martes, 12 de julio de 2022

Entrevista: LORENA ESCOBAR.

 

Queridos amigos de La Orilla de las Letras, 


volvemos a la carga con una entrevista, esta vez con la que nos ha concedido la autora Lorena Escobar.

Lorena Escobar nació y vive en Murcia, donde estudia Filología Hispánica, ejerce de madre y de contadora de historias. Lleva escribiendo para los demás —para ella misma algo más de tiempo— desde hace unos años, teniendo la oportunidad de participar en varias antologías, como Transfórmate o muere (Territorio Extrañer y Dentro del Monolito), Círculo de Lovecraft (Especial Bram Stoker), Hijos del Karma y Derrámame (Altavoz Cultural), Amor por las Palabras (Portal Literario) Revista Tártarus o Un mundo Vuestro (Ediciones Labnar). En 2022 ha publicado su primera novela con Valhalla Ediciones: El ilustrador paciente.

¿Queréis saber más sobre Lorena? Pues no tenéis más que leer la entrevista. ¡Ahí vamos!

¿Cuándo comenzaste a escribir?

Siempre digo que soy una escritora tardía. De pequeña sí que escribí varios cuentos o poemas para el colegio, y comencé una novela (escrita a mano en una libreta) que nunca llegué a terminar. Después la vida me llevó por otros derroteros… hasta hace cinco o seis años, que ya decidí, en serio, sentarme frente a la hoja en blanco para llenarla de todas las historias que danzan en mi cabeza.

¿Qué lecturas crees que te han influenciado como escritora?

De pequeña, sin duda, Los hijos del vidriero, de María Gripe. Fue el primer libro que me hizo tener conciencia de la narración como un ente aparte del puro entretenimiento. De la psicología de los personajes, de la creación de la autora. Mis primeras lecturas “adultas”, por decirlo de alguna forma, fueron las de Agatha Christie y Stephen King. Le debo, sobre todo a Agatha, mi devoción por las novelas de detectives.

Mención aparte merecen Douglas Preston y Lincoln Child: Pendergast, el detective de su saga, es uno de mis personajes predilectos y uno de los que más me han marcado.

¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?

Me pillas ahora mismo con El instituto, de King. Llevaba algún tiempo sin leerlo y he decidido retomar, consciente de que me faltan muchas obras por leer de él. Sí que lo recomiendo, como todo lo del rey. Es una debilidad.

 

©Lorena Escobar.

¿Ha cambiado la pandemia de covid tus hábitos de escritora?

Precisamente en pandemia fue cuando tomé más hábito como escritora. La ausencia de vida social hizo que le dedicase más horas a la escritura y también me hizo consciente de lo importante que es para mí, a nivel emocional, psicológico, espiritual.

¿Dónde encuentras la inspiración?

En cualquier cosa… es algo prácticamente innato, un resorte. Quiero decir, que el cerebro no para. En el trabajo, en la compra, en casa… todo lo que veo o escucho se transforma en un posible relato, una nueva posible historia. Luego es casi imposible darle forma a todo, porque cada proyecto lleva un proceso, un trámite. Pero todo me inspira, no tengo problemas a la hora de dejarme arrastrar por las musas.

¿Qué tiene para ti el género policíaco que no tienen otros géneros?

La fluidez. La rapidez. La intensidad. La eterna lucha entre bien y el mal y la distorsión que ella provoca. El género policíaco bebe de la propia humanidad: no hay nada más ancestral y arraigado a nuestra especie que el crimen y el castigo. Me gusta el hecho de hablar de la realidad de las personas, de la realidad del mundo. Me gustan casi todos los géneros y casi todos he leído, pero creo que no se encontrará más sinceridad, más realidad, que en una novela que hable de los instintos más bajos de una persona: arrebatarle la vida a otra. Y de la lucha para no cruzar ciertas líneas. El género policial es valiente en ese sentido. Fiel a lo que somos.

¿Qué ha supuesto para ti publicar El ilustrador paciente?

