Título: 1314, la venganza del
templario
Autor: Francisco Javier Illán
Vivas
Publica: M.A.R. Editor
Páginas: 240
Precio: 17 €
No creo que haya habido una orden tan
misteriosa en el mundo cristiano como la Orden del Temple. Pero, ¿qué sucedió
para que los valerosos caballeros templarios desaparecieran? ¿Qué intereses
podrían tener los reyes europeos y los grandes mandatarios de la Iglesia
Católica para ordenar su persecución? Son demasiados los datos que nos faltan
para esclarecer del todo los hechos, pero al menos podemos, gracias a novelas
como 1314, la venganza del templario,
el libro de Francisco Javier Illán Vivas del que hoy hablaremos, intentar
buscar una posible explicación.
Jaboco de Molay, el último
Gran Maestre, envió al más valeroso de los freiles del temple en busca de la Manzana del árbol del Edén. Tras la
misión, tan peligrosa como mística, el freile volvió a Francia a finales de
1313 para descubrir que la orden había sido disuelta y los bienes de la misma
confiscados por el rey Felipe IV. Mientras que los freiles de menor rango eran
perseguidos, los de más alta categoría habrían sido capturados y torturados. Nuestro
freile aventurero encontrará ayuda solo en dos personajes históricos: la
condesa Margarita D´Artois y Francisco de Beaujeau, el que fuera sobrino del
anterior Gran Maestre del Temple. ¿Conseguirán entre los tres liberar a Jacobo
de Molay antes de su muerte? ¿Para qué servirá la Manzana? ¿Podrán vengar al Temple?
Durante muchos años,
los freiles de la Orden del Temple sirvieron a la Iglesia Católica con fervor,
disciplina y valor, batallando en nombre de Dios en numerosas guerras. Cuenta 1314, la venganza del templario, que a
principios del siglo XIV, sin embargo, los intereses del ambicioso rey Felipe
IV, apodado el Bello, y del sibilino Papa Clemente V chocarían de pleno con la
Orden. Era necesario encontrar la manera de quitarle el poder tanto espiritual
como económico a los templarios, y eso fue lo que hicieron, capturando a los
altos mandatarios, persiguiendo a los freiles de menor rango y haciéndose con
todos sus bienes. Lo que no conseguirían nunca, a pesar de sus esfuerzos, sería
hacerse con todos los secretos de tan misteriosa congregación religiosa. La
leyenda, como sabéis, perdura aún en nuestros días, lo que propicia, como
vemos, películas, relatos, novelas, etc.
Pero volvamos a 1314, la venganza del templario, que es
la obra en concreto que nos ocupa. Una obra llena de asesinatos, que en la vida
real no se resolverían pero que a través de la lectura sabremos, al menos en
teoría, quién los cometería; conspiraciones de todo tipo; citas de textos históricos
reales de la época (bulas y cartas papales); escenas sexuales y, por supuesto,
venganzas. Muchos son los personajes que conoceréis a lo largo de las páginas;
muchos los actores de las subtramas que vienen a confluir en la trama principal
de venganza y huida final por parte de nuestro protagonista misterioso. De todos
ellos yo destacaría a este freile de cuyo nombre no sabréis hasta el final de
la historia, un hombre valeroso que no duda en arriesgar su vida por conseguir
la mítica Manzana que otorga poderes
especiales al que la posee y que vuelve a Francia para descubrir que, aunque
haya tenido éxito en su misión, ya no queda orden para seguir adelante; la
condesa Margarita de D´Artois, fiel a la orden y siempre dispuesta a mantener
relaciones sexuales con todos sus invitados (se lo pidan o no); y Francisco de
Beaujeau, el sobrino del anterior Gran Maestre dispuesto también a arrimar el hombro
a la hora de vengar a la Orden.
1314,
la venganza del templario, en definitiva, es una apasionante
novela histórica no exenta de cierto toque de fantasía. Un libro lleno de
venganzas, ambiciones, maldades y frutos místicos que intenta dar una
explicación a la desaparición de la Orden del Temple, a todo el misterio que
rodean esos oscuros años para los freiles templarios en particular y a toda la
historia de la orden, en general. Una lectura para los amantes de los grandes
misterios históricos y para ti, que buscas algo diferente en lo que sumergirte.
¿Te lo vas a perder?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.