Título: Los niños
Autora: Edith Wharton
Traducción: Catalina Martínez
Muñoz
Publica: Alba Editorial
Páginas: 416
Precio: 12,50 €
La vida puede resultar demasiado
monótona y aburrida justo cuando lo que queremos es un poco de emoción y aventura.
Esa emocionante aventura puede llegar, sin embargo, en el momento menos
esperado: cuando no estemos preparados para ella. Durante un viaje en autobús,
tren o avión, por ejemplo. ¿Y por qué no uno en barco? Una travesía de las de
antaño podría dar para mucho. Incluso, como vemos en Los niños, la novela de Edith Wharton, para convertir a un anodino
ingeniero de mediana edad en el tutor de unos niños. Si queréis saber algo más
sobre esta historia, no tenéis más que seguir leyendo esta reseña.
Martin Boyne es un ingeniero
de cuarenta y seis años y vida errante que anhela dos cosas: vivir una aventura
similar a las que tuviera su tío Edward durante sus viajes en barco, y casarse
con Rose Sellars, su antiguo amor de juventud y mujer con la que va a reunirse
en Cortina. Martin toma un barco en Argel en el que verá cumplido su primer
sueño al encontrar en él a los niños Weather, una suerte de tropa infantil
compuesta por los hijos del matrimonio Weather, conocidos de Martin a los que
hace años que no ve, más los niños que los distintos divorcios y matrimonios de
sus antiguos amigos han ido incorporando al clan. A pesar de viajar con varias
criadas, el grupo está liderado por Judith, la hija mayor de los Weather y, a
la postre, la que hace las funciones de madre. Hartos de vivir en hoteles y,
sobre todo, de ver cómo el grupo ha de separarse cada vez que sus padres se
divorcian y vuelven a casar, los niños le expresan a Boyne su deseo de
permanecer siempre juntos. Conmovido ante Judith y su amor por sus hermanos,
Martin decide ayudarles en su misión sin tener en cuenta lo mucho que puede
cambiarle la vida tal compromiso.
Martin Boyne, el
protagonista de esta historia, es un ingeniero que pretende viajar hasta
Cortina para reencontrarse con Rose Sellars, su amor platónico desde hace mucho
tiempo. Rose acaba de enviudar, lo que le hace albergar la esperanza de casarse
por fin con ella. Por el camino, sin embargo, Martin se topa con los hermanos
Weather, una suerte de tropa ruidosa, pero también entrañable. La mayor de
todos es Judith, una muchacha que anda a medio camino entre la adultez y la
infancia, tan responsable y seria a veces como encantadora e inocente otras.
Después van Terry, el chico enfermizo por el que los hermanos han de
desplazarse continuamente, el mismo que anhela tener una mejor educación; y su
hermana melliza, Blanca, una chiquilla inteligente pero también envidiosa.
Zinnie es la medio hermana que aportara el patriarca cuando estuvo casado con
una actriz de Hollywood; mientras que los revoltosos Beechy (Beatrice) y Bun
(Astorre) son los hijos adoptivos que aportó al clan la señora Weather cuando,
por su parte, se casó de nuevo con un príncipe italiano que tuvo a sus hijos
con una artista de circo. El último del clan es Chip, el niño risueño que los
Weather tuvieron cuando decidieron volver a casarse. La felicidad de todos
ellos corre peligro ahora que de nuevo los ricos Weather, de vacaciones en
Venecia, piensan en separarse. Es por ello que los niños recurren a su nuevo
amigo con la esperanza de conseguir entrar razón a sus padres. ¿Lo conseguirá
Boyne?
Aunque se niegue a
admitirlo, pronto Martin empieza a ver a Judith con otros ojos, a pesar,
también de seguir queriendo casarse con Rose, la perfecta amiga y compañera de
días soleados en Cortina. Pero, ¿con la Rose actual o con la Rose que guarda en
su imaginación, esa Rose construida después de años y años de cartas?
Publicada por primera
vez en 1928, Los niños es una novela
atemporal que nos habla de las ganas de aventura de un hombre, de la frivolidad
de unos padres ricos, de unos niños que luchan por una felicidad que solo
conciben estando juntos y de sentimientos que no se pueden frenar por mucho que
queramos hacerlo desde la racionalidad. Se trata esta de una novela interesante
desde distintos puntos de vista que nos hace explorar en la psicología de su
protagonista, Martin Boyne, ese hombre que ansiaba aventuras y que acabó
encontrándose en una que acabaría marcándole de por vida. Animáis ahora, pues,
con la lectura de Los niños, una
novela imprescindible, impactante, conmovedora y, sin duda, inolvidable, que os
dará mucho en lo que pensar.
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.