Jugar al escondite de
pequeños está la mar de bien. Cuando somos adultos, sin embargo, nos dicen que
no está bien escondernos. El que se esconde físicamente puede acabar espiando
una conversación; el que lo hace de otra forma, no se muestra nunca ante los demás.
¿Y qué pasa cuando vas ocultándote por la vida?, me pregunto tras la lectura de
A escondidas, el excelente nuevo
libro de relatos de Ivan Zaldua. Sin duda, la respuesta la encontrarás entre
las páginas de este volumen que te comentaros aquí.
A escondidas
es un volumen compuesto por un total de quince relatos de extensión variable en
los que cualquier cosa puede pasar. Si bien cada historia es bien distinta
comparada con todas las demás, encontramos ciertos rasgos comunes en ellas,
como el uso generalizado de la primera persona narrativa, la irrupción de lo
insólito en la vida cotidiana de los personajes, el sentido del humor, el
desbordamiento de imaginación por parte de su autor o el ese estilo que
podríamos denominar “falsa autoficción”, puesto que el autor nos confiesa en
uno de sus cuentos que solo uno de ellos lo es.
El
libro comienza con Castañas, una
historia sarcástica en la que un inocente juego puede acabar teniendo
catastróficas consecuencias.
Cuando me prohibió leer en la cama
es un cuento sobre un hombre que vive toda una aventura sensorial desde que su
pareja le dice que le molesta que lea antes de dormir.
Las moscas,
este texto en el que unos ancianos conversan, es para mí la historia más
sorprendente de este libro por lo inesperado del final.
Gusanos de seda
es un relato metafórico en el que un hombre ve cómo su vida se ve reducida a su
mínima expresión paulatinamente.
Discutiendo conmigo mismo
es el primer texto de este volumen que habla sobre la realidad del País Vasco,
en esta ocasión, con un tono bastante divertido a pesar de la seriedad del
asunto.
Madre es una tierna
historia en la que el intercambio de personalidades de dos mujeres da mucho de
sí.
El libro de latín
nos habla de un volumen mágico en el que si escribes el nombre de una persona,
la convocas.
Zapatería Beltrán, café Moderno
es una suerte de breve trhiller con
viajes temporales de por medio.
Guerras civiles
nos plantea una pregunta: ¿qué pasaría si unos soldados se quedaran atrapados
en los montes del País Vasco y no se
enteraran de que la guerra que luchaban había terminado? ¿Y si siguieran
batallando, para ellos, eternamente?
Spam nos habla de un
mundo donde todo puede ser, irónicamente, considerado basura.
Como los chorros del oro
es un relato tremendamente fantástico donde un hombre se ve convertido en un
objeto.
Entrevista es
el primer relato de los que considero de autoficción falsa. En él, se trata la
problemática vasca de nuevo.
«La côte basque», revisted
es otro de los relatos de autoficción falsa en el que se habla de un
restaurante que existe en Nueva York y que ya apareció en un cuento de Truman
Capote.
El
último de estos cuentos de falsa biografía es el último, Muerte por Twitter, es un texto sobre los peligros (o las ventajas,
según se mire) de las nuevas tecnologías.
Dejamos
para el final el comentario de El
traductor de Kafka, el único texto que se supone que expone hechos
verídicos vividos por el autor. Se trata de un extenso cuento en el que se nos
habla de una supuesta vida de Kafka que la mayoría de la gente desconocía.
A escondidas,
en definitiva, es una antología para leer bien a la vista de los demás. Un
libro luminoso donde cabe la fantasía en todas sus formas, la risa, la
nostalgia, lo que parece verdadero pero rara vez lo es y, sobre todo, la más
absoluta brillantez. Un libro de relatos que aspira a convertirse por su propio
peso en el mejor publicado este año. Dicho esto, ¿a qué esperas a leerlo?
Cristina Monteoliva