martes, 7 de abril de 2020

Entrevista: JOSÉ LUIS ROMERO CAMPILLOS.


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

la pandemia de este 2020 avanza en el mundo, pero no nos detenemos. El virus nos está robando la primavera, no así las ganas de leer y dar a conocer tanto los libros como a sus autores. Autores como José Luis Romero Campillos, nuestro entrevistado de hoy.
José Luis Romero Campillos es licenciado en Psicología y escritor de relato y novela de los géneros gótico y terror. Si bien también ha publicado un libro de relatos, Fantasmagoría, hablamos con él, entre otros temas en esta entrevista, sobre su novela corta vampírica de título Lágrimas de una eternidad carmesí. 
Dicho esto, os dejamos ya con las palabras del autor:

¿Cuándo comenzaste a escribir?
Hola, Cristina.
Pues no podría señalar con exactitud cuál fue el momento en el que empecé a escribir, pero sí te puedo contar que, de pequeño, con unos diez u once años de edad, elaboraba una especie de cuadernillos recortando hojas de las libretas del colegio que grapaba posteriormente y en las que dibujaba los personajes de una serie de animación muy famosa en aquella época creando nuevas historias en base a dichos personajes. Después, durante la adolescencia, escribí algún relato fantástico sin ninguna trascendencia, incursionando ya en el ámbito del terror. Fue años más tarde, en un momento de mi vida en el que trabajaba a media jornada y en el que, por tanto, disponía de más tiempo libre cuando empecé a retomar esa afición que desde siempre ha latido en mi interior, dando lugar a un conjunto de textos que se mueven a caballo entre el gótico y el terror y que fueron recopilados en un libro de relatos titulado “Fantasmagoría” (previo a “Lágrimas de una eternidad carmesí”), autopublicado en la plataforma de impresión bajo demanda “Bubok”, y posteriormente también a través de la desaparecida editorial “Valentia Autores”. 

¿En qué género, relato, novela o poesía puedes decir que te encuentras más cómodo?
Como lector, a mí me gusta cualquiera de los tres, aunque reconozco que con lo que más disfruto generalmente es con la prosa poética, razón por la cuál intento acercarme a dicho estilo en la mayor parte de mis escritos.
Respondiendo a la pregunta que formulas, a la hora de escribir creo que el relato es el formato con el que me siento más identificado (tanto el relato breve como el microrrelato) y en el que más he centrado mis intentos de creación literaria. Una novela requiere un exhaustivo trabajo a distintos niveles (planificación, investigación, una línea argumental coherente que conecte las distintas subtramas, etc.), así como poder disponer de tiempo para plasmar estas cuestiones por escrito, razones (ambas) por las cuáles me decanto más por el relato. Aunque “Lágrimas de una eternidad carmesí” se puede conceptualizar como una novela corta, yo me refiero a ella en muchas ocasiones como un “cuento largo”, puesto que creo que cumple más con los requisitos de un cuento que con los de una novela propiamente dicha (exceptuando la cuestión de la extensión).

¿Recuerdas cuándo comenzaste a interesarte por la literatura de terror y las ambientaciones góticas?
Mi acercamiento al género proviene más del ámbito cinematográfico que del literario, en un primer momento. Recuerdo la impresión que me causaban de pequeño las películas de temática vampírica de la productora británica Hammer, protagonizadas en la mayor parte de los casos por Christopher Lee y Peter Cushing, o el ciclo de largometrajes que Roger Corman dedicó a adaptaciones libres de relatos de Edgar Allan Poe, por poner un par de ejemplos. Se trataba de filmes con una sugerente ambientación gótica, bastante característica, que dotaba a las imágenes de una cierta decadencia y un carácter tenebroso y en ocasiones etéreo e incluso sensual, que me fascinaba. Fue a partir de ese momento cuando empecé a buscar el equivalente de dichas ambientaciones en la literatura. 



© José Luis Romero Campillo.

¿Por qué escribir todavía hoy en día relatos de vampiros?
A pesar de que probablemente ya todo esté dicho en relación a esta temática, considero que los cuentos de vampiros continúan resultando efectivos como metáfora de cuestiones fundamentales que afectan y preocupan al ser humano y a la sociedad (el depredador que ocupa el escalón superior en la pirámide alimentaria y trata a muchos animales únicamente como comida, la explotación de las clases más humildes a cargo de las económicamente poderosas, las adicciones, el sueño de la consecución de la eternidad… Quizás en este momento podríamos incluso establecer similitudes entre ciertas características del vampirismo y el funcionamiento de terribles pandemias como ésta a la cual nos estamos enfrentando). En mi opinión, los relatos de vampiros suelen conjugar elementos tan sugerentes y fascinadores como la seducción, la sensualidad, la oscuridad, la perversión, el horror, la maldad en estado puro y la inmortalidad, entre otros elementos afines al género, elementos que muchos de nosotros continuamos buscando en la literatura en la actualidad.

