Título: El mapa del cielo
Autor: Félix J. Palma
Editorial: Plaza & Janés
Págs: 744
Precio: 21,90 €
El cielo ha despertado siempre la curiosidad del ser humano. Hasta
que no se tuvieron los instrumentos precisos para ver más allá de la atmósfera
terrestre, la inventiva del hombre llenó de seres fantásticos la luna, los
planetas y demás. Era aquel un cielo mágico, para unos, una verdadera amenaza
para otros. Porque, ¿quién podía afirmar entonces, a ciencia cierta, que no
había otros seres en otros planetas esperando para atacarnos? Tal vez la
respuesta a esta pregunta del pasado la encuentres en El mapa del cielo, la nueva novela de Félix J. Palma de la que hoy
os hablaré.
Londres, finales del siglo XIX. H.G.
Wells, el escritor de ciencia ficción que sorprendiera al mundo con su obra La máquina del tiempo, ha logrado una
vez más el éxito con su nueva novela, La
guerra de los mundos. Los lectores, sin embargo, no han entendido el importante
mensaje que el escritor quería transmitir, lo que hace que el escritor se
sienta incómodo. Por si esto fuera poco, un escritorzuelo americano se ha atrevido
a escribir una absurda segunda continuación, el mismo escritor con el que Wells
acabará visitando una sala secreta del museo británico. Esta visita al museo (y
más concretamente la visión de algo que hay allí) dejará a Wells totalmente
perplejo, casi tanto como la carta que Gillian Murray, su antiguo enemigo, le
envía días después para intentar convencerle de que le ayude a escenificar la
invasión marciana que el escritor describe en su libro, ¡sólo para conquistar
el corazón de una bella dama! Y eso no es todo, amig@s. Las cosas siempre se
pueden poner peor. Porque lo que deseas, puede convertirse en realidad, y lo
que se escribe en los libros de ciencia ficción de la época victoriana,
¡también!.
El mapa del cielo es el
segundo libro de la trilogía de ciencia ficción victoriana que Félix J. Palma
comenzara con El mapa del tiempo (obra que ha sido
traducida a numerosos idiomas y ha vendido cientos de miles de copias a lo
largo y ancho del mundo hasta la fecha), y si bien en él encontramos puntos de
referencia que nos hacen acordarnos del primer libro, sin duda puede decirse
que esta novela se lee independientemente de la primera sin ningún problema.
Una vez más nos encontramos al escritor
H.G. Wells (ese ser disconforme y hasta cierto punto huraño que confunde la
comodidad con el amor) y su obra como desencadenantes de la trama. Y es que si
en El mapa del tiempo todo giraba
alrededor de La máquina del tiempo,
en esta ocasión lo hace entorno a La
guerra de los mundos, la obra en la que Wells escribía sobre una invasión
marciana en toda regla. Además, como ya pasara en El mapa del tiempo, el escritor es un personaje más de la novela, a
veces con mucho peso en la obra.
Y hablando de personajes: otros que
repiten aquí son Jane, la esposa de Wells; Claire, la joven inquieta que
aspirara a ser más que un mero objeto decorativo de la sociedad londinense; el
bravo capitán Shackleton, ahora convertido en marido de Claire; Gillian Murray,
recién salido de la tumba; el pícaro Charles, el joven que intentara ayudar a
su desesperado primo en el anterior libro de la trilogía, y puede que algún
otro con el que os topéis entre las páginas de este libro. Entre los nuevos
destacan Emma Harlow, la joven neoyorkina tan difícil de conquistar; Reynolds,
el explorador empeñado en encontrar la entrada al centro de La Tierra (hueco,
según él, y con un mundo increíble en su interior) y el siempre torturado (y
rico en matices) escritor Edgar Allan Poe.
Llega la hora de hablar de las
diferencias entre un libro y otro. Comenzaré diciéndoos que si bien El mapa del tiempo fue para mí como una
sofisticada maquinaria formada por un sinfín de piezas que encajaban entre sí a
la perfección de forma asombrosa, El mapa
del cielo me ha supuesto la asistencia a un curso de magia en el que
primero el mago (el alegre y charlatán
narrador que ya conocimos en El mapa del
cielo, pues él también repite
aquí) nos enseña a los alumnos (lectores) un truco increíblemente sofisticado, uno que nos deja con la
boca abierta, para, acto seguido, enseñarnos paso a paso como ha llegado a realizar el truco. Y éste es un curso de
tres lecciones, así que, ¡preparaos
todos para tomar notas!
Otra diferencia destacable entre uno y
otro libro reside en la ubicación de las distintas aventuras que se suceden en
el libro, pues si bien en El mapa del
tiempo Londres era el escenario principal y casi único, en El mapa del cielo encontramos que las
distintas acciones de la novela se sitúan en la Antártida, Nueva York, Londres
y zonas de la Inglaterra rural.
Del tiempo también podríamos hablar
largo y tendido, pues no todo sucede en el año 1898, sino que el narrador nos
lleva de viaje a lo largo del siglo, según las necesidades de cada historia.
Pero eso mejor que lo vayáis viendo vosotros mismos.
El mapa del cielo, en
definitiva, es una emocionante novela de ciencia ficción victoriana compuesta
por un sinfín de aventuras cuyos protagonistas absolutos son los marcianos y
sus amenazantes naves. Sumérgete ahora en este libro y conoce como pueden
acabar una terrorífica expedición a la Antártida, la ansiedad de un hombre enamorado
por conquistar el duro corazón de una dama y la aparición de un platillo volante
en un apacible campo. La emoción, el romanticismo, la reflexión, la inquietud e
incluso el terror no te dejarán despegarte del libro hasta alcanzar el final. Y
entonces te preguntarás: ¿qué pasará después? Pero eso ya será otra aventura,
una que esperamos comentaros cuanto antes mejor.
El cielo ya no es lo que era desde que
tenemos tantas máquinas que nos lo muestran al detalle. Así, la Luna no es el
paraíso de los unicornios y otros seres fantásticos, y Marte no tiene ya
hombrecillos verdes esperando su oportunidad de atacarnos. Menos mal que aún
quedan libros que nos hacen soñar con un cielo diferente, uno lleno de fantasía
e ilusión, pero también de terrores inimaginables. Si quieres saber de lo que
te hablo, no lo dudes: tienes que leer ya El
mapa del cielo.
Cristina Monteoliva