Título: El suicidio de Saúl
Autor: Carlos Eugenio
López
Publica: Funambulista
Páginas: 216
Precio: 16,50 €
Mi perro es un ser inteligente, estoy
convencida de ello. Se esconde para que no le pasee (no le gusta la calle, ni
la gente, ni los otros perros), busca siempre la manera de hacer nuevas
travesuras, me consuela cuando estoy triste. No lo imagino, sin embargo,
divagando sobre su propia existencia y otros temas de gran transcendencia.
Aunque, ¿y si lo hace y no me doy cuenta? Igual que Schopenhauer, el perro
narrador de La muerte de Saúl, la novela
de Carlos Eugenio López de la que os hablo a continuación.
Schopenhauer se
encuentra de nuevo en la perrera. Tras siete años con un dueño, ha vuelto al
punto de salida. No lo hace con las manos vacías, sin embargo: de sus siete
años como perro doméstico trae muchos conocimientos sobre muy diversos temas y
la verdad de lo que ocurrió la tarde en la que su dueño, presuntamente, acabó
con la vida de dos personas. Por supuesto, esto no ayudará a su dueño en el
juicio, pero sí a los lectores a comprender muchas cosas. ¿Qué ocurrió
realmente aquel día?
Un día un hombre va a
una perrera, escoge a un perro y lo lleva a su casa. El hombre es un
funcionario con una existencia un tanto gris. Le gusta estar encerrado en casa,
hablar de filosofía y la tranquilidad. Durante siete años, habla con su perro. El
perro aprende muchas cosas sobre los pensamientos de Pascal, Platón La
Rochefoudauld, Petrarca, Virgilio, etc. Aprende a plantearse temas como la
naturaleza del mal, el sentido de la vida y la muerte, la grandeza de las
causas perdidas y de las virtudes inútiles, la naturaleza del amor, la
mediocridad, la felicidad, etc. Y con el tiempo, se vuelve un poco como su
dueño: narcisista, cínico y misántropo.
Schopenhauer es el
narrador de esta historia. También su protagonista, por más que nos intente
hacer creer que lo es su dueño. Al fin y al cabo, son suyas las vivencias, los
pensamientos, las percepciones. Por supuesto, todos queremos saber qué pasa con
su dueño tras el grave crimen cometido. Pero, ¿qué pasará también con este
perro tan ilustrado? ¿Lo sabremos al final del libro?
¿Y qué pasa con el
título de este libro?, os estaréis preguntando. Una interesante pregunta, por
cierto, a la que no puedo contestar. Solo os diré que la clave está en una de
las páginas de este tratado de filosofía disfrazado de novela, y que seguro que
la encontráis muy apropiada.
El
suicidio de Saúl, en definitiva, es una novela que
encierra un misterio y un sinfín de reflexiones filosóficas muy interesantes
que darán mucho que pensar a todos los lectores que se decidan por esta obra.
Si buscas algo diferente e inteligente, no dejes de echarle un vistazo. ¿Te
animas a adoptar a Schopenhauer?
Cristina Monteoliva