Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
volvemos
a la carga con nuestras entrevistas, esta vez con la que nos ha concedido Eva Contreras Cerro, autora que ha
enfocado sus estudios hacia el arte, la creatividad y el diseño en la Escuela de Artes Mateo Inurria de Córdoba,
y que se estrena en el mundo de la
publicación con El Guerrero del Dragón de
Diamante (Diversidad Literaria, 2024).
Dicho
esto, vamos con las palabras de Eva:
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Ya desde muy pequeña me encantaba
escribir los cuentos que me contaban mi padre y mi abuela para dormir, la
escritura y la ilustración siempre han formado parte de mi vida. Respecto a la
novela El Guerrero del Dragón de Diamante, comencé a escribirla a los 14 años,
durante una larga estancia en el hospital debido a un aneurisma del que tuve
que ser operada. Debido a esa condición no podía realizar actividad física ni
me recomendaban fijar mucho tiempo la mirada en la televisión o los libros, de
forma que me dediqué a pensar en la historia y, en cuanto me dieron el alta, la
escribí a mano. Años después, durante la pandemia, fue cuando decidí
reestructurarla, corregirla y reescribirla.
©
Eva Contreras Cerro.
Háblanos
de la unión de tu escritura y los juegos de rol.
El mundo de los juegos de rol ha
sido una de mis mayores influencias. Una partida de rol, por no extenderme
demasiado, es como una obra de teatro improvisada cuyo argumento únicamente
conoce el director, llamado Narrador o Máster. El narrador debe transmitir,
como su propio nombre sugiere, de forma narrada a sus jugadores todo el
transcurso y la acción de la historia que ha pensado para hacerlos avanzar a
través de ella.
Al
principio, cuando escribí mi novela, no tenía esperanza en que pudiera llegar a
convertirse en un libro publicado, pero tenía la gran necesidad de transmitir
mis mundos, mis historias y mis personajes a la gente. Debido a ello, creé
nuevas historias en el contexto del mismo universo en el que transcurre la
novela, les añadí elementos de las mitologías de los mundos de rol en los que
quería basar mis partidas y comencé a narrar a mis jugadores.
La primera
de estas partidas duró cerca de tres años y medio, en los que quedábamos
prácticamente todas las semanas en largas sesiones en las que a veces nos
amanecía jugando. La segunda duró más de cuatro años. Mis propios jugadores me
decían que mis partidas enganchaban, que mis historias le atrapaban. Ellos me
preguntaron: ¿Por qué nos las escribes?
Y yo dije:
Pues… ¿Por qué no? Y así comencé a tomármelo mucho más en serio.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritora?
Principalmente, mencionaría a
cuatro.
Por un lado, Harry Potter. Como a
buena parte de mi generación, fue una de las sagas que me introdujo en el mundo
de la fantasía y me hizo soñar con un mundo de magia y hechizos. Me gustó su
narrativa dinámica, sencilla y que, siendo fácil de comprender por un
adolescente, terminaba atrapando en cada página.
Por otro,
por supuesto, el gran maestro de la fantasía: Tolkien. De él, lo que me más me
apasiona es su infinita creatividad, ya que él, de la nada, dio forma a un
mundo y sus bases mitológicas, que por cierto siguen usándose hoy día en
prácticamente toda la fantasía épica.
También
quiero mencionar a Lovecraft, el escritor del horror cósmico, porque me gusta
su forma de jugar con la psicología y la mente del lector y su forma de
describir criaturas inimaginables por la mente humana.
Por
último, y no por ello menos importante, mi escritor favorito: Terry Pratchett,
el rey de la sátira disfrazada de fantasía, un autor capaz de decir grandes
verdades esquivando hábilmente la ofensa, un humor blanco y a la misma vez,
certero como un dardo, que con su loco Mundodisco nos traslada a mil aventuras
en lugares que solo a una mente como la suya se le podrían haber ocurrido.
