lunes, 14 de octubre de 2019

DARSE UN TIEMPO, un relato de Cristina Monteoliva.




Darse un tiempo
Cristina Monteoliva







– ¿Sí, dígame?
–Hola, soy Juan.
–¿Juan? ¿Qué Juan?
–Pues Juan. Tu Juan. ¿No me reconoces, Matilde?
–¡Ah, sí, hola! Ha pasado tanto tiempo…
–Once años, tres meses y dos días.
–¿Tanto? Pues sí que llevas bien la cuenta…
–He intentado llamarte alguna vez, pero tu teléfono estaba desconectado.
–¡Ah, vaya! Cambié de número hace años. Me hicieron una buena oferta de otra compañía, ya sabes.
–Eso me dijo tu madre cuando fui a pedirle tu número actual. Por cierto, se conserva muy bien.
–Estupendamente, sí. Oye, Juan, ¿querías decirme? No es por ser antipática, pero es que estoy esperando otra llamada. ¿Podrías llamar otro día?
–Preferiría comentarte esto ahora. La verdad es que me urge.
–Bueno, pues tú dirás.
–Quería comentarte que desde hace un tiempo trabajo en una ferretería, en la ciudad. El negocio es de mi primo Jaime, ya sabes, el alto, el de mi tía Engracia. Es un sitio grande, con varios trabajadores. Se puede decir que el negocio va a bien. Allí he conocido a una chica muy maja. Se llama Sofía y…
–Perdona que te interrumpa, Juan, pero es que se me ha roto el termo y espero la llamada del técnico. ¿Podrías ir al grano?
–Bueno, pues yo quería saber si te lo has pensado ya.
–¿Que si me lo he pensado ya? ¿El qué?
–Pues ya sabes, Matilde: la última vez que nos vimos me dijiste que lo mejor era darnos un tiempo, que tenías que pensar en lo nuestro. Quería saber si te lo has pensado ya, si quieres volver conmigo o no. Porque si es que no, había pensado pedirle de salir a Sofía, si no te importa.
–Es una broma, ¿verdad?
–No, claro que no. Esto es muy serio.
–¡Por Dios, Juan! Hace once años que no nos vemos. Me casé hace ocho años y tengo tres hijos.
–¿Cómo que te has casado? ¡Pero si aún estamos saliendo! Matilde, las cosas no son así. Tú me pediste un tiempo y yo, respetuosamente, te lo he dado. Así que eso que has hecho… eso… ¡me has puesto los cuernos!  
–¡Te dije lo de darnos un tiempo para que no te sentara tan mal!
–¡Pero nunca cortaste conmigo oficialmente!
–¡Hace mucho que tenía que haberte quedado claro que no quería saber nada de ti! ¡Pero si hasta cambié de número de teléfono para que me dejaras en paz!
–¿No acabas de decir que era porque encontraste una oferta en otra compañía? Bueno, mira, Matilde, que no tengo ganas de discutir. Pero que las cosas no son así. Yo te he dado todo el tiempo del mundo y tú ¡me has puesto los cuernos!
–Mira, Juan, eres imposible. Tengo que colgar ahora.
–Vale, Matilde, te perdono la infidelidad. Pero creo que deberíamos cortar definitivamente, ¿estás de acuerdo?
–Juan, que te vaya muy bien. Y no me llames más. Adiós.
–Entonces, ¿me confirmas que ya no estamos juntos?
Tuuuuu….tuuuu…tuuuu…
–¿Hola? ¿Me has colgado? ¿Eso es que sí?    



© Pixabay.


(Nota: Darse un tiempo fue publicado por primera vez en la antología Amor con humor se mata (Arificios, 2017)