lunes, 20 de abril de 2020

Entrevista: MARÍA DOLORES GARCÍA PASTOR (II)


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,


El mes de abril sigue su curso y, aunque siempre hay que vivir el momento, pues solo tenemos una vida, todos deseamos que por una vez el tiempo pase rápido para vernos pronto en las calles y fuera de peligro.
Hagamos el confinamiento más llevadero con buenas lecturas y lo que nos pueden aportar sus autores. O autoras, como María Dolores García Pastor.
Esta no es la primera vez que la entrevistamos, pero por si os perdisteis la anterior, volvemos a comentaros que María Dolores García Pastor es licenciada en Ciencias de la Información por la UAB. En el mundo literario, ha colaborado recomendando libros en diferentes medios (Onda Cero, La tormenta en un vaso, La Biblioteca Imaginaria…) y ha publicado los libros El susurro de los árboles (Fundación Drac, 2008), El Café de la Luna (Alrevés, 2012) y El domador de lagartijas (Palabras de Agua, 2018). Además, ha participado en libros colectivos como  Relatos de Mujeres Viajeras (Casiopea Ediciones, 2011), Sonrisa de Gato (Jirones de Azul, 2009), Scream Cielo Abierto, alto al trabajo infantil (SM, 2009), Sorbo de letras (Gobierno de La Rioja, 2010) y Más cuentos para sonreír (Hipálage, 2009). También sus relatos han aparecido en revistas como Parteaguas (México), Contemporary Literary Orizont (Rumanía) y BCN-Week (España). En el terreno de los concursos, resultó ganadora de los Premios YoEscribo.com de Novela en su edición 2008, del Concurs de Relats Breus de Dones “Paraules d’Adriana” en sus ediciones 2014 y 2016, del Certamen de Escritura Scream “Cielo Abierto” en sus ediciones 2008 y 2009 y del Concurso Literario La Rosa de Barcelona en el año 2006, además de ser finalista o mención especial en numerosos certámenes.
Y dicho esto, aquí os dejo por fin con las palabras de María Dolores:

¿Qué lectura nos recomendarías para estos días?
Cualquier cosa que nos apetezca, cualquier cosa que nos ayude a evadirnos y a salir por un rato, aunque sea con la imaginación, de esta situación extraña. Si hablamos de libros concretos: El viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda es siempre un acierto, y estos días también un pequeño homenaje a su autor recientemente fallecido; Momo de Michael Ende; La ladrona de libros de Markus Zusak; La insoportable levedad del ser de Kundera; Bichos y demás parientes de Gerald  Durrell; La Biblia de neón de John Kennedy Toole; cualquiera de la saga de Harry Potter... Pero párame que la lista podría ser interminable.

¿Y qué libro no recomendarías leer ahora (o puede que nunca)?
Para poder apreciar los buenos libros también hay que leer libros malos y para emitir un juicio hay que haber leído el libro. En todo caso, si no nos gusta siempre podemos cerrarlo y coger otro. También hay libros que en determinado momento no hay manera y luego los retomas y te gustan un montón. En cualquier caso, no suelo recordar los que no recomendaría. Todo este rollo para decir que ahora mismo no se me ocurre ninguno que no recomendaría. Mejor en positivo siempre.

¿Ha cambiado tu rutina de trabajo como escritora el confinamiento?
He intentado mantenerla dentro de lo posible porque la rutina me ayuda a mantener la cabeza en su sitio, me da seguridad; soy persona de rutinas porque este oficio, de alguna manera, lo exige. Eso sí, he tenido que aprender a gestionar la inusual actividad que hay en la casa. Yo soy como los gatos: ando un poco inquieta porque me ha invadido el espacio, pero lo llevo bien. Como escritora paso bastante tiempo de mi vida “confinada” así que, hasta cierto punto, para mí es algo más o menos normal.

© María Dolores García Pastor.

Tu última novela publicada, El domador de lagartijas (obra de la que hablamos anteriormente en La Orilla de las Letras), se ha convertido en una obra bastante popular que no solo se ha reeditado, sino que te ha llevado a ferias del libro, a dar charlas en clubs de lecturas, etc. ¿Cómo has llevado esta buena acogida? Es decir: ¿te ha sorprendido o lo esperabas desde el principio?
A veces pienso que El domador de lagartijas es lo mejor que he escrito hasta la fecha; pero una no puede ser objetiva consigo misma ni esperar que los demás piensen como ella. Es un proyecto muy personal basado en  recuerdos familiares y le tengo un cariño especial así que, supongo que es normal que piense que me quedó bastante bonito. Pero, sinceramente, también soy un poco insegura y tenía mis dudas y, por supuesto, nunca imaginé que gustaría tantísimo y que llegaría a la cuarta edición. Me ha dado enormes alegrías y muchos lectores maravillosos. Tras El Café de la Luna, y la mala experiencia editorial, pasé seis años sin publicar y sin ganas de intentarlo. Después de leer El domador de lagartijas, los lectores quieren leer más libros míos. No solo los he recuperado, sino que he ganado muchos nuevos que redescubren mis otros libros. La verdad es que es una maravilla.

