sábado, 12 de diciembre de 2020

Reseña: CÓMO PROVOCAR UN INCENCIO Y POR QUÉ, de Jesse Ball.

 

Integrarse, formar parte del gran grupo, ser uno más en una sociedad uniforme. Puede parecer fácil. Nada más lejos de la realidad: a algunos la sociedad no los quiere, les pone etiquetas, les hace sentir diferentes e inútiles. Luchar contra todo eso es complicado, más aún cuando eres una adolescente que ha perdido tanto. ¿La solución es quemarlo todo para empezar de nuevo? La respuesta a esta pregunta la encontrarás en Cómo provocar un incendio y por qué, la luminosa novela de Jesse Ball de la que hablaremos en este artículo.

Lucía Staton tiene dieciséis años, el zippo que perteneció a su padre muerto, a su madre internada para siempre en un psiquiátrico y a una tía que la acoge en el garaje donde ambas han de malvivir. Tras herir con un lápiz a un compañero que la molestó, Lucía ha de cambiarse de colegio. Allí encontrará a un profesor que cree que su inteligencia es superior a la de los otros alumnos y a los integrantes de la Sociedad del Fuego, unos chicos que quieren llevar sus instintos pirómanos a otro nivel. La de Lucía no es una de esas historias de final feliz, como ella sabe desde el principio. La cuestión es: ¿qué decidirá hacer nuestra chica cuando, tras la repentina muerta de su tía, todo se complique?

Este libro es el diario para lectores ficticios escrito por Lucía Staton, una chica cuya madre, gravemente enferma, está internada en un psiquiátrico, su padre murió y, por tanto, ha de vivir con su único familiar responsable, su tía Lucy, en el garaje que un tipo antipático le dejara a la segunda. Lucy, una mujer que enviudó casi cuando era una adolescente, se esfuerza por criar a Lucía con unos recursos muy limitados. Lucía es consciente de ello y no le pide más de lo que le puede dar. Sin embargo, Lucy acaba muriendo, lo que le complica la vida a Lucía.

Lucía ha de cambiar de colegio, al ser considerada conflictiva. La sociedad no ve más allá, no se da cuenta del potencial que esta chica inadaptada esconde tras su aparente dureza.

¿Quién es de verdad Lucía Staton?, os preguntaréis, llegados a este punto de este artículo. Pues, ni más ni menos, que una chica de dieciséis años que se aferra al zippo de su padre muerto como si fuera lo más valioso del mundo y a la que le gusta escribir diarios para lectores ficticios (aunque al final no lo seamos tanto), escribir descripciones y escuchar la música de Erik Satie. Lucía es muy inteligente, pero también alguien que no está del todo integrada en la sociedad, en parte porque los demás no la dejan; en parte porque ella no quiere. Es también alguien que es probable que acabe buscando un grupo alternativo, como el que forman Stephan, Jan y Lana. Los incendios son algo que, sin duda, atraen a nuestra chica. ¿Acabará finalmente provocando uno? ¿Y por qué?

La historia puede que no os parezca en exceso original, teniendo en cuenta lo que os he contado de ella. Sin embargo, creo que la forma en la que se nos presenta, en forma de diario escrito en diferentes estilos en función del momento, la fuerte personalidad de su protagonista, que no se rinde en ningún momento, y el explosivo final, os atraerán como un mosquito a una de esas lámparas que se colocan en las terrazas en verano. Así que, cuidado, amigos, ¡no vayáis a quemaros con el fuego de Lucía! ¿A qué esperáis para conocerla y ver cómo ilumina esta chica vuestras vidas?

Cristina Monteoliva