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Precisamente dejé a Terry Pratchett para el final para responder
también a esta pregunta. Recientemente terminé su obra Ritos Iguales y estoy continuando con otra de su saga Mundodisco, llamada Los pequeños hombres libres. De esta aún puedo decir poco, porque
apenas llevo unas páginas, pero de Ritos
Iguales, como de todos sus libros, no podría parar de recomedarlo. Tiene
una forma única de describir todo, cada color, cada sonido. No le basta con
usar un adjetivo, sino que tiene que soltarte un excelente párrafo que te
descoloca brevemente de tu lectura hasta que finalmente te das cuenta de que el
objetivo de ese pedazo de texto es nada menos que explicarte la sensación de un
personaje de la manera más rebuscada, absurda y a la vez inteligente posible. Y
no se hace pesado para nada, porque cada línea es una genialidad, es capaz de
darle vueltas de tuerca a cada idea, de buscarle una lógica a la fantasía y de
arrancarnos una carcajada a cada página. En serio, si no conocéis a Pratchett,
dadle una oportunidad a su Mundodisco.
Lo merece.
¿Escribirías
una novela de moda a cambio de hacerte famosa?
Creo que sinceramente, no. El
motivo por el que escribo es precisamente porque quiero transmitir mis mundos e
ideas, por lo que no querría salir de esa línea, tengo mucho material guardado
para ir publicándolo poco a poco. No querría ser “una más” a la moda. Quiero
ser yo.
He visto
cómo muchos autores, para vender más, meten con calzador escenas picantes o
exageradamente sexuales en sus novelas, y yo me niego a eso. Prefiero que mi
novela sea menos popular si hace falta pero seré fiel a mis ideas y a mis
principios. Quiero que mis novelas puedan ser leídas igual por un adulto que
por un adolescente.
¿Qué
género literario no escribirías nunca?
Género bélico, o cualquier género
costumbrista. Respeto el valor de estos géneros pero no me gustan ni para la
literatura ni para las series o el cine. Lo bélico me deprime muy
profundamente, lo paso realmente mal con cualquier obra de dicho género, y lo
costumbrista me resulta algo que veo en mi día a día. Cuando leo, escribo o voy
al cine lo hago para evadirme de ese día a día, por eso me gusta la fantasía y
evitaría el tema a la hora de escribir.
¿Cómo
ves el panorama literario actual?
Creo que, gracias a las
autopublicaciones, está habiendo una auténtica marabunta de nuevas novelas. El
problema es que, por desgracia, muchas se publican sin pasar ninguna clase de
filtro de calidad. Muchas editoriales, además (aunque afortunadamente no fue mi
caso), buscan publicar a autores que tengan muchos seguidores en las redes
sociales, o a aquellos que paguen el trabajo por adelantado.
Estos
factores juntos desde mi punto de vista han provocado que haya una saturación
tremenda de obras de media o baja calidad, y que para el lector sea imposible
saber distinguir las que merecen la pena de las que no, haciendo que en muchos
casos, pequeños buenos autores desaparezcan sin ser conocidos entre esa marea
de nuevas novelas.
Pienso que
si las editoriales volvieran a esforzarse en valorar y aceptar obras sin poner
esas condiciones tan abusivas a los autores, ese panorama podría cambiar, pero
de momento, los nuevos escritores que pretendemos hacer una novela de calidad
lo tenemos muy complicado.
Tu
primera novela publicada es El guerrero
del dragón de diamante. ¿Qué vamos a encontrar en este libro?
Es la primera parte de una
trilogía de fantasía épica que transcurre en un mundo donde existen la magia,
las razas fantásticas, los dragones y otras muchas criaturas increíbles.
El
protagonista se llama Keykum. Es un joven semielfo que creció viviendo en su
infancia el rechazo debido a su sangre mestiza, y que a muy temprana edad se
convirtió en un héroe que salvó a su reino del mal.
En el
libro hablo mucho de la psicología de este personaje. Siempre nos centramos
mucho en hablar de la aventura del héroe, de sus odiseas y sus batallas, pero
muy pocas veces se comenta cómo está la mente de ese héroe cuando regresa a
casa. Keykum es una persona que sufre una profunda depresión y estrés post
traumático, pero que tiene que sonreír y aparentar ser fuerte ante todos los
que en su momento le discriminaban pero que ahora le consideran un ídolo.
