El amor no conoce
barreras, tal y como vemos en la realidad y en las historias de ficción. ¿O es
que acaso si existieran los vampiros no se podrían enamorar de cualquier ser
humano? De una contable de éxito, por ejemplo. Una como Amelia Collins, la
protagonista de Mi cita es un vampiro,
la novela de Jenna Levine de la que hoy os vengo a hablar.
Amelia
Collins es una contable de éxito con una gata, Gracie, y una vida bastante
aburrida por culpa del trabajo. Un buen día, le llega la invitación de boda de
una de sus primas. Presionada con su familia, que no acepta que siga soltera a
sus treinta y cinco años, decide inventarse que tiene un novio. ¿Quién es el
elegido? Nada más y nada menos que Reggie Cleaves, un vampiro centenario con un
carácter un tanto disparatado. Por supuesto, Amelia no sabe que lo es; tampoco
que acabará enamorándose de él perdidamente. Pero, ¿y si hubiera algún peligro
que acechara a ambos? ¿Podrían acabar saliendo juntos de verdad?
Esta
es la historia de amor de Amelia y Reggie, nuestros narradores y protagonistas.
Los dos son personas bien distintas. Para empezar, Amelia es seria y
disciplinada, mientras que Reggie es divertido y desastroso. Ella tiene treinta
y cinco años y una vida estable, pero él más de cien y va de aquí para allá.
Todo
empieza con uno de esos encuentros fortuitos y casuales para llegar luego a la
falsa cita que acaba en cita verdadera. Pero hay más: unos vampiros que
persiguen a Reggie, una fundación que trae de cabeza a Amelia y un montón de
situaciones divertidas, sobre todo gracias a nuestro disparatado vampiro.
Mi cita es un vampiro
es, en definitiva, una comedia romántica amable, ideal para las lectoras que
buscan una historia con vampiros diferentes dispuestos a enamorarse de humanas,
pocos sobresaltos y buenas dosis de humor. Y tú, ¿te atreves a conocer a
Reggie?
Cristina Monteoliva