaciones que las propias mujeres iraníes están organizando, es un buen momento para entablar conversación con la autora, con el trasfondo también de su libro, en donde la relación entre los que se marcharon de Irán y los que se quedaron está muy presente.
Alianza editorial organizó el pasado jueves 6 de octubre un pequeño encuentro con la autora en un restaurante persa que sirvió de contrapunto para degustar y hablar de Irán.
@Pilar Ibáñez y Luis Vea García.
Una de las cosas que llama la atención es que precisamente se
produzca la publicación de Los que se van
y los que se quedan en este delicado momento. Pero la autora nos confirma
que es puramente casual dado que inicialmente había salido en francés y que a
partir de la traducción francesa del farsí se han realizado el resto de
traducciones europeas porque la novela realmente se escribió hace catorce años.
Saniee esperaba la autorización del gobierno iraní para la publicación en este
país. Viendo que esto era imposible
decidió hacerlo en Europa. Sabe que se enfrenta a las consecuencias. Pero sin
miedo nos dice que “ha aprendido a manejar la situación”.
En la conversación sobre la obra y sobre el momento que vive su país se plantea una doble vertiente. Por un lado, interna, de la relación de los iraníes exiliados con los iraníes que se quedaron. Por el otro, la relación de Occidente con Irán.
@Pilar Ibáñez y Luis Vea García.
Saniee tiene claro que “muchos de los problemas de
Irán han sido provocados por Occidente” pero no rehuye hablar de las
famosas Guardianas de la Revolución. Para explicar el papel de estas mujeres
dice que: “hay muchas mujeres que han sido castigadas por el régimen, muchas
de ellas desde pequeñas. Psicológicamente unas han elegido infligir los
castigos que sufrieron a otras mujeres. Las menos han optado por culpar a quien
corresponde”. Una frase o proverbio iraní lo expresa: “el bastón de
la profesora es una flor”. Explica la crueldad sufrida ya desde niñas.
Sobre el contenido del libro, Parinoush Saniee distingue la
postura de los mayores y de los jóvenes ante la revolución conservadora sufrida
en su país. Mientras que los adultos se reencuentran en felicidad y poco a poco
van sacando sus cicatrices que terminan por separarles, los jóvenes afrontan
inicialmente con frialdad las diferencias entre los que se quedaron y los que
se fueron. Pero finalmente logran acercarse porque son niños.
La autora confiesa que “no tiene sensación personal de vivir un exilio” a pesar de que ella está afincada en EEUU y que hace muchos años que abandonó Irán. Va y viene”.
@Pilar Ibáñez y Luis Vea García.
Sobre el futuro no tiene confianza en la intervención de los
gobiernos extranjeros: “Si algo
podían hacer ya han tenido tiempo”. Confía más en las personas como individuos. Confía en las mujeres,
en las que ahora se están manifestando en Irán, y también en las que puedan
hacerlo en Occidente. Cree más en un cambio tranquilo de las costumbres poco a
poco que en una intervención exterior que nunca se ha producido.
En el libro aparecen todas estas contradicciones internas y
externas en los personajes. Unos y otros sacan a relucir sus diferencias y
prejuicios. El exilio, la migración y el desarraigo son algunos de los temas
que aparecen en Los que se van y los que
se quedan. Tiempo habrá de comentar el libro con tranquilidad. Valgan estas
palabras de anticipo para leer a Parinoush Saniee, palabras pronunciadas
mientras podíamos disfrutar de la rica gastronomía persa.
Luis Vea García