Queridos amigos de La Orilla de las Letras,
volvemos a la
carga con nuestras entrevistas, esta vez con la que nos ha concedido la autora Silvia Moreno.
Silvia Moreno es graduada
en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y posgraduada en Gestión Cultural (UCM). Posteriormente, realiza un máster universitario en Humanidades: Arte,
Literatura y Cultura Contemporánea (UOC) y se forma como experta universitaria en Escritura, Estilo
y Creatividad (VIU). También ha hecho varios cursos en la Escuela de Escritores de Madrid. Desde
que finalizó sus estudios, ha trabajado como restauradora tanto en instituciones públicas como en la empresa
privada, compaginando su labor con la docencia.
En 2018 recibió una beca de
investigación de la Fundación Iberdrola España para una estancia en el
taller de pintura del Museo Nacional del Prado. Actualmente trabaja como personal laboral de Patrimonio Nacional. La
mujer de acuarela es su primera novela.
Dicho esto, vamos con las palabras de nuestra
autora:
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Desde niña me ha gustado escribir cuentos
y pequeños poemas. Recuerdo que en el colegio gané algún premio de escritura.
En la adolescencia, me enfocaba más en diarios personales y poesía en prosa.
Fue a los veinte cuando empecé a leer muchísimo y comencé a escribir historias
a partir de anécdotas cotidianas imitando a mis escritores favoritos.
©
Silvia Moreno.
¿Y
cuándo descubriste que la escritura era algo más que un pasatiempo?
Pienso que un pasatiempo es algo ocasional,
no una acción integrada totalmente en la rutina diaria. Al darme cuenta de que
leer y escribir siempre estaba presente en mi día a día, comprendí que no era solo
un hobby puntual. Cuando no puedo
leer o escribir por falta de tiempo, noto que me falta algo.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritora?
Por un lado, me han influido los
clásicos. Creo que todo escritor o aspirante a escritor, tiene que nutrirse en
primer lugar de las grandes obras literarias para aprender a escribir y a conocer
las fórmulas maestras.
En
concreto, me han inspirado obras con tintes históricos, textos filosóficos, o movimientos
literarios como el realismo mágico.
Respecto a
lecturas clave, me cuesta hacer “un cribado”, pero si tengo que quedarme con
unas pocas, creo que citaría: Cien años
de soledad, de Gabriel García Márquez; Madame
Bovary, de Gustave Flaubert o Una
habitación propia, de Virgnia Woolf.
También me
han influenciado muchos autores españoles contemporáneos como Almudena Grandes,
Juan José Millás, Elvira Lindo, Irene Vallejo o Rosa Montero.
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Estoy leyendo La muerte contada por un sapiens a un neardental, de Juan José
Millás y Juan Luis Arsuaga. Sí os recomiendo este libro. Invita a una reflexión
muy profunda acerca de nuestra existencia desde un lenguaje cercano y un toque
de humor. El tema de la muerte me parece complejo y todo un reto si el objetivo
es crear un texto ameno, sin drama. Juan José Millás lo logra.
¿Cómo
compaginas tu trabajo fuera del mundo de las letras con la escritura?
Trabajo en Patrimonio Nacional con
jornada completa, así que la escritura y la lectura quedan relegadas a las
últimas horas del día y los fines de semana, aunque, como decía antes, siempre
están presentes.
¿Cómo
ves el panorama literario actual?
El otro día leí en la prensa que
ha aumentado el número de lectores en nuestro país. Me alegra mucho que los jóvenes
estén acercándose a este apasionante mundo. Reconozco que algunos de los
géneros que más ventas tienen en el campo editorial no son mis favoritos, pero
en líneas generales: leer es bueno para estimular la reflexión y la imaginación
a todas las edades, por lo que celebro esta noticia.
¿Escribirías
una novela de moda a cambio de hacerte famosa?
Por desgracia, lo que más se vende
no es mi fuerte como escritora. Pero miento (y creo que lo hace cualquier
escritor) si digo que no me gustaría hacer una obra ajustada a parámetros
concretos que inviten a ser leída por el mayor número de personas. Creo que
nadie tiene la fórmula exacta del éxito literario. Supongo que tiene más que
ver con estar en el lugar y en el momento acertado y ser capaz de, sin perder
tu esencia, crear algo que guste a muchos lectores.
¿Qué
ha supuesto para ti publicar tu primera novela, La mujer de acuarela?
Un sueño cumplido. Ha supuesto desempolvar
eso que se guarda en el cajón para que pueda ser visto por los demás y también
por una misma. Es revelador ver tu obra sobre papel y empezar a recibir reseñas
y comentarios interesantes sobre una historia propia que jamás pensaste que
nadie más que tú iba a leer.
Todo un
bautismo, desde el momento en el que la editorial seleccionó mi manuscrito y
firmamos el contrato, hasta que lo vi en las tiendas.
¿Qué
vamos a encontrar en este libro?
Por un lado, nos vamos a encontrar
un homenaje a la figura de Margarita Gil, una de las Sinsombrero que no tuvo el
reconocimiento merecido en su breve vida; y su posible y probable relación con Saint-Exupéry
a la hora de crear al famoso Principito.
Por otro
lado, esta historia invita a una reflexión sobre la salud mental, algo que me
parece importante en nuestros días, ya que sigue siendo un tema tabú. La propia
protagonista tiene un trastorno de percepción que invitará al lector a observar
desde su lente la propia realidad, lo que le da toques de thriller psicológico
a la narración.
También,
esta novela es una reflexión acerca de las relaciones humanas. Vamos a
descubrir cómo, durante la historia, las relaciones más sanas se dan entre los
personajes que, de entrada, nos parecen más conflictivos, o como nombraba
antes, entre aquellos que tienen algún problema de salud mental. En cambio, las
relaciones más tóxicas las vamos a encontrar entre los personajes que
aparentemente son alabados por la sociedad, con buenos puestos de trabajo y
vidas a simple vista deseables.
¿Qué
tiene de ti La mujer de acuarela?
La
mujer de acuarela, en la historia, es un fantasma o
una alucinación de la propia protagonista. Queda a elección del lector su
existencia, pero representa a Margarita Gil. En cuanto a la protagonista, Luna,
comparte conmigo la profesión que ejercí durante muchos años: la restauración
de arte.
Por otro
lado, se ha convertido @lamujerdeacuarela en mi “alias” en las redes sociales.
Es curioso porque abrí la cuenta con el objetivo de dar visibilidad a la
novela, pero al compartir también otros escritos y curiosidