Es difícil luchar
contra los estereotipos, pero no imposible. Por ejemplo, pensamos en una clase
social y enseguida nos hacemos a la idea de que sus miembros son de una manera
o de otra, simplemente porque no nos paramos a conocerlos en profundidad. ¿Qué
tal si nos adentramos en la historia de una madre y una hija de familia
acomodada para ver cómo son en realidad? Me refiero a las que conoceremos en Laura y Emma, la interesante novela de
Kate Greathead de la que os hablaré a continuación.
Tras
mantener un fugaz idilio con el ladrón que entrara a robar en la casa de sus
padres, Laura se queda embarazada. Si bien en principio piensa en no tener el
bebé, pronto decide seguir adelante con el embarazo contándole a todos sus
familiares y amigos que se ha quedado en estado por una inseminación
artificial. Laura y Emma comienzan así su vida como madre e hija. Una madre y
una hija privilegiadas (ya que los padres de Laura tienen dinero más que
suficiente como para mantener tanto a la familia de Laura como a la de
Nicholas, su hermano) pero también conscientes de los problemas sociales de
Estados Unidos y el mundo en la década de los ochenta y noventa del pasado
siglo.
Esta
es la historia de Laura y su hija Emma, escrita en capítulos de extensión
variable que nos hacen ver lo mejor de cada año de sus vidas, comenzando en
1980 y terminando en 1995.
Criada
en el exclusivo Upper East Side de Manhattan, Laura viste siempre igual a principio
de los ochenta, trabaja en la biblioteca (edificio en el que su familia celebra
bodas por todo lo alto) y comparte confidencias con Margaret, su amiga desde la
infancia. Si bien no tiene un especial interés por los hombres, Laura se deja
seducir por el extraño que se ha colado en la casa de sus padres afirmando ser
un amigo de su hermano y que luego resulta ser un ladrón. Aquel encuentro
transformará la vida de nuestra mujer, convirtiéndola en poco tiempo en una
madre responsable que se desvive por su hija, si bien no es algo que le cueste
tanto, ya que su familia tiene dinero suficiente como para que tanto Nicholas,
su hermano, como Laura, se despreocupen de ciertos asuntos.
Laura
asume con naturalidad y alegría su nueva condición de madre. Poco tiempo
después, se muda a un barrio que no está acorde con su clase social, pero en el
que pronto se siente a gusto, a pesar de la opinión de sus conocidos con
respecto al asunto. Emma, sin embargo, no irá a un colegio público, sino a uno
privado y exclusivo. Las vacaciones también serán de lo más exquisitas, siempre
en la casa de la playa de la familia.
Laura
y Emma, descubriremos pronto, son dos chicas que viven en una eterna
contradicción: tienen vidas de privilegiadas, pero se preocupan por asuntos
como el SIDA, el efecto invernadero o la construcción masiva de rascacielos en
Nueva York. Por un lado quieren seguir siendo mujeres de clase alta; pero, por
otro, quieren integrarse dentro de la clase media. Y aunque los roces con la
familia de Laura sean constantes, madre e hija parecen llevarse bien. Hasta la
llegada a la adolescencia de Emma. ¿Será entonces cuando ambas se separen?
Laura y Emma,
en definitiva, es la crónica de los primeros años de una madre y de una hija
única, además de un repaso a los acontecimientos más relevantes que tuvieron
lugar en Nueva York y en el mundo en la década de los 80 y en la primera mitad
de los 90 del siglo pasado. Se trata esta de una obra que nos demuestra que al
fin y al cabo, a pesar de las clases sociales, todos podemos parecernos en
muchos aspectos de la vida cotidiana, teniendo, ante situaciones iguales,
reacciones parecidas o exactamente las mismas. Una excelente novela con la que
olvidarnos de las ideas preconcebidas y aprender que todos somos seres humanos,
únicos e irrepetibles. Y tú, ¿a qué esperas para conocer a las maravillosas
Laura y Emma?
Cristina Monteoliva