Tu nueva novela, que se publicará en breve, lleva escrita desde 2014. ¿Por qué ha tardado tanto en viajar a imprenta?
Básicamente por lo que te comentaba. La mala experiencia editorial de El Café de la Luna me dejó muy tocada anímicamente. Seguí escribiendo, porque no sé dejar de hacerlo, pero estaba muy desilusionada con el mundo editorial. De tal manera que los proyectos acabados se quedaban en el ordenador, como mucho se los daba a leer a mi pareja. Los editores de Palabras de Agua, mi actual editorial, me dieron mucha confianza y me trataron genial, algo a lo que no estaba acostumbrada. Recuerdo una conversación en la que, textualmente, me preguntaban cómo era posible que, “escribiendo como escribo”, no hubiera publicado nada nuevo desde 2012. Que me valoraran me dio ánimos, me hizo creer de nuevo en mí y entonces pensé que, tal vez, les gustara esa otra novela que seguía en una carpeta del ordenador.
Ahora, a causa de la pandemia que estamos viviendo, la novela se ha quedado a las puertas de la imprenta, debería estar ya en las librerías, pero el mundo se ha parado, así que se hará esperar como todo en estos momentos.

Puesto que la obra aún no ha salido a la venta y queremos mantener altas las expectativas de los futuros lectores, no diremos su título, pero, ¿podemos decir que gira alrededor del mundo egipcio, uno de los temas que sabemos que más te apasionan?
Sí, la Egiptología es uno de mis temas preferidos, desde que era pequeña. Con nueve o diez años ya me compraba libros sobre el tema. El Antiguo Egipto me empezó a fascinar de la mano de las grandes producciones de los años dorados de Hollywood. Y, poco a poco, fui profundizando y descubriendo una cultura fascinante, tanto que he hecho varios cursos universitarios sobre la materia. Siempre había querido escribir algo sobre el tema y, al acabar uno de esos cursos, pensé que había llegado el momento.

© María Dolores García Pastor.

¿Hay algo más que puedas contarnos sobre esta obra?
Es una novela que viaja al pasado pero también se desarrolla en el presente. Las protagonistas son una arqueóloga y una misteriosa caja y su contenido. La parte que llevará al lector al pasado transcurre en el Egipto de los grandes descubrimientos arqueológicos, también el de los saqueos y los expolios. Es una novela de misterios y crímenes, me lo pasé genial escribiéndola.

¿Crees que esta nueva novela guarda algo en común con El domador de lagartijas?
Nada en absoluto. Es algo totalmente diferente a lo que había publicado hasta ahora. Para mí la escritura tiene mucho de aprendizaje y me pongo a prueba adentrándome en géneros por los que nunca he transitado. Básicamente cuento historias que me apetece contar y eso me lleva a moverme en géneros dispares, en este caso el terror, mi primera vez.

¿Qué esperas que los futuros lectores encuentren en esta nueva obra tuya?
Espero que encuentren lo que yo busco en un libro: que pasen un buen rato y que les quede un buen sabor de boca. Espero que se lo pasen tan bien leyéndola como me lo pasé yo escribiéndola.

Esta primavera nos hemos quedado sin ferias del libro, sin presentaciones y, obviamente, sin montones de lanzamientos literarios que estaban previstos para los meses de marzo, abril y mayo. Tu nueva novela también tendría que estar ya en librerías o a punto de llegar. ¿Cómo llevas este revés?
Lo llevo bien. Con los años he aprendido a ser paciente y, como escritora, también he aprendido a sobrellevar los golpes y las trampas que encuentras por el camino. Proyectos que no se materializan, negativas, editores que no te valoran ni respaldan tu obra... De todo un poco. Este año me he quedado con la novela a punto de entrar en la imprenta y una antología de relatos que debía estar lista para Sant Jordi pero, de momento, se ha aplazado. Me da un poco de pena, sí, pero hago lo que siempre hago ante los reveses: seguir escribiendo. Espero que todo se materialice cuando esto haya pasado y vuelva la normalidad. En cualquier caso lo importante es seguir aquí con salud y todos nuestro seres queridos, el resto ya llegará.

¿Crees que el confinamiento nos cambiará a escritores y lectores cuando todo acabe?
Creo que lo que está pasando cambiará el mundo en general. Está claro que habrá un antes y un después del coronavirus, estamos ante un cambio de época, pero no me atrevo a decir en qué manera nos cambiará. Espero que aprendamos algo de todo esto, pero vistos algunos comportamientos de las últimas semanas, no sé qué creer.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Durante los últimos meses he puesto punto y final a La otra cara de la Luna, la segunda parte de El Café de la Luna. Eran muchos los lectores que se habían quedado con ganas de más y, aunque es un reto importante porque puedes no cumplir expectativas, no estar a la altura de la primera parte, al final pensé que se lo debía.
Por otro lado, en uno de los clubs de lectura de El domador de lagartijas una lectora me dijo que le apetecía mucho saber más de uno de sus personajes secundarios, la Úrsula. Me pareció muy buen idea, pero no fue hasta el verano pasado, cuando encontré una camada de gatitos recién nacidos abandonados en la calle, que me puse a darle vueltas a la historia. Ya sabes que una parte importante del proceso de escritura transcurre dentro de la cabeza del escritor. En noviembre del año pasado empecé a trabajar en ese nuevo proyecto mientras dejaba macerar el anterior. Estos días he estado trabajando en ambos, cada uno en la fase en la que se encuentra. Y seguro que me dejo algo, en la cabeza siempre tenemos proyectos que algún día queremos materializar, si no mala cosa.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar con esta entrevista?
Me gustaría animar a la gente a que lea, a que descubra y disfrute de todo lo que nos pueden dar los libros. Y agradecerte, como siempre, que pienses en mí para pasear por tu orilla.

Muchas gracias a ti, María Dolores, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperemos que pronto tu nueva novela pueda ver la luz y esta te traiga tanto éxito como la anterior.
Y a vosotros, amigos lectores, como siempre, gracias por estar al otro lado de la pantalla, también en los tiempos difíciles.

Cristina Monteoliva