Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
después
de otro parón, la sección de entrevistas vuelve con fuerza para daros a conocer
a un buen puñado de grandes escritores en castellano.
Empezamos
por Francisco Javier Illán Vivas, escritor
y crítico literario que, aunque ha escrito relato, poesía y novela (sus textos han
sido publicado en España, México, Estados Unidos, Argentina y Perú), ha tenido
especial éxito en los últimos años con sus obras Versos envenenados, con la que quedó Finalista del VII Premio Wilkie Collins de Novela Negra, y con 1314, la venganza del templario,
novela merecedora del Accésit del Premio
Alexandre Dumas de Novela Histórica, ambas publicadas en M.A.R. Editor. Con
respecto a sus relatos, podemos decir que aparecen en antologías como Londres, París y Los mejores
terrores en relatos, de M.A.R.
Editor, y en 2099, de Ediciones
Irreverentes. Si hablamos de otras novelas, nos fijaremos en la trilogía La cólera de Nébulos, La maldición, La
oscuridad infernal y El
Rey de las Esfinges. Illán Vivas es también autor del libro de
relatos La isla y otros relatos,
en Ediciones Irreverentes, y de los poemarios Con paso lento, Dulce amargor, Crepusculario, Témporas, A
mi manera, Equipaje ligero y El mendigo de la Place Vendôme.
Con
El retorno de la espada has ganado
el II Premio Villiers de l´Isla Adam de
Novela Fantástica, por lo que no podemos dejar de preguntarle por ella,
aunque también por sus exitosas novelas anteriores.
Dicho
esto, os dejo por fin con la entrevista. ¡A leer!
Sabemos
que todo gran escritor es también un gran lector. Empecemos por ahí: ¿qué
recuerdas de tus primeras lecturas de la infancia?
Son buenos recuerdos en
casa de mis padres, en Molina de Segura. Siempre he tenido en la memoria que
únicamente tenían dos libros, muy grandes, pero mi madre me aclaró no hace
mucho que mis recuerdos estaban distorsionados, que en casa muchos otros
volúmenes poblaban los estantes de la librería del salón.
Pero,
en fin, me recuerdo leyendo, en edición de lujo y bastante grande, El Quijote
y, en otras ocasiones, la Biblia. Tal vez su tamaño era lo que me atraía y que
las letras también eran bastante grandes.
Después
de aquellas dos lecturas de la infancia, me sumergí en el mundo de Julio Verne,
hasta leer todo lo que se había publicado de él. Robert E. Howard, Poe,
Lovecraft… ya no he parado.
Creo
que, por este motivo, por estas lecturas, he escrito sobre todo fantasía.
Como
lector, en la actualidad, ¿qué debe de tener un libro para que te interese?
Decirte que no tengo especial interés por un tipo de literatura.
Leo todo lo que llega a mis manos, unas veces porque me lo remiten amigos y
amigas, otras porque me lo hacen llegar las editoriales para lectura y crítica,
y otras porque los busco en las librerías cercanas.
No
sé los miles de libros que he leído en mi vida, pero deben ser eso, miles. Tal
vez por ese motivo cuando abro uno nuevo, me percato pronto de si va a merecer
que siga avanzando en su lectura o debo dejarlo. Esto último ocurre pocas
veces, pero algunos he abandonado antes de llegar a las veinte o treinta
páginas.
Como lector impenitente no sé qué decirte respecto a tu pregunta, sí se lo contrario. No soporto las faltas de ortografía, desgraciadamente la gran mayoría de las editoriales ya no tienen correctores. Y eso se nota.
©Francisco
Javier Illán Vivas.
¿Qué estás
leyendo ahora mismo?
Un libro solidario, Chapie, de Luis Alberto Illán de la
Cruz, donde nos narra, en tercera persona, sus vivencias durante un año de
voluntariado en una pequeña comunidad de Bolivia.
Esperando
su turno, otros tres volúmenes: 2120,
una antología de ciencia ficción de varios autores y autoras, sobre cómo será
el mundo en el año 2120.
El secreto de la piedra negra,
de David Prieto y Alejandro Guardiola, una novela negra que suma arqueología y
secretos egipcios.
Dobles, de José María Merino,
tres historias de amores perdidos y encontrados.
¿Cuándo
comenzaste a interesarte por el mundo de la escritura?
Si con ello te refieres a
escribir, pues tengo mis primeros escritos, tanto poemas como pequeños relatos,
fechados en octubre de 1969, es decir, con nueve años. No sé si antes escribí
algo, pero si lo hice, no lo he conservado. Son poemas bastante elementales,
muchas veces variaciones de otros de autores consagrados, buscando adaptarlos a
mi realidad de niño que quería aprender. Debió ser un trabajo como ese de los
pintores que copian a los consagrados, mientras desarrollan y perfeccionan su
estilo propio.
