¿Cómo se decide incluir
una palabra en un diccionario oficial? ¿Quién define su significado? ¿Y quién
revisa que todo esté correcto? ¿Te has parado a pensar que editar un
diccionario puede ser mucho más complejo de lo que parece a simple vista?
¿Quieres saber por qué? Pues entonces tendrás que leer El diccionario del mentiroso, la nueva y original novela de Eley Williams.
¿Que primero te gustaría conocer un poco de lo que encontrar en ella? No te
preocupes, que yo te lo cuento a continuación.
Mallory
trabaja de becaria en la editorial Swansby, en Londres, una empresa venida a
menos en los últimos años. David, su jefe, la ha contratado para que digitalice
el Diccionario Enciclopédico Swansby, una obra que quedó inconclusa al morir en
la Primera Guerra Mundial todos los lexicógrafos que trabajaban en ella. El
trabajo de Mallory podría ser bastante tranquilo y monótono si no tuviéramos en
cuenta dos hechos: el primero, que un loco llama todos los días con amenazas de
bomba; y el segundo, que alguien del pasado introdujo en el diccionario
entradas falsas (algunas de ellas, bastante disparatadas) que David quiere que
revise una por una.
La
persona que introdujo las entradas falsas en el diccionario en 1899 no es otro
que Peter Winceworth, un lexicógrafo de la editorial Swansby que, tal vez, en
un vano intento de no pasar tan desapercibido (todos suelen ignorarle) finge cecear
desde la infancia. Para matar el aburrimiento de sus días, Peter inventa
palabras que introduce con disimulo entre las ya establecidas en el Diccionario
Enciclopédico Swansby. ¿Seguirá haciéndolo cuando conozca a Sophía, la mujer
que llenará de color sus días?
Esta
es la historia de Mallory, quien en primera persona nos cuenta que trabaja como
becaria en una editorial de la que es la única empleada en realidad (ya que no
podemos decir que los gatos que pululan por ella puedan contar como personal de
la empresa). Mallory es una chica que se conforma con un trabajo aburrido, por
un lado, y pesado, por otro (revisar las palabras falsas del diccionario supone
una labor faraónica). Su novia, Pip, se queja de su poca valentía, pues aunque
llevan tiempo saliendo juntas, no ha salido todavía del armario. ¿Lo hará ahora
que la amenaza de bomba se cierne sobre ella?
También
es la historia en tercera persona de Peter Wincesworth, un hombre que no
destaca en la editorial Swansby y que se entretiene inventando palabras para,
de alguna manera, perdurar en el tiempo con ellas. La vida de Peter da un giro
inesperado cuando conoce a Sophia, la vivaz e inteligente prometida de uno de
sus colegas. ¿Conseguirá que su amada rompa su compromiso o, por el contrario,
tendrá que conformarse con vivir siempre una existencia gris?
¡Pero
aún hay más!
Toda
lengua está plagada de un gran número de vocablos que permiten la comunicación
entre los que los usan, algunos de origen insospechado. Gracias a esta novela,
no solo conoceremos las imaginativas definiciones de las palabras inventadas
por Peter, sino también la etimología y los usos de un buen número de nombres,
verbos y adjetivos, siempre de una forma curiosa y amena. Es decir, gracias a
esta obra aprenderemos a apreciar la riqueza del lenguaje y a amarlo un poquito
más. ¿Alguien podría dar más?
El diccionario del mentiroso,
en definitiva, es una novela sin igual en la que vemos cómo las vidas de dos
personas distanciadas en el tiempo pero con un carácter similar quedan entrelazadas
por el amor por las palabras. ¿Podría decirse que hay un ensayo oculto entre la
trama de esta obra? Yo creo que sí. También que es mucho más ameno aprender
sobre temas a veces tan arduos como la lengua con textos más ligeros y
entretenidos. Así que ya lo sabéis, amigos de los libros y las letras: si lo
que queréis es una lectura que además de entreteneros con los vaivenes de sus
protagonistas os enseñe curiosidades de la lengua, ¡este es vuestro libro!
Cristina Monteoliva