viernes, 14 de mayo de 2021

Reseña: DOM, de Adrián Desiderato.

 

Imagina una space opera en la que una nave parte al espacio con una misión concreta. Por el motivo que sea (una avería, un alienígena enfadado o un motín entre la tripulación) todos los tripulantes van muriendo uno a uno. Hasta que solo queda el héroe vagando en el espacio. Normalmente la obra acaba ahí, con nuestro único actor preguntándose qué será de él, pues normalmente la nave queda a la deriva e incomunicada con La Tierra. Pero, ¿y si hubiera una novela que diera respuesta a su pregunta? Una como Dom, la nueva historia de ciencia ficción de Adrián Desiderato de la que hablaremos en este artículo.

Tras la trágica muerte de sus compañeros por diversas circunstancias, el astrofísico y astronauta Viacheslav es el único tripulante de la estación espacial Dom. La nave va a la deriva por la vía Láctea y Viacheslav sabe que nadie vendrá a rescatarlo. Todo lo que tiene por delante es tiempo para escribir diarios en libretas o leer en la pantalla de la nave, pensar en su mujer Viétnika y en su hijo Aliosha, que se quedaron en Moscú, y reflexionar sobre los temas más diversos. Mientras tanto, en La Tierra, la URSS se desintegra, su mujer y su hijo siguen sus vidas en Rusia y un par de antiguos amigos se encuentran en Buenos Aires, Argentina, y hablan tanto de la estación espacial a la deriva como de la novela que uno de ellos quiere escribir inspirándose, en cierta medida, en el tema.

Esta es la historia estática de un náufrago espacial de nombre Viacheslav. Y digo estática porque mientras su nave se mueve, mientras la vida sigue en el planeta, la suya permanece en suspenso en el espacio. Para Viacheslav no pasa nada: todos los días parecen iguales cuando estás en una cárcel espacial; y a la vez, pasa todo, pues su mente no puede dejar de pensar en sus seres queridos, en los temas que siempre le han preocupado, en lo que pudo ser y nunca será…

Todos sus compañeros han muerto. Sus familiares pensarán que él también lo ha hecho ya. Este es el diario desesperado de un hombre que sueña con volver a ver a su mujer y su hijo mientras lucha por no perder la cordura, aunque, ¿acaso es eso posible cuando la esperanza es cada vez más escasa?

Este es un libro compuesto en su mayor parte por las entradas del diario de su protagonista. Un diario, escrito con una desgarradora prosa poética, en el que se tocan temas diversos, a veces de forma repetida (aunque siempre desde una perspectiva nueva), aunque siempre de forma inteligente y, fundamentalmente, apasionada.

Muy de tarde en tarde, nos encontramos otros textos, como los varios encuentros entre los amigos argentinos que saben de la existencia de Dom en el espacio y en donde uno de ellos pretende escribir una novela basándose (o no) en la historia del astronauta que vaga en el espacio; o las escenas entre Viétnika y Aliosha, mujer e hijo de nuestro triste héroe, respectivamente.

Dom, en definitiva, es una original novela de ciencia ficción de carácter reflexivo y filosófico que nos muestra aquello que otras obras obvian: la aburrida y desesperada pero a la vez rica vida del héroe espacial cuando todos mueren y él es el único que tripula una nave que va a la deriva. Se trata esta de una obra en la que no pasa nada y pasa todo, siempre según como se mire: un libro que nos invita a pensar no solo en su personaje principal sino también en nuestra propia existencia. ¿Qué es lo importante y qué es lo superfluo? ¿Valoramos lo que tenemos? Y tú, ¿te decidirás por esta novela, desde luego, diferente a tantas otras que puedes encontrar en la librería?

Cristina Monteoliva