Si con la pregunta te
refieres a la lectura, a amar los libros, ya te he contado que empecé muy
joven, posiblemente en cuanto aprendí a leer y comprender lo que leía.
¿Dónde
encuentras la inspiración?
En paseos, caminatas,
senderismo y el trabajo delante del pc. Quiero decir, poniéndome delante de la
pantalla del ordenador o del papel (ya sabes, por una entrevista anterior que
la poesía la escribo a mano), y escribiendo.
Muchas
veces, cuando me pongo a escribir he de confesar que tengo todo lo que quiero
plasmar en la cabeza, que lo he ido removiendo, hacia adelante, hacia atrás,
agitando como si fuese una coctelera, y es el momento que considero todo ha
ocupado el lugar que le corresponde, cuando me ponga escribir.
Paso
muchas fechas sin escribir una línea, y cuando me pongo a hacerlo, como con la
novela Asesinato en San Pedro del Pinatar,
la dejé casi rematada en una noche, con ochenta y tantas páginas escritas de un
tirón.
La
novela El retorno de la espada estaba
en mi cabeza prácticamente terminada desde hacía meses, pues la llevaba
agitando más de dos años. Y cuando me puse a escribirla en el ordenador, lo
hice a un ritmo que en poco menos de un mes estaba terminada.
¿Eres un
escritor autodidacta o has recibido alguna vez clases de escritura?
No, nunca he recibido
clases de escritura. Sí he aceptado todos los consejos que me han dado amigos y
amigas, quienes han leído los manuscritos antes de darlos a conocer. En esto la
ayuda de Toñy Riquelme es impagable; pero también de Inma Burguera, de Marta
Núñez, de Gema Bocardo. Los consejos de Luis Alberto de Cuenca, de Vera
Kújareva, de José María López Conesa, y otros y otras que ahora se niegan a
acudir a mi memoria.
Versos envenenados es una novela de trama anclada en nuestros
días con la que quedaste Finalista del VII Premio Wilkie Collins de Novela
Negra. La obra se ha reeditado varias veces y sigue consiguiendo nuevos lectores.
¿Pensaste que tendrías tanto éxito con ella?
La primera sorpresa que me
dio esta novela fue que quedase finalista de un premio literario que ya por
aquel año era conocido en el mundo de la literatura negra, gracias a una obra
ganadora que estaba siendo todo un éxito de lectores y críticos, me refiero a Ya no quedan junglas adonde regresar, de
Carlos Augusto Casas, una obra que actualmente va por la novena edición.
Era
mi primera incursión en la literatura negra, ya que hasta la fecha yo sólo
había publicado novela fantástica. Tuve dos grandes competidores, Pascal Buniet
(que ganó el premio un par de años después) y Olga Mínguez, la ganadora de
cuando yo participé.
Después,
que Versos envenados haya superado las cuatro ediciones, para alguien que era y
es prácticamente desconocido en el mundo de la literatura negra, sigue siendo
una sorpresa cada nuevo día.
Mira, más de trescientos lectores y lectoras me han hecho llegar fotografías de su ejemplar de Versos envenenados, y aún hoy, tres años después de su publicación, sigo recibiendo fotografías de nuevos lectores y lectoras.
©Francisco
Javier Illán Vivas.
Por
cierto, ¿cómo surgió la idea de escribir Versos
envenenados?
Fue algo fortuito.
Coincidió con que nos trasladamos a vivir a San Pedro del Pinatar, y el
problema que aquel verano existía en las playas de la localidad, con encuentros
cruising que molestaban a los
bañistas, sobre todo a los más jóvenes, lo cual motivó que el Ayuntamiento de
la localidad prohibiese tanto los encuentros cruising que se citaban en el Parque Regional de las Salinas, como
el bañarse desnudos en el término municipal.
Una tarde tuve un
encuentro fortuito con una de estas citas cruising
y mientras llegaba a casa me fui haciendo preguntas de qué hubiese pasado si
allí ocurriese un asesinato.
Por otro
lado, con 1314, la venganza del templario
obtuviste el Accésit VI Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica. ¿Fue un
premio esperado?
En esta ocasión yo estaba
convencido de que la novela llegaría lejos, pues creo que es, hasta la fecha,
lo mejor que he publicado. Lo mejor no en la temática, sino en la historia, la
trama y la calidad literaria.
Pero me encontré con un
rival que presentó una novela bastante mejor que la mía, y eso te lo digo
porque posteriormente la leí, claro está: Baraka,
de Javier Hernández Velázquez.
