viernes, 7 de junio de 2024

Reseña: ESPACHURRADOS, de Michelle Mee Nutter y Megan Wagner Lloyd.


En España y en otros países del llamado Primer Mundo, ya no hay tantas familias numerosas como antes. La mayoría de los adolescentes tiene uno o dos hermanos o son hijos únicos. Probablemente, casi todos dispongan de habitaciones individuales. Pero, ¿cómo será para una chica de once años que tiene seis hermanos compartir espacio con varios de ellos? Para descubrirlo, nada mejor que leer la estupenda novela gráfica Espachurrados, de Michelle Mee Nutter y Megan Wagner Lloyd. Intentaré convencerte de ello a lo largo de esta reseña.

Annie vive en Hickory Valley con sus padres y sus seis hermanos. Aunque casi siempre se lleva bien con todos ellos, a pesar de lo ruidosos que son, está cansada de compartir habitación. Por desgracia, ella es solo la segunda del clan, y el cuarto individual le ha tocado a su hermano mayor. Dispuesta a sacar de donde sea un espacio propio, Annie se dispone a trabajar duro para conseguir dinero. Mientras tanto, crea una obra de arte para la feria veraniega y se enfrenta a cambios en sus amistades. Todo se complica cuando a la madre de nuestra chica le ofrecen un estupendo trabajo en la otra punta del país, uno que permitiría que su padre se quedara escribiendo y cuidando la casa. ¿Podrá Annie con tantos cambios?

Ser una chica preadolescente (nuestra protagonista y narradora tiene once años) nunca ha sido fácil. Llega el momento en el que necesitas tu propio espacio para estudiar, crear o simplemente relajarte. Como vemos en Espachurrados, esto se complica cuando tienes una familia numerosa. Por mucho que quieras a tus hermanos, tu necesidad de encontrar tu propio rincón es cada vez mayor. Y rendirse no es una opción.

Annie es una joven creativa y luchadora dispuesta a todo por conseguir su propio cuarto. Con ayuda de sus hermanos, buscará trabajillos en el barrio para conseguir dinero con el que alcanzar su sueño. Como es de esperar, no todos los planes saldrán bien, lo que nos proporcionará momentos muy divertidos.

Nuestra protagonista no solo tiene el problema de la habitación: a su alrededor todo está cambiando, especialmente con sus amigos, y ha de adaptarse. Para colmo, probablemente se muden a la otra punta del país, lo que conllevará empezar de cero con el colegio y los amigos.

Lo bueno de las novelas gráficas es que puedes ver qué pasa durante los silencios de los personajes, su forma física de reaccionar y hasta imaginar con las viñetas su forma de hablar. Espachurrados es una obra en la que la imagen y la palabra espantan a la perfección, transmitiendo un sinfín de emociones al lector.

Espachurrados es, en definitiva, una historia divertida, amena y enriquecedora sobre lo que significa hacerse mayor y tener que afrontar cambios relevantes en tu vida. Una novela gráfica sobre la importancia de la familia, la amistad y la propia realización personal. Una lectura la mar de recomendable tanto para jóvenes como para adultos.

Cristina Monteoliva