martes, 19 de febrero de 2019

COSAS QUE FALTARON POR DECIR EN 2018 (I): rectificar es de sabios y de personas que no pueden con los remordimientos.


No sé si os acordaréis, pero a finales de 2018, tal y como también hiciéramos al terminar el 2017, La Orilla de las Letras dedicó un artículo a las mejores lecturas del año para sus reseñistas. En esta ocasión, quedó una lista de once, el mismo número de jugadores de un equipo de fútbol, creo recordar que dije. Pero los equipos de fútbol no solo tienen once jugadores. Tienen unos cuantos más que a veces salen a jugar y a veces se quedan en el banquillo. Con esto quiero deciros que a mí, a Cristina Monteoliva, jefa y criatura desastrosa donde las haya, se me olvidó incluir una lectura en aquella lista. No voy a decir eso de que rectificar es de sabios porque yo no creo que lo sea. Lo que sí sé es que desde que me di cuenta, como una semana después de cometer el lapsus, he tenido un «comecome» dentro que no me deja en paz, y si no lo he hecho antes (lo de rectificar) es porque, como acabo de afirmar, soy un desastre, y cada vez que me acordaba estaba en la cola del súper, subiendo a un bus o haciendo cualquier otra cosa lejos del ordenador.
Dicho esto, la entrada que debería haber sido incluida en el artículo que podéis leer en https://laorilladelasletras.blogspot.com/2018/12/las-mejores-lecturas-de-2018-para-el.html  es:

Los insignes, de David Pérez Vega:

Tal y como empiezan los mejores memes, los malpensados dirán que hago esta corrección precisamente ahora no porque sea un desastre, como estoy afirmando por tercera vez, sino que ante la quizá próxima publicación de una obra mía estaré pretendiendo, con esta rectificación, buscar el beneplácito de un escritor a la par que reseñista tan reputado como David Pérez Vega. Bueno, pues que cada uno piense lo que quiera. Ahora bien, si por fin consiguiera que mi novela se publicara este año, por el medio que fuera, no voy a pedirle a nadie que la reseñe. Por supuesto, tengo en mente un montón de colegas reseñistas que me gustaría que hablaran de ella (y bien, para qué os voy a engañar). Pero no voy a poner a nadie en ese compromiso. Esperaré, como en otras ocasiones, a ver si alguien se interesa en ella, en ese sentido, y agradeceré las reseñas que vayan apareciendo, lo que no quiere decir que no vaya también, tal vez, a llamar la atención de aquellos que en algún momento me hayan dicho algo así como «cuando publiques algo nuevo, me avisas» (si consigo recordar quién lo hizo). Pero, no, que con esta entrada no pretendo hacerle la pelota a nadie. Que quede claro.
Por cierto, las cajas de bombones y las entradas para el cine también serán bien recibidas si, para variar, todo acaba saliendo mal. (Yo sé que siempre os hacéis los sordos, pero en esos sí que no pierdo la esperanza).
Y dicho todo esto, ¡a leer!


© Sergio M. Planas.