martes, 5 de agosto de 2014

Reseña de CAMBIO MIS TACONES POR LAS RUEDAS DE UN TRACTOR, de Ree Drummond

Título: Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor
Autora: Ree Drummond
Traducción: Ana Belén Fletes
Editorial: Espasa
Págs: 414
Precio: 18,90 € / 9,90 € ebook

¿Cambiarías tu vida de chica de ciudad soltera por el de granjera madre de familia? ¿No? Pero, ¿y si el cambio viene de la mano del hombre de tu vida? ¿No crees que podrías hacer cualquier cosa por amor? Estas son algunas de las preguntas que nos plantea Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor, la novela de Ree Drummond catalogada como bestseller de The New York Times.
Harta tanto de California como de su perfecto novio californiano, Ree decide dar un vuelco a su vida. Ese gran cambio parece estar en Chicago, lugar al que planea mudarse después de pasar un tiempo de descanso y meditación en casa de sus padres, en algún lugar de Oklahoma. Mientras piensa en su futuro, Ree también se divierte. En una de sus salidas nocturnas, nuestra chica conoce a “el hombre Marlboro”, del que queda totalmente prendada. El vaquero desaparece durante un buen periodo para volver a la vida de Ree con fuerza. Tanta fuerza como para hacer que esta chica criada en un campo de golf, estudiante en California y urbanita declarada cambie todos sus proyectos de futuro por un matrimonio, una granja y un montón de vacas.
Según la contraportada de este libro, Ree Drummond es una galardonada bloguera (su blog se llama www.thepioneerwoman.com), además de estrella del programa del canal de cocina Food Netword “The Pioneer Woman”. Cuenta Drummond en la introducción de este libro que lo que el mismo contiene no solo es autobiográfico, sino que pasó primero por el blog para disfrute de sus fans. Una vez visto el éxito de la publicación, Ree se decidió a retocar un poco lo escrito y publicarlo como la novela titulada en Estados Unidos The pioneer woman. Imagino que en la editorial española pensarían que eso de “la mujer pionera” no tendría tanto gancho en nuestro país, de ahí que tradujeran el título por el ingenioso Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor. Lo curioso es que aunque Ree sea una fanática de los zapatos de tacón al principio de su historia, no llegue a ver ni un solo tractor en toda la novela.
Hasta ahí, todo más o menos bien. No tengo nada en contra de las novelas autobiográficas ni de las obras publicadas por capítulo en blogs que luego dan el salto al papel (menos aun por Ree Drummond. Seguro que en persona y en su blog resulta adorable). El problema es que a veces lo que funciona en un blog no lo hace en un libro. O, dicho de otro modo: algunas obras que han de publicarse en papel tras pasar por la red han de sufrir antes una revisión exhaustiva para que funcionen como novela. En este sentido, he de de decir que después de leer Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor, me quedo con la sensación de que el material no se ha revisado lo suficiente, pues si bien nos encontramos con un comienzo bastante atractivo, del tipo “chica que no sabe qué hacer con su vida encuentra al chico perfecto”, pronto nos vemos sumergidos en un bucle infinito de citas clónicas con el chico guapo, situaciones familiares insulsas y un sinfín de anécdotas del tipo “esto te hace gracia a ti porque forma parte de tu vida; pero me lo cuentas a mí y me quedo fría”. No quiero decir con esto último que el libro no cuente con algún que otro punto interesante; pero muchos otros que nos lo venden como tal, a mí, personalmente, me resultan todo lo contrario.
¿Lo habría hecho yo mejor si estuviera en el lugar de Ree Drummond? Probablemente no, si solo me hubiera dejado aconsejar por mis fans, familiares y amigos. Para evitar las repeticiones poco significativas, los datos superfluos y las anécdotas que solo son interesantes para mí misma, hubiera tenido que acudir a alguien con una visión objetiva del asunto (la novela); alguien que puede que me dijera que a veces es bueno inventar unas cuantas situaciones verdaderamente chispeantes para conseguir una mejor historia. Porque se trata de una novela, no de un libro de memorias, ¿no? Y en las novelas,  las situaciones divertidas, dramáticas,  románticas, etc, se suceden de una forma diferente a como lo hacen en el mundo real (a no ser que tu vida sea un no parar de esas situaciones, claro. Eso ya sería otro cantar), que es, básicamente, lo que hace que prefiramos coger un libro antes de pasar horas y horas escuchando los infinitos capítulos de la vida de nuestra vecina contados por ella misma ante un café con pastas.
Llevo muchos años recomendando libros desde muy buenos hasta muy malos. Incluso cuando parecía imposible, he encontrado argumentos para recomendar obras a sus posibles lectores. Ahora bien, por primera vez, y sin que sirva de precedente, me encuentro ante un libro que no sé a quién recomendar. Sin duda, la obra va a interesar a los fans de la autora, personas con las que ella conecta tan bien; pero, ¿a quién mas? Aunque la obra esté bien redactada, no presenta nada novedoso, ni situaciones especialmente divertidas. Se trata de una historia romántica, pero que carece de los ingredientes que atraen a las lectoras del género hoy en día, esto es, sexo, cierta acción, emoción y situaciones de tira y afloja entre los protagonistas (de hecho, el hombre Marlboro ni tiene nombre ni ganas de contrariar casi nunca a Ree. Su perfección es muy aburrida). Lo único destacable sería ese cambio de vida de la autora. Un cambio que en realidad no parece tan impactante, pues la mayor parte del tiempo el mundo del campo queda en un segundo lugar. Solo al final, cuando la pareja recién casada se muda a su casa y tienen su primer hijo, notamos por fin ese aire silvestre. Pero entonces el libro se acaba y te quedas con la sensación de que has estado leyendo una historia de amor como otra cualquiera.
Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor es, en definitiva, un libro que actualmente yo no volvería a leer; pero como seguro que habrá mucha gente a la que sí le va a gustar, y una de esas personas podrías ser tú, te invito a que busques más reseñas sobre esta obra en la red y, una vez recabada toda la información, pienses si merece la pena leerlo o no.
Cristina Monteoliva