Si algo aprendimos del
mítico programa Quién sabe dónde es
que cada día alguien desaparece en España. Aunque muchos son los sucesos que
llegan a los medios de comunicación, los más llamativos siempre han sido los de
las chicas que salieron un día de casa y nunca volvieron. Estos casos a menudo
quedan sin descifrar y caen pronto en el olvido del público general. O no.
Porque, ¿qué pasaría si alguien llegara a obsesionarse con la desaparición y
muerte de una chica que le es totalmente ajena? La respuesta la encontramos en Una cara conocida, la original novela de
terror psicológico de Darío Vilas de la que hablaremos a continuación.
En
2002, Jaime, un joven de Vigo, se obsesiona con la desaparición de una chica
cuya cara ve en los carteles colgados por la calle. Veinte años más tarde, su
abuela, Amelia, dice algo en su lecho de muerte que hace que Jaime vuelva a
interesarse por el tema. El caso del asesinato de la chica está a punto de
cerrarse, pero él está convencido de que puede llegar hasta el asesino. ¿Hasta
dónde le llevarán sus pesquisas?
Jaime
es un administrativo gallego divorciado y con una hija adolescente que no tiene
nada que perder. Aunque su abuela Amelia fue uno de los pilares de su vida,
lleva tiempo sin verla. La sorpresa llega cuando le avisan de que se está
muriendo y ella le hace recordar a la chica de los carteles, la que desapareció
hace veinte años para ser encontrada muerta más tarde. Aquella cara conocida. Jaime
encuentra así su gran propósito: encontrar al asesino de la muchacha.
El
narrador nos transporta a dos épocas que se alternan: el 2002, cuando
desapareció la chica; y el presente de Jaime, veinte años después.
Curiosamente, en el 2002 la voz narrativa habla en presente y dirigiéndose a
Jaime, no al lector, mientras que en el momento actual narra en pasado. ¿Nos
puede estar esto dando alguna pista de lo que de verdad va a suceder en la
novela?
Parece
una novela negra, pero no lo es. Aunque Jaime sea un ser atormentado, como los
protagonistas del género policiaco, lo que ocurre tanto en su pasado como en su
presente dista mucho de parecerse a la resolución de un caso criminal.
Tampoco
se trata esta de una novela de fantasmas al uso. Podría extenderme más aquí,
pero entonces estaría desvelando demasiado. Y eso es, al fin y al cabo: una
trama que va revelando todo poco a poco, sin que el lector lo tenga claro al
final. Pero, ¿no es mejor cuando puedes sacar tus propias conclusiones de lo
que has percibido?
Es
una novela de ficción, pero con una base muy real: la desaparición de chicas
que acaban apareciendo muertas sin que se sepa qué ha pasado con ellas
exactamente. Darío Vilas realiza aquí su propia reivindicación: ¿hasta cuándo
seguirán ocurriendo cosas así? ¿Y por qué la sociedad parece darle a veces la
espalda a las víctimas y sus familiares?
Una cara conocida,
en definitiva, es un libro para ser leído de una sentada y así poder entender
de una vez todo lo que le ocurre a Jaime mientras busca al asesino de una chica
desaparecida. Una obra inquietante y misteriosa que no dejará indiferente a
todo el que se acerque a ella. Y tú, ¿a qué esperas para acompañar a Jaime en
su búsqueda?
Cristina Monteoliva