martes, 3 de enero de 2023

Reseña: TUTANKHAMON, HOWARD Y YO, de Tito Vivas.

 

Este año se ha cumplido un siglo del descubrimiento de la famosa tumba de Tutankhamon. Para conmemorar el centenario se han organizado numerosos eventos y se han publicado unos cuantos libros; Tutankhamon, Howard y yo es uno de ellos. En él, su autor visita los lugares entre Inglaterra y Egipto que tienen que ver tanto con la vida del arqueólogo como con el hallazgo de la tumba del faraón niño. Desde su Swaffham natal a la finca de los Amherst en Didlington Hall donde descubrió su pasión por la egiptología, siguiendo sus pasos entre uno y otro país por el castillo de Highclere, el Petrie Museum de Londres, el Griffith Institute en Gran Bretaña y Beni Hassan, Amarna, Bab el Hossan o el Valle de los Reyes en el país del Nilo.

         Tito Vivas realiza un viaje tras los pasos de Carter en el que conoce y conversa con gente variopinta que pueda explicarle cosas sobre él. En muchos casos se trata de descendientes de personas que le conocieron personalmente y que aportan tanto testimonios como opiniones personales. Ello arroja una visión del personaje que va más allá de la que ha llegado al gran público a través de la mayoría de obras publicadas hasta la fecha sobre su figura. También se ayuda de otros materiales como cartas o diarios de los protagonistas de la historia del descubrimiento de la tumba de Tutankhamon.

         Se trata de una obra híbrida entre el libro de viajes y la biografía, salpicada en toda su extensión por la egiptología. El estilo de Tito Vivas es ligero, repleto de anécdotas y algunas pinceladas del humor al que ya nos tiene acostumbrados. Al tiempo que realiza este viaje que le lleva a seguir los pasos del famoso egiptólogo, el autor establece una especie de paralelismo con él, resaltando las cosas que considera que los dos tienen en común. Por ejemplo, que ambos sufrieron la muerte de un ser querido a la edad de nueve años o la pasión por el dibujo (Carter llegó a la egiptología a partir de su gran pericia como dibujante). A lo largo de la obra Vivas se declara gran admirador del egiptólogo más famoso de todos los tiempos, al que considera uno de sus mayores referentes.

         Este recorrido por los lugares que vivió nos acerca a un Carter mucho más íntimo y algo alejado del que encontramos en la mayoría de libros que tratan sobre su figura. En cuanto a la fama que arrastraba de tener muy mal carácter, Vivas se atreve a secundar una teoría basada en numerosos indicios, que le lleva a pensar que, tal vez, Howard Carter tenía un trastorno del espectro autista (TEA). Algo que era desconocido en aquella época y que casaría con los numerosos testimonios que hacen referencia a su mal carácter o con su talante solitario, metódico, riguroso y detallista.

         El libro es, además de un homenaje a la figura del descubridor de Tutankhamon, un alegato a favor de su persona y sus logros. Tito Vivas no pierde la ocasión de reivindicar su figura y de poner de relieve la falta de reconocimiento por parte de sus compatriotas (ni homenajes, ni placas, ni estatuas que lo recuerden). Los textos están acompañados de numerosas fotografías de los lugares visitados pero también de las personas con las que el autor conversa sobre el protagonista. El periplo que nos lleva a seguir los pasos de Carter acaba, como no podía ser de otra manera, en el Cementerio de Putney Vale donde reposan sus restos desde 1939.

María Dolores García Pastor