No recuerdo haber sido
una niña especialmente hábil para ciertos juegos, como los de cordel, esos en
los que acababas enredando las manos de una forma fascinante. Visto ahora, con
el paso del tiempo, pienso que esos juegos tenían mucho de metafórico: nos mostraban
las distintas y enrevesadas vueltas que da la vida. Vueltas a veces muy
oscuras, prácticamente góticas, como vemos en el libro de relatos Somos juegos de cordel, de Ángeles Mora
Álvarez: precisamente la obra de la que vamos a hablar en esta reseña.
Somos juegos de cordel
es un libro compuesto por veinte relatos, generalmente de fantasía siniestra,
que giran alrededor, fundamentalmente, de la locura y la muerte, repartidos en
tres apartados: Tramo lejano del meñique,
Tramo cercano del anular y Lazo del
pulgar.
Tramo lejano del meñique
comienza con La niña tierra, una
historia fantástica en la que la que nos encontramos con una pequeña
supuestamente maldita que no es bien acogida en la casa de su tía.
Cuatro latas de sardinas
nos habla de las enfermedades que hacen que los que las padecen acaben viviendo
más en el pasado que el presente. Así es como su protagonista acaba llevando
latas de sardinas a sus compañeros de la Guerra Civil.
En
Zumbidos unos extraños ruidos llevan
a una mujer hacia los niños que nunca tuvo.
En
El sino de Aisa nos encontramos con
unas tijeras que cortan el hilo de la vida y a las moiras pululando por el
relato.
Cecilia está muerta
es un escalofriante cuento en el que una familia se fotografía con la hija
recién fallecida.
El enigma de Lali
nos descubre a una fantasma que no sabe que lo es hasta que otra se lo dice.
Tramo cercano al anular
comienza con La plañidera, una
historia que nos muestra hasta donde es capaz de llegar un hombre cruel para
ser recordado tras su muerte.
Helena y el caminante solitario
es un cuento clásico de apariciones espectrales por la carretera.
La España vaciada
nos muestra la cara más terrorífica de un cementerio de un pueblo casi
deshabitado.
La rata
es una pesadilla recurrente de un personaje. La rata, en este caso, estaría
asociada con la realidad.
El paseo de los locos
nos habla de un fenómeno común que la protagonista comprende mientras que su familia
no.
Un esqueleto sonríe desde el pasado
es un relato sobre un esqueleto que incita a matar a otro asesino.
Chicxulub: la cola del diablo
es una historia fantástica en el que encontramos cierto paralelismo entre lo
que le pasa a una geóloga y lo que le sucedió a los dinosaurios cuando calló el
famoso meteorito.
El
relato número catorce está escrito en una lengua que desconozco, por lo que no
puedo transcribirla aquí. Lo que sí puedo deciros es que es un relato fantástico
en el que su protagonista empieza por no verse en el espejo y acaba teniendo
peligrosas alucinaciones.
Lazo del pulgar
comienza con La nana, un cuento sobre
una canción de cuna que se relaciona con la desaparición de un niño.
Tiempo para violín
es la historia de una joven que ya no quiere tocar más el violín, a pesar de lo
que piense su madre.
Nekomata
es un cuento clásico de gato inquietante que produce la muerte de miembros de
una familia.
Ser de instinto confuso
nos hará preguntarnos si en él hay o no hay un pájaro.
Bajo los ojos cerrados
es un cuento en el que aparecen dos elementos importantes: una almohada y la
muerte de un bebé.
Por
último, nos encontramos con El agujero,
una historia en la que una niña se comunica, a su manera, con su madre muerta.
Como
veis, aunque el libro se divide en tres apartados, nos encontramos que a lo
largo y ancho del mismo se repiten siempre los mismos elementos: la enfermedad,
la muerte (pues en casi todos hay una), los elementos fantásticos, los animales
malditos, la confusión, los fantasmas, la locura, las relaciones familiares… Nos
encontramos, pues, ante un volumen góticamente solido que no solo entretiene,
sino también, y sobre todo, que inquieta al lector hasta niveles insospechados.
Somos
juegos de cordel. Sí, es cierto: damos vueltas sobre nosotros mismos, nos
enredamos con las relaciones personales, nuestros miedos toman direcciones
imprevistas… Nos perdemos una y otra vez. ¿Es posible desenredar la madeja y
volver al principio? No, desde luego. La vida es así: llena de contratiempos y
oportunidades. Precisamente, ahora tienes la oportunidad de leer Somos juegos de cordel, un libro
impactante que no solo te hará pensar en las tramas en las que se enredan sus
personajes, sino también en tu propia existencia. ¿Te atreverás con esta
aventura?
Cristina Monteoliva