Las palabras llaman al
escritor cuando este pasea por la calle. No es de extrañar que le susurren al
oído cuando no se encuentre ante el ordenador. Piden ser plasmadas sobre el papel,
transmitir pensamientos, recuerdos, anhelos: historias. En esto pienso tras la
lectura de Soñando palabras, el
personalísimo libro de narrativa breve de Alicia Martín López del que
hablaremos en esta reseña.
Soñando palabras
es un libro compuesto por veintiún relatos y cuarenta y un microrrelatos, todos ellos de temática
variable (si bien, como veremos a continuación, podemos encontrar temas comunes
en ellos), títulos breves (a veces, solo de una palabra) y una prosa poética
que, sin duda, hemos de decir que es la característica más fuerte de los textos
de Alicia Martín López.
El
libro comienza con Sombra, una
historia en la que un hombre se siente culpable por la muerte de su amada. Se trata
este de un relato de espíritus que nos recordará bastante a las leyendas de
Gustavo Adolfo Bécquer, y que tanto tendrá que ver, puesto que en ellos también
aparecen espíritus errantes y personas que han de descifrar sus enigmas, con
otros relatos de este volumen, como El
misterio del Charlotte, El caminante y Renacido.
Estos cuentos, además, son historias de aventura que mantendrán con la intriga
hasta el final al lector.
Los
accidentes suelen dar muchos quebraderos de cabeza. A veces, como vemos en las
historias anteriores, acaban con un fantasma de por medio. Otras veces, nos
regalan músicas y sueños evocadores, como vemos en Melodía.
Los
regalos son importantes, como vemos en precisamente Regalo, un cuento sobre la vejez y los recuerdos, o en El manzano, que nos presenta un cuento
dentro de otro.
Los
recuerdos nos ayudan a conectar con el pasado, como vemos en Regalo y Recuerdos.
La
aventura en el desierto está garantizada en el relato El sabio. ¿Pero que queréis más aventura todavía? No dejéis de leer
El libro, una historia sobre un libro
mágico; Cantos a la vida, un cuento
sobre una isla donde se reúnen los pájaros;
Inspiración, un relato que transcurre en el campo; y Auretaunin, un cuento histórico y fantástico.
Sol es una
interesante oda al astro rey.
Veinticuatro de diciembre
nos habla de un nacimiento que no es el de Jesús.
El rugido
es una historia de unas niñas que viven sus propios cuentos.
En
Retorno encontraremos señales de que
todo saldrá bien.
El patio
es un complejo relato metafórico que os dará mucho que pensar.
La llamada
es un relato de misteriosas llamadas.
Y
En un instante es un relato de crepúsculos
evocados.
La
prosa se vuelve aún más poética cuando llegamos a los microrrelatos, piezas
especialmente breves de temática a veces oscura, a veces no tanto, que nos
invitan a pasar la noche en vela, escuchar a los lobos, viajar con los
recuerdos, ponernos especialmente románticos, entretejer sombras, disfrutar del
momento, adentrarnos en el bosque, sentirnos como autómatas, vivir en deshielo,
emprender un interesante peregrinaje, admirar La Alhambra, sentir la lluvia o
vivir un inesperado encuentro, entre otras muchas más cosas.
He
dicho al principio de este artículo que este es un libro muy personal de Alicia
Martín López. Creo que por eso la autora se siente en la necesidad de explicarnos
sus textos de vez en cuando a través de notas a pie de página. Yo, como
lectora, sin embargo, me he dejado llevar por la lectura de este libro tan
nostálgico como esperanzador; tan anclado en el pasado como con miras al futuro;
tan obsesionado con la muerte como aferrado a la vida. Y es que ya sabemos que
todo libro, una vez que sale de imprenta y llega a los lectores, pertenece a
cada uno de ellos. Mi interpretación de este libro, por tanto, puede distar
mucho de la que la autora haga de él. También de la que tú, amigo de La Orilla
de las Letras, hagas de estos textos. Es por ello que te invito a adentrarte en
Soñando palabras para que vivas por
ti mismo la experiencia de sentir estas historias, de vivirlas, de razonarlas,
de encontrar tus propios significados. ¿A qué esperas para dejar que tu
imaginación vuele con estas palabras soñadas?
Cristina Monteoliva