Año
2028, aeropuerto de Madrid. El vuelo hacia México está listo para partir cuando
un contratiempo técnico hace que el aparato deba permanecer en tierra. El
tiempo se hace eterno para el personal de vuelo y los pasajeros. Muchos de
ellos tendrán tiempo suficiente para pensar en su presente y su pasado. Hasta
que todo se complica con la noticia de un nuevo atentado terrorista. ¿Conseguirá
finalmente despegar el aparato?
Es
complicado resultar original en un mundo en el que ya se ha escrito todo de
todas las formas posibles. Y, sin embargo, de vez en cuando encontramos obras
que, de alguna manera, se salen de la norma para ofrecernos perspectivas
diversas. Esto es lo que ocurre con El
avión de los inocentes, una novela en la que vamos a conocer a varios
personajes desde su propio punto de vista.
No
podemos decir que nos encontremos con varios soliloquios o monólogos internos.
Más bien da la impresión de que los personajes se comunican con el lector como
si este fuera un amigo al que le cuentan lo que piensan de los otros, sus
dudas, sus temores, sus anhelos… Incluso los tres capítulos de una novela
inconclusa.
En
este avión que no acaba de despegar nos vamos a encontrar con Carlos, el
piloto, un hombre en edad madura que se compadece del copiloto, Ernesto,
mientras los ojos se le van tras Lucía, la joven auxiliar de vuelo.
Ernesto,
el copiloto, sueña con convertirse en un escritor de éxito. Su anhelo se ha
visto frustrado por una terrible tragedia en la familia, lo que hace que Carlos
tema que su segundo de a bordo cometa un acto atroz.
Lucía,
la auxiliar de vuelo, es una joven inocente que admira al Ernesto escritor.
Por
otro lado, Isabel, es una azafata experimentada que también bebe los vientos
por el copiloto.
Entre
los pasajeros, nos encontramos con Carmen, la expareja de Carlos que vuela a
México en busca de una nueva vida lejos de un hombre que no la dejaba vivir
tranqula, y Toño, un pasajero con el que una vez Isabel tuvo una relación (y
sigue enamorado de ella).
Al
comenzar a leer, puede dar la sensación de que no va a ocurrir gran cosa. Pronto,
sin embargo, nos damos cuenta de que en esta novela psicológica con tantas
mentes bulliciosas todo está por pasar. Así, la angustia por la espera va en crecimiento
y, ¿qué sucederá cuando todos descubran que ha habido un nuevo atentado?
El avión de los inocentes,
en definitiva, es una obra llena de matices especialmente indicada para los que
deseen explorar la naturaleza del ser humano en momentos extremos. Y tú, ¿cómo
crees que te comportarías si estuvieras en este avión?
Cristina Monteoliva