El mundo está lleno de cosas que no
puedo llegar a entender, por más que me esfuerzo en ello. Que haya gente que no
esté de acuerdo con la temporada final de Juego de tronos, la famosísima serie
de HBO, y pida por medio de firmas que se reescriba entera para luego filmarla
de nuevo, es una de ella.
La historia ya la
sabéis (incluso los que no veis la serie ni tenéis ganas de hacerlo): muchos no
están contentos con lo que ocurre en la última temporada, especialmente, parece
ser, con el cambio de rumbo en el personaje de DaenErys Targaryen, que ha pasado
de ser la salvadora de los oprimidos a la gran destructora de Desembarco del
rey.
En realidad, este
cambio tan brusco no ha sido tal. Si volviéramos a ver la serie desde el
principio, nos daríamos cuenta de que el personaje de Daenerys siempre ha
tenido sus luces, pero también sus sombras, a veces planteadas de forma poco
sutil (y no, no voy a “spoilearos” nada al respecto). El problema es que
nosotros hemos obviado todo lo que nos podría hacer sospechar: queríamos creer
en ella por encima de todo.
Queríamos pensar que
sería siempre el azote de los villanos, la salvadora de los oprimidos y, por
supuesto, un icono feminista, cuando en realidad, si nos fijamos bien, veremos
que gran parte de sus acciones han estado motivadas por su propia ambición.
En la última temporada
vemos cómo el estrés y las ansias de poder han hecho mella en ella, haciendo
que la que creíamos bondadosa reina cometa acciones atroces. ¿Cómo todos sus
antepasados, como sabemos desde el principio de la serie? Exacto. Y es que esquivar
una enfermedad hereditaria, bien sabemos algunos, es complicado (más aún en una
época como la medieval fantástica (pero medieval, al fin y al cabo), en la que
se desarrolla la trama) y si a Daenerys le ha tocado la china de la locura
familiar que se desencadena cuando la ambición toca techo, no hay más que
hacer.
Pero, oye, ¡que estamos
hablando de una serie de televisión! ¡Daenerys Targaryen no es real, es un
personaje de ficción! Salida de los la saga de novelas fantásticas Canción de
hielo y fuego, del escritor George R. R. Martin. Novelas en las que, como
sabemos, se basa la serie. También sabemos (casi todos) que el autor de la obra
original estuvo participando en la elaboración de los guiones hasta que dijo que
se retiraba para escribir lo que le quedaba de la saga. La última temporada no
sabemos si se parecerá o no a lo que Martin escriba finalmente. Pero, ¿es que
acaso pensáis que el autor va a escribir algo que os guste más? ¿Un hombre que
mató al que creíamos que iba a ser el protagonista de toda la historia en el
primer volumen? ¿El mismo que nos ha brindado escenas llenas de sangre y giros
inesperados y cruentos?
Tengamos algo claro:
los escritores, guionistas y demás creativos van a presentarnos historias que
no siempre nos van a gustar. Si no te gusta lo que pasa en la novela que estás
leyendo, puedes dejar la lectura; si no te agrada lo que ves en una serie,
puedes dejar de seguirla. Puedes quejarte de la serie, claro (yo lo hago
continuamente, de hecho, entre amigos); también puedes hacer algo maravilloso:
crear un foro en el que escribir tus propias versiones de la historia o fanfics
y compartirla con otra gente descontenta; pero pretender que se rehaga toda la
última temporada de Juego de Tronos, ¿no lo veis un poco excesivo o soy yo que
de verdad no comprendo nada?
Rehacer toda una
temporada de la serie me parece poco factible porque, primero, los guionistas no
van a ir casa por casa preguntando qué es lo que nos gustaría a cada uno que pasara
en lo que están haciendo para no volver a decepcionarnos; segundo, porque
tienen que ser totalmente libres para crear lo que quieran, le gusta luego a la
gente o no; y, tercero: con el dineral que ha costado hacer la última temporada
de la serie de televisión, ¿cómo creéis que se podrían plantear siquiera
hacerla de nuevo? Igual ese dinero podría invertirse en atajar un buen número
de problemas del mundo real mientras nosotros aceptamos que esta es una serie
de ficción y que si bien no podemos estar conformes con mucho de lo que sucede,
en unos meses, como mucho un año, nos engancharemos a otra serie y, como se
suele decir, a otra cosa, mariposa.
El mundo, como decía al
principio de este artículo tan innecesario por no aportar nada nuevo a lo que
ya habréis leído estos días, está lleno de cosas que no puedo llegar a entender
aunque me esfuerce en ello. Que tengamos cada vez la piel más fina y solo
queramos finales felices y situaciones que no nos incomoden en el cine, la
televisión y la literatura es una de ellas. Si no estamos preparados para
enfrentarnos a la ficción, por mucho que esta se parezca a la realidad (igual
ese es el problema: que la serie nos plantea personajes con personalidades que
encontramos fuera de ella), ¿estaremos preparados para vivir en el mundo no
ficticio?
En fin, amigos
lectores, no nos tomemos el final de la serie tan a pecho e intentemos
disfrutar de ella.
Cristina Monteoliva
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