sábado, 18 de octubre de 2025

Reseña: LADY LUDLOW, de Elizabeth Gaskell

 


Hay oficios y ocupaciones que quedan ya tan lejanos en el espacio y en el tiempo, que para conocerlos debemos  recurrir a los ensayos y las novelas. Uno de ellos es el de dama de compañía, una labor que desempeñaban chicas jóvenes de buena familia, a veces caídas en la desgracia de la ruina. Este sería el caso de Margaret Dawson, la hábil narradora de la novela Lady Ludlow, la estupenda obra clásica de Elizabeth Gaskell de la que hoy hablaremos.

Primeros años del siglo XIX. Margaret Dawson es una chica de diecisiete años que, tras la muerte de su padre, un clérigo de pocos posibles, es enviada a Hanbury Court para formar parte de la cohorte de señoritas de compañía de la anciana condesa Lady Ludlow. Como nueva integrante de la mansión, la joven Margaret será testigo de múltiples situaciones, algunas de ellas bastante tensas. Y es que Lady Ludlow, antigua dama de compañía a su vez de la reina Carlota, es una mujer de costumbres arcaicas y arraigadas que se niega, entre otras cosas, a los planes del párroco Gray de construir una escuela dominical, o de su administrador, el señor Horner, por tener a un chico, hijo de un cazador furtivo, como secretario. La anciana dama recuerda la historia de amor de unos aristócratas franceses, que no sobreviven a la Revolución Francesa, sin sospechar que tal vez la desgracia venga pronto a buscarla. ¿Qué deparará el destino a la mujer de alta cuna y a sus muchachas?

Antes de entrar en otros detalles, creo que es importante que el futuro lector de esta obra tenga en cuenta un par de datos. El primero, tal y como leemos en la Nota al texto que precede a la novela, que Lady Ludlow fue publicada por primera vez por entregas en la revista de Dickens de nombre Household Words, entre junio y septiembre de 1858. Ya en 1859, el texto fue incluido junto a otros en un volumen titulado Round the sofa que sería publicado por Sampson and Low, y que contendría distintas historias que varios visitantes cuentan a una anciana enferma, la señora Dawson. La misma señora Dawson que en Lady Ludlow se proclama como narradora principal para contarnos cómo fue su juventud junto a la anciana condesa.

Lo segundo que creo que tenéis que saber es que la propia anciana Dawson, antes de comenzar a narrar, indica que lo que va a contar no es una novela al uso, pues no tiene planteamiento, nudo y desenlace. En efecto, esta es una historia en la que parece que no pasa nada, pero en realidad pasa de todo alrededor de la anciana Lady Ludlow. Una obra costumbrista en la que conoceremos cómo era la vida rural en la casa de una noble en el siglo XIX, la oposición al cambio de la dueña del lugar y los conflictos entre ella y otros personajes, o entre varios personajes entre sí.

La principal narradora es Margaret Dawson, una anciana que decide contarle a sus invitados lo más importante de su juventud: su trabajo como dama de compañía de Lady Ludlow. En un momento de la narración, sin embargo, es la propia Lady Ludlow la que toma la batuta narrativa para contar de forma bastante extensa la historia de amor y desdicha entre unos nobles franceses en medio de la Revolución francesa.  

¿Qué podemos decir de los personajes? Por un lado, tenemos a Lady Ludlow, una mujer a la que, en el momento en el que comienza la narración, es viuda y solo le queda vivo uno de los nueve hijos que llegó a tener. Como ya hemos dicho antes, se trata de una mujer enérgica y anticuada, pero también generosa con los que aprecia.

Pugnando por el protagonismo de esta obra tenemos a Margaret, una joven atenta y observadora que se ve obligada a ser dama de compañía de la anciana condesa. Poco después de entrar en la mansión, Margaret sufrirá diversas lesiones que la acompañarán de por vida. Menos mal que cuidando de las chicas está la señora Medlicot.

Entre los personajes secundarios destacan Horner, el sufrido administrador de las propiedades de Lady Ludlow; el señor Gray, el pastor con el que la señora de la casa tampoco se lleva bien por tener ambos ideas diferentes sobre la educación de los niños del lugar; y la señorita Galindo, una dama venida a menos que Lady Ludlow convierte en la secretaria de Horner.

Lady Ludlow, en definitiva, es una estupenda novela de época con pasión, intriga y una protagonista empeñada en negarse al progreso. Una historia de historias tan inteligente como entrañable con una ambientación exquisita. Y mucho más. Pero te dejaré que lo descubras por ti mismo cuando te decidas a leer este volumen.

Cristina Monteoliva