1314
la venganza del templario dejó a muchas otras por detrás, y a pesar de su
calidad, ha tenido muy mala suerte. Porque en plena campaña de promoción, llegó
el fatídico año 2020 y en marzo el mundo se paralizó, con ello las
presentaciones, las ferias y las ventas.
¿Por qué
crees que los templarios siguen teniendo tanto gancho entre los lectores, tanto
tiempo después de su desaparición?
Por cómo ocurrió su
desaparición. La Iglesia Católica ha tenido muchas órdenes a lo largo de su
historia, y muchas de ellas han desaparecido, y creo que nadie las recuerda. Yo
mismo, o tú misma, de memoria, podrías citar dos o tres órdenes religiosas de
su misma índole, pero poco más. Y haberlas las hubieron. Pero como Felipe el
Bello necesitaba cantidades de dinero que sus deudas le reclamaban, como un
Papa títere estaba sentado en el Sitio de Pedro, y como los templarios en las
encomiendas de Europa no estaban en pie de guerra, todo ello se unió para que
desaparecieran y sus líderes máximos se convirtieran en mártires. Sin ese
condicionamiento, nadie recordaría a los templarios.
Por
último, con El retorno de la espada
has ganado el II Premio Villiers de l´Isla Adam de Novela Fantástica. ¿Cómo te
sientes al conseguir por fin el ansiado primer premio en un concurso literario?
No sé si ansiado, sí
peligroso. Porque cuando llegas a lo más alto, puede que la caída sea más
dolorosa. Permíteme una sonrisa.
Ha
sido una grata sorpresa, sobre todo por lo que esta novela representa para mí
de regreso a los orígenes, a lo que primero comencé escribiendo, y a un mundo
que conozco bien, pues con la trilogía La
cólera de Nébulos estuve unos veinte años creando un mundo que tuviesen los
cimientos muy bien asentados en la fantasía. Una navidad de hace un par de
años, Luis Alberto de Cuenca me comentó que echaba de menos a Nébulos, uno de
los personajes. Y eso fue lo que me dio pie para regresar a ellos, a pensar qué
habrá ocurrido durante estos años, desde las aventuras narradas en La Maldición, El rey de las esfinges y La oscuridad infernal. El resultado es
esta novela, que tiene firmes cimientos anclados en un mundo fantástico muy
consistente.
¿Qué vamos
a encontrar en El retorno de la espada?
Nos vamos a reencontrar
con el señor del mundo de tinieblas, que ha estado rumiando su venganza desde
que Eleazar y Eostes consiguieron entrar y llegar al Tártaro para rescatar a
tres prisioneros. Nos encontraremos con Celestos, la ciudad imperecedera, donde
nadie proyecta sombra; con Nébulos, con Mágios, con Carmesí la divina, con
Aviva la Primavera, pero también con una rival casi invencible, Lilith, a la
que ningún humano ni ningún Eterno pueden dañar. Esa será la venganza de
Infernos, el señor del Orco.
Y
volverá la espada sin igual, Dragonia,
que los seguidores de la saga saben que quedó clavada a las puertas del Orco.
El poder de Lilith hará
las delicias de los amantes del género fantástico.
Has
escrito novela negra, histórica y fantástica. ¿Con qué nuevo género nos
sorprenderás en el futuro?
Mira, si sigo publicando, vendrán otras novelas, pero a día de hoy no creo que experimente nuevos géneros. Aunque, mirándolo bien, todos los géneros son lo mismo: novela. El tiempo lo dirá.
©Francisco Javier Illán Vivas
¿Ha
cambiado la pandemia tus hábitos de escritor?
No. Sigo haciendo lo
mismo, te lo comentaba más arriba, voy rumiando la trama, la voy agitando en mi
cabeza, y cuando todas las palabras están en el orden que les corresponden, las
plasmo.
Ha cambiado mis hábitos
como presentador de libros. Pero eso le ha ocurrido a todos los que conozco.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Un placer charlar contigo
y a los lectores, animarles a leer, a comprar libros, a echar una mano a tantas
pequeñas editoriales y librerías cercanas que lo han pasado o lo están pasando
fatal. Si las dejamos morir, morirán muchos escritores y escritoras que en
ellas publicaban o que en ellas se vendían sus libros.
Muchas
gracias a ti, Francisco Javier, por
tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperemos que los lectores te
hagan caso y los libros sigan siendo nuestros fieles compañeros por mucho
tiempo, ¡toda la vida!
Y
a vosotros, amigos del blog, muchas gracias por estar una vez más al otro lado
de la pantalla.
Cristina Monteoliva