Subirme a una montaña rusa con los ojos vendados. Quizá desde fuera se vea más fácil, incluso más bonito. Pero es complicado, para mí lo es. Yo soy una persona que se rompe con facilidad, por ciertas cosas de mi vida, de mi pasado, soy una persona tendente a la soledad, a la nostalgia. Enfrentarme al lector cara a cara, a la publicidad, mostrar mis letras sin pudor alguno es un ejercicio complicado. Hermoso, pero también aterrador.

 

©Lorena Escobar.

¿Cuánto has tardado en escribir esta novela?  

Cuatro meses. Tengo más cosas escritas, pero esto es lo que escribí más rápido. Comencé en abril de 2020, un mes después del Estado de Alarma, y la terminé en julio. Casi un récord para mí.

¿Te ha requerido mucho tiempo la documentación para la misma?  

Por desgracia, no tenía más recursos de documentación que los que tenía al alcance del ordenador. No podía salir de casa, así que me tocó rebuscar en internet artículos y manuales sobre criminalística, sobre términos policiales, sobre nomenclatura. Es cierto que al llevar toda la vida leyendo policíaca, tengo muchos términos muy asimilados. Y muchas anotaciones de libros que he leído. Así que digamos que llevaba ya cierta documentación hecha, y la otra la fui haciendo sobre la marcha.

¿Qué puedes contarnos a los que no hemos leído El ilustrador paciente?

Voy a contarte lo que me está diciendo la gente que ya la ha terminado: no es una novela policíaca al uso. Tiene algo diferente, algo que la hace, no mejor ni peor, sino más particular. Sí que cumple con los patrones: crímenes, culpables, investigación. Sin embargo, al estar narrada a tres voces y al meter un personaje tan particular como Juan, creo que El ilustrador se desvía del típico thriller policíaco y se convierte en un thriller psicológico. Un thriller sobre el alma humana, sus pasiones, sus virtudes y también sus faltas. Sobre lo fácil que es hacer el mal y lo costoso que suele salir hacer el bien sin condiciones.

¿Qué esperas que los lectores encuentren en El ilustrador paciente?

Espero que se encuentren dudas, jajajaja. He intentado crear giros que confundan, no giros que sorprendan. Sorprender es relativamente sencillo: yo he querido crear incertidumbre, sospecha. Que el lector no se fíe de nada ni de nadie. Que encuentren todo lo que se puede encontrar en los resquicios del corazón de la gente: amor, odio, envidia. Secretos y verdades. Espero, con todas mis fuerzas, que el lector sienta. Que sienta con mis personajes, pues los he creado para que lleguen a ellos.

Ojalá lo consiga.


 
©Lorena Escobar.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?

Demasiados… jajajaja. Estoy escribiendo un manuscrito a cuatro manos con otro escritor para un certamen. Estoy terminando de revisar un manuscrito de terror que comencé antes de ponerme a escribir El ilustrador, y otro policíaco.

Un relato largo, también a cuatro manos, con un escritor al que admiro muchísimo, me considero afortunada.

Por último, si no ocurre ningún imprevisto, comenzaré muy pronto una novela corta de terror de la que ya tengo el esbozo, la idea, el engranaje.

El terror me llama, y yo me dejo llevar.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?

A los lectores, no hay palabras de agradecimiento suficientes. Todo lo que un escritor es o pretende ser, se debe a ellos. Gracias infinitas, eternas.

A los que empiecen como yo en esto… paciencia. Ánimo. El camino de las letras es hermoso pero también desgarrador. Te llena y te golpea, te tienta y te abandona. No hay que tomarlo como si se nos fuera la vida en ello, pero tampoco hay que ceder al miedo o la presión. Escribir debe hacerse por amor, siempre. En el momento en que se convierte en otra cosa… hay que replantear.

Por último, a ti, agradecerte esta entrevista. Tengo mucha suerte por haberte encontrado en ese bosque inmenso de las redes sociales. Espero que sea por muchos años.

Muchas gracias, Lorena, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Espero que El ilustrador paciente llegue a muchos lectores y, por supuesto, que nuestra amistad perdure.

         Y a vosotros, amigos lectores, gracias una vez más por estar al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!

Cristina Monteoliva