Lo que nos preocupa y
lo que no. Somos capaces de dejar que el mundo se queme mientras pensamos en
nuestros asuntos. Pero, ¿no pasa a veces que algo arde también en nuestro
interior? ¿Cómo apagar esas llamas?, me pregunto tras la lectura de La representación, la interesante novela
de Claire Thomas de la que hablaremos a continuación.
Margot
es una profesora de literatura universitaria sin ganas ni de jubilarse ni de
lidiar con un marido que la maltrata secretamente; Ivy es una millonaria
filántropa de mediana edad que, tras perder a su primer hijo años atrás, tiene
un segundo, lo que la llena de dudas y recelos; y Summer, una estudiante de
interpretación preocupada por la familia de su novia, atrapada en uno de los
incendios que amenaza los alrededores de Melbourne en esta calurosa noche de
verano, y que trabaja como acomodadora del teatro en el que estas tres mujeres
tan dispares van a encontrarse. La obra que se representa es Los días felices de Samuel Becket, una
inquietante pieza que dará mucho que pensar a nuestras protagonistas. La
cuestión es: ¿conseguirá alguien apagar el fuego que se acerca cada vez más? ¿Y
qué pasa con el fuego que arde en el interior de nuestras mujeres?
Todo
está preparado para la representación de la obra: los actores en el escenario,
los espectadores en sus butacas y los acomodadores en sus puestos en la sala.
Algunos espectadores prestan atención plena a lo que pasa en el escenario.
Otros, sin embargo, tienen demasiado en la mente como para estar pendientes
todo el rato. ¿Y qué me decís de los acomodadores? Ellos sí que tienen tiempo
de pensar en sus cosas.
Margot
es una profesora a punto de jubilarse con un marido al que detesta por un buen
número de razones. Ivy, una mujer de mediana edad que tanto la muerte de su
primer hijo como la llegada de una gratificante herencia cambiaron su vida.
Summer, una joven aspirante a actriz muy ligada a una novia cuya familia se
encuentra en peligro por culpa del fuego, cada vez más cerca de todo.
Nos
encontramos ante una novela de tres mujeres que piensan en su pasado, su
presente y su futuro. Las tres tienen heridas en el alma, hechos del pasado que
afrontar, sinsabores en su presente y, sin embargo, esperanzas en el futuro.
Las tres, de alguna manera, como veremos en la narración, están relacionadas. Y
las tres, como también descubriremos, deberán descubrir qué hacer con sus
vidas.
Existe
un claro paralelismo entre la obra que se representa en este teatro, Los días felices, y las vidas de
nuestras protagonistas. En esta obra, nos encontramos con una mujer atrapada en
un montículo de tierra. Nuestras tres mujeres, como veremos, también están de alguna
manera atrapadas.
El
fuego es una amenaza externa que nos recuerda los problemas medioambientales
con los que lidiamos actualmente. También una amenaza interna, pues dentro de
cada una de nuestras chicas hay un fuego. Una poderosa llama que no sabemos si
queremos que se extinga o que arrase con todo.
La representación,
en definitiva, es una original obra sobre tres mujeres dispares con las que el
lector podrá empatizar fácilmente. Una novela sobre lo difícil que es ser mujer
a cualquier edad y sea cual sea tu situación económica y social. Una historia
rica y enriquecedora que está esperando a que la descubras.
Cristina Monteoliva