viernes, 8 de enero de 2021

Reseña: Y LA NOVIA CERRÓ LA PUERTA, de Ronit Matalon.

 

¿Has estado alguna vez convencido de hacer algo y al llegar el momento de entrar en acción te has echado atrás? ¿Se trataba de algo tan importante como casarte? ¿Te dio miedo justo cuando debías caminar al altar, hasta el punto de encerrarte en una habitación y no querer salir? ¿O no era miedo lo que sentías? Tal vez fuera algo mucho más complejo, pienso tras leer la novela de una novia que se encierra en un dormitorio el día de su boda: Y la novia cerró la puerta, de Ronit Matalon. Si quieres saber algo más sobre este libro, solo tienes que seguir leyendo este artículo.

Todo está preparado: los vestidos de los padres de los novios, el salón de bodas para los quinientos invitados y, por supuesto, el novio, Mati. La novia, Magui, sin embargo, se ha encerrado en el dormitorio de su madre sin decirle a nadie por qué. Ante la puerta se irán congregando sus más allegados: Nadia, la madre de la novia; Ilan, el primo; la abuela; Arieh y Pninit, los futuros suegros y, por supuesto, Mati. Conforme el tiempo pasa sin que Margui abra la boca, las esperanzas de poder celebrar la boda se desvanecen. De nada parecen valer los ruegos y las medidas desesperadas. Pero, ¿por qué se ha encerrado en realidad la novia? ¿Quiere o no quiere casarse? ¿Aún ama al novio?

La acción nos traslada a un piso de Tel Aviv, Israel, lugar en el que tendrá lugar toda la acción. Aquí es donde nos encontramos a Margui encerrada en el dormitorio de su madre el día de su boda. Mati, el novio que aguanta todos los caprichos de su amada, no sabe qué pensar. A veces se desespera; pero, otras muchas, la entiende, hasta el punto de olvidarse de la boda y solo querer recuperar su cariño, si es que este se ha perdido.

Nadia, la madre, sabe que todo puede estar relacionado con la desaparición de Natalie, la hermana pequeña. ¿Fue cosa de un atentado? ¿Sigue vive en alguna parte? ¿Por qué la policía no hizo lo suficiente? ¿Podrá alguna vez la hermana mayor superar la ausencia de la pequeña?

Por allí pululan también el pizpireto primo Ilan, un chico al que le gusta vestirse de mujer, y la abuela, mujer con la que Ilan vive. La abuela no oye bien, pero parece tener las papilas gustativas en plena forma, pues no para de comer. Su conexión con Margui es clara, ¿será ella la clave para resolver este misterio y hacer que la novia abra la puerta?

Tampoco podemos olvidarnos de Arieh y Pninit, los padres del novio, preocupados por el dinero que se han gastado en el gran evento, pero también por la felicidad de su hijo, que sin duda depende que Margui salga del dormitorio. Ellos serán los que busquen la solución (posible, al menos) para este delicado problema: una psiquiatra de urgencias para novias arrepentidas. ¿Qué conseguirá la especialista de Margui?

Llegados a este punto, os será fácil deducir que esta es una obra de personajes de gran calado, de seres que nos parecerán muy reales por toda la complejidad de la que su autora los ha dotado. No hay que olvidar, sin embargo, el contexto en el que estos actores se mueven: la ciudad de Tel Aviv, con sus conflictos y la posibilidad de que un desastre ocurra de un momento a otro. Este trasfondo queda perfectamente reflejado en ciertos momentos de la historia, sobre todo cuando hablamos de la desaparición, supuestamente trágica, de Natalie.

Y la novia cerró la puerta es una obra singular, una novela que se nos antoja en muchos momentos una obra de teatro en ciernes, en la que nos encontramos con un personaje principal pasivo, Margui, y un buen número de secundarios que no dejan de girar alrededor de ella, en busca todo el tiempo de una respuesta al problema. ¿Es Margui una mujer caprichosa? ¿Qué motivos tiene para encerrarse? ¿Conseguirá alguien hacerla entrar en razón? Las preguntas que nos haremos a lo largo de lectura son numerosas. Algunas tendrán respuesta; otras, seguirán quedando en el aire para aquellos que no sepan ver la profundidad de Margui y su historia. En todo caso, tendrás que leer esta gran obra para averiguarlo por ti mismo. ¡Adelante, que los invitados te esperan ante la puerta de la novia para que les ayudes a hacerla salir!

Cristina Monteoliva