Hay oficios y
ocupaciones que quedan ya tan lejanos en el espacio y en el tiempo, que para
conocerlos debemos recurrir a los
ensayos y las novelas. Uno de ellos es el de dama de compañía, una labor que
desempeñaban chicas jóvenes de buena familia, a veces caídas en la desgracia de
la ruina. Este sería el caso de Margaret Dawson, la hábil narradora de la
novela Lady Ludlow, la estupenda obra
clásica de Elizabeth Gaskell de la que hoy hablaremos.
Primeros
años del siglo XIX. Margaret Dawson es una chica de diecisiete años que, tras
la muerte de su padre, un clérigo de pocos posibles, es enviada a Hanbury Court
para formar parte de la cohorte de señoritas de compañía de la anciana condesa
Lady Ludlow. Como nueva integrante de la mansión, la joven Margaret será
testigo de múltiples situaciones, algunas de ellas bastante tensas. Y es que
Lady Ludlow, antigua dama de compañía a su vez de la reina Carlota, es una
mujer de costumbres arcaicas y arraigadas que se niega, entre otras cosas, a
los planes del párroco Gray de construir una escuela dominical, o de su
administrador, el señor Horner, por tener a un chico, hijo de un cazador furtivo,
como secretario. La anciana dama recuerda la historia de amor de unos
aristócratas franceses, que no sobreviven a la Revolución Francesa, sin
sospechar que tal vez la desgracia venga pronto a buscarla. ¿Qué deparará el
destino a la mujer de alta cuna y a sus muchachas?
Antes
de entrar en otros detalles, creo que es importante que el futuro lector de
esta obra tenga en cuenta un par de datos. El primero, tal y como leemos en la Nota al texto que precede a la novela,
que Lady Ludlow fue publicada por primera vez por entregas en la revista de
Dickens de nombre Household Words,
entre junio y septiembre de 1858. Ya en 1859, el texto fue incluido junto a
otros en un volumen titulado Round the
sofa que sería publicado por Sampson and Low, y que contendría distintas
historias que varios visitantes cuentan a una anciana enferma, la señora Dawson.
La misma señora Dawson que en Lady Ludlow
se proclama como narradora principal para contarnos cómo fue su juventud junto
a la anciana condesa.
Lo
segundo que creo que tenéis que saber es que la propia anciana Dawson, antes de
comenzar a narrar, indica que lo que va a contar no es una novela al uso, pues
no tiene planteamiento, nudo y desenlace. En efecto, esta es una historia en la
que parece que no pasa nada, pero en realidad pasa de todo alrededor de la
anciana Lady Ludlow. Una obra costumbrista en la que conoceremos cómo era la
vida rural en la casa de una noble en el siglo XIX, la oposición al cambio de
la dueña del lugar y los conflictos entre ella y otros personajes, o entre
varios personajes entre sí.
La
principal narradora es Margaret Dawson, una anciana que decide contarle a sus
invitados lo más importante de su juventud: su trabajo como dama de compañía de
Lady Ludlow. En un momento de la narración, sin embargo, es la propia Lady
Ludlow la que toma la batuta narrativa para contar de forma bastante extensa la
historia de amor y desdicha entre unos nobles franceses en medio de la Revolución
francesa.
¿Qué
podemos decir de los personajes? Por un lado, tenemos a Lady Ludlow, una mujer
a la que, en el momento en el que comienza la narración, es viuda y solo le queda
vivo uno de los nueve hijos que llegó a tener. Como ya hemos dicho antes, se
trata de una mujer enérgica y anticuada, pero también generosa con los que
aprecia.
Pugnando
por el protagonismo de esta obra tenemos a Margaret, una joven atenta y
observadora que se ve obligada a ser dama de compañía de la anciana condesa.
Poco después de entrar en la mansión, Margaret sufrirá diversas lesiones que la
acompañarán de por vida. Menos mal que cuidando de las chicas está la señora
Medlicot.
Entre
los personajes secundarios destacan Horner, el sufrido administrador de las
propiedades de Lady Ludlow; el señor Gray, el pastor con el que la señora de la
casa tampoco se lleva bien por tener ambos ideas diferentes sobre la educación
de los niños del lugar; y la señorita Galindo, una dama venida a menos que Lady
Ludlow convierte en la secretaria de Horner.
Lady Ludlow,
en definitiva, es una estupenda novela de época con pasión, intriga y una protagonista
empeñada en negarse al progreso. Una historia de historias tan inteligente como
entrañable con una ambientación exquisita. Y mucho más. Pero te dejaré que lo
descubras por ti mismo cuando te decidas a leer este volumen.
Cristina Monteoliva