¿Te gustan los libros que te suponen un
reto, no ya solo por su contenido, sino también por la forma en la que están
escritos? ¿Eres un fanático de los juegos de palabras, los recursos literarios y
el retorcimiento del lenguaje? ¿Leíste tal vez Pinceladas de Harmonía y te quedaste con ganas de más? Pues
entonces no te queda otra que leer Pinceladas
de Harmonía.con, el segundo de los libros de José Luis Fernández Juan del
que hablaremos en este artículo.
Como ya vimos en el
anterior volumen de esta curiosa saga, Harmonía es una localidad idílica que
tiene un poco de todo: montes, playas, frondosos bosques, todo tipo de
equipamiento urbano, lluvias surreales y unos pobladores tremendamente
creativos y felices que, sin lugar a duda, jamás han de conocer el
aburrimiento.
Si bien en el primer
volumen conocimos a unos personajes, en este conoceremos también a otros nuevos
que se relacionan entre ellos de formas originales, siempre amistosamente.
A lo largo de los
diecisiete capítulos de este libro, que, al igual que su predecesor, podría
entenderse como novela fragmentaria o como antología de relatos que tienen
lugar en un mismo lugar (ya que los capítulos pueden leerse de forma independiente,
sin que ello conlleve un desentendimiento de la obra global), conoceremos a sus
distintos y risueños habitantes, sus profesiones, sus pasiones, su forma de ser
y la forma que tienen de resolver los problemillas que les surgen en su idílico
y surrealista día a día.
Modelos de pies,
cocineros dadaístas, pintores de psicocuadros, actrices azules, amantes del
cine de todo tipo, hortofrutícolas, cuentacuentos, médicos, poetas, costureras
de grandes inquietudes, vendedoras de todo lo que tiene que ver con las cebras,
vendedores de figuras… Como veréis, en Harmonía las profesiones más
tradicionales se reinventan para dar lugar a las más originales de las
ocupaciones. Aquí todos son artistas a su modo; pero, sobre todo, lo son de las
palabras. Y es que si bien abundan las profesiones, las formas de entender de
forma saludable la vida, el sentido del humor y la bondad, más lo hacen los
vocablos exóticos, los juegos idiomáticos y todo tipo de figuras retóricas.
Al igual que Pinceladas de Harmonía, Pinceladas de
Harmonía.con es, en apariencia, un libro uniforme, pues una vez más el
estilo inconfundible de su autor impregna todas sus páginas; pero también puede
decirse de él que es un volumen bien variado (que puede leerse con
independencia de su predecesor, por cierto), pues cada capítulo pretende que el
lector se fije en unos elementos determinados dentro del estudio de la lengua
española y su riqueza en expresiones y léxico, así como en las diferentes y
ricas formas que tienen los harmonienses de expresar todo su ser todo el
tiempo.
Si bien en Harmonía los
personajes no suelen enfrentarse a grandes tensiones narrativas (ya hemos
comentado que Harmonía es el más idílico de los lugares del mundo), el lector
encontrará una enorme variedad de divertidas situaciones, anécdotas y momentos
para la reflexión en una lectura que requiere, por la complejidad de su texto,
de toda la atención en todo momento. Es por ello que Pinceladas de Harmonía.con, al igual que su predecesor, es un libro
especialmente indicado para los lectores que encuentran diversión en las
lecturas que no se lo ponen desde luego nada fácil, los profesores de ESO y
Bachillerato y todos aquellos que busquen enriquecer su vocabulario y sus
conocimientos en recursos literarios. Y tú que todavía no conoces Harmonía, ¿te
animas a viajar hasta este pueblo para conocer a sus divertidos habitantes y no
menos lúdicas ocurrencias?
Cristina Monteoliva