¿Drácula o Carmilla?  
Ambas novelas constituyen puntales básicos en la literatura acerca de la figura del vampiro, y son algunas de mis mayores influencias. A pesar de todo, a mí, personalmente, aunque me encantan las dos historias, es “Drácula” la que más me gusta. Me encanta la disposición epistolar del texto, complementada con entradas de diarios personales de los personajes, recortes de prensa, etc. Me resultó muy original y efectiva dicha forma de afrontar la narración. Y por supuesto, me encantan tanto el personaje como la trama.

¿Cómo surgió la idea de escribir Lágrimas de una eternidad carmesí? Llevaba bastante tiempo dando vueltas a la idea de escribir una novela de ambientación gótica y temática vampírica. Previamente había escrito algunos relatos relacionados con dicha temática (algunos de ellos recogidos en “Fantasmagoría”), pero sentía la necesidad de intentar crear una historia al estilo clásico más extensa y algo más profunda, y de tratar de aportar mi pequeño grano de arena a este género que desde siempre me ha apasionado.



© José Luis Romero Campillo.

¿Edgar o Cassandra? ¿Cuál de los hermanos es tu favorito y por qué?
Pues no me lo había planteado nunca... Esto que voy a decir es un tópico, pero es cierto; ambos son como mis hijos… Supongo que Edgar, quien, aunque no es ningún ángel, a pesar de las circunstancias y del cambio vital al que se enfrenta a medida que va avanzando la novela, no termina de perder totalmente los sentimientos que le acercan a los que antes habían sido sus congéneres. El personaje de Cassandra representa más cuestiones como el egoísmo y la maldad.

¿Por qué los vampiros de Lágrimas de una eternidad carmesí cambian de nombre una vez que dejan de ser humanos?
En cierto modo, considero que los personajes de las historias de vampiros cambian cuando renacen en su nueva condición; han dejado de ser humanos y por tanto, una forma de proporcionar identidad a su nueva existencia es esa especie de “bautismo de sangre” por el cual el ser “creador” proporciona un nuevo nombre a su “creación”.

¿Podrá alguna vez ser feliz Edgar?
Eso es algo que dejo abierto a la interpretación del lector/a.

¿No crees que la historia de Lágrimas de una eternidad carmesí habría dado para más páginas?
Quizás se hubiera podido alargar algo la trama, mucha gente me ha sugerido la creación de una segunda parte. De todos modos, en el momento en que fue escrita, decidí que la historia fuera autoconclusiva. Quería contar una historia en concreto y no quería introducir demasiados elementos intrascendentales o “de relleno” en la misma. Creo que eso ha influido bastante en la extensión final de la historia, más corta quizás de lo que podría haber sido.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Pues en estos momentos tengo la escritura algo abandonada por diversas circunstancias “de causa mayor”, como se suele decir, aunque este pasado año finalicé una nueva colección de relatos y microrrelatos pertenecientes (una vez más) a los géneros gótico y de terror y que algún día quizás puedan llegar a ver la luz.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Me gustaría expresar mi agradecimiento público una vez más tanto a Ediciones Alféizar, editorial que se hizo cargo de la edición de la novela (previamente autoeditada) en octubre del pasado año, como a todas aquellas personas que han mostrado su apoyo a mis textos desde que me decidí a sacarlos del cajón, y especialmente en esta ocasión, a ti, Cristina, por tu amabilidad y la disposición mostrada para leer la novela y realizar tanto una reseña de la misma, como esta entrevista. Mil gracias y mucha suerte tanto en tu faceta de escritora como de reseñista… Y, por supuesto, mucho ánimo y mucha fuerza a todo el mundo para continuar luchando contra esta crítica situación que nos está tocando vivir.

Muchas gracias a ti, José Luis, por tu tiempo, tus palabras, tus fotos personales y, por supuesto, tus buenos deseos hacia la persona que, en esta ocasión, te ha entrevistado.
Esperemos que este espacio os haya interesado a todos vosotros, lectores del blog. Gracias también por estar una vez más al otro lado.
Cristina Monteoliva