Es una
persona destrozada, que se siente atrapado sin remedio en una vida de la que
desea huir. De repente, de forma inesperada, Key aparecerá en un mundo
totalmente distinto al suyo, con un nivel de energía mágica muy inferior, con
tecnología y donde las razas mágicas no existen. Por si fuera poco, en este
nuevo mundo, Keykum es solamente un personaje ficticio literario. ¿Podrá
comenzar una nueva vida?
Hasta ahí
puedo leer.
¿Cuánto
tiempo has tardado en escribir El
guerrero del dragón de diamante?
Lo empecé a los catorce años, y de
eso hace ya más de veinte años. Han sido muchas revisiones y reescrituras hasta
que por fin he conseguido quedar satisfecha con la novela.
¿Qué
tienen de ti los personajes de esta novela?
Mucho. Todos los protagonistas
tienen rasgos míos o de las personas de mi entorno. Por ejemplo, a veces me
comentan que hay pocas chicas en la primera parte de la trilogía, ¡pero es que
yo de pequeña apenas tenía amigas! Casi siempre me juntaba con otros chicos, y
por eso, el grupo inicial es solo de chicos.
Uno de
ellos tiene el mismo apodo que mi mejor amigo de por esos entonces, y el
personaje se basa bastante en él y en su forma de ser.
La descripción de muchos lugares
del mundo tecnológico están sacadas de mi propio entorno.
Lo de ser
un hablador incorregible de Dan, las bromas fuera de lugar de Tarka, esa forma
de ser en ocasiones distante de Iván o incluso esa forma de dar demasiadas
vueltas a la cabeza de Key, todo ello, posiblemente, tenga más de mí de lo que
querría reconocer.
¿Qué
diferencia a El guerrero del dragón de
diamante de otras novelas del mismo género?
Uno de los puntos más interesantes, además de sus giros de trama, es la forma que tiene de hablar de la psicología de los personajes. Para mí, no existe el blanco y negro, el bien y el mal. Me gusta poner a mis personajes en situaciones donde deban replantearse continuamente sus propios principios y darse cuenta de que quizá su forma de pensar pueda estar equivocada. También me gusta hacer a personajes muy humanos, muy cercanos al lector, lejos de conversaciones imposibles y platónicas. Los muchachos se comportan como muchachos, y reaccionan como lo haríamos cualquiera de nosotros en las situaciones en las que se encuentran.
©
Eva Contreras Cerro.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Por lo pronto, tengo ya escritas
el segundo y tercer volumen de esta novela. Realmente se escribieron como una
única novela, pero la editorial vio conveniente publicarlo en tres tomos, así
que realmente, la trilogía está escrita entera.
Mi
proyecto para después de publicarla es continuar con una segunda parte, que se
situaría unos años después del final de esta trilogía. Llamémoslo, de momento,
El guerrero del Dragón de Diamante (vol. 1, 2 y 3) y El Guerrero (segunda
parte).
Paralelamente,
quiero escribir otras dos historias que van a transcurrir en otro mundo del
mismo universo. De momento, voy a llamarlas El Reinado. Si todo sale bien,
tanto estas dos primeras historias del Guerrero, como las dos siguientes del
Reinado, tendrán un final común.
Lo mejor
de todo es que las historias del Reinado son aquellas que he narrado en mis
partidas de rol, por lo que si bien no están escritas en papel, están
perfectamente planificadas y preparadas para cuando llegue el momento de
hacerlo.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Me gustaría darte las gracias por
dar este pequeño espacio a una nueva escritora como yo. Por culpa del síndrome
del impostor que sufrimos muchos artistas, me ha costado mucho creer en mi
propio trabajo. Ha sido la insistencia de la gente y las reseñas positivas que
estoy recibiendo las que me están haciendo darme cuenta de que lo que cuento es
interesante, está bien, gusta a la gente, y eso me hace muchísima ilusión
porque es lo que siempre quise. Quiero que la gente conozca a mis personajes,
que se enganchen de las aventuras que cuento y que pidan más.
Por eso,
poder participar en esto es para mí mucho más de lo que nunca hubiera imaginado.
Una vez
más, gracias y un abrazo enorme.
Muchas
gracias, Eva, por tu tiempo, tus
respuestas y tus fotos personales. Te deseamos una carrera literaria larga y próspera.
Y
a vosotros, amigos lectores, gracias
por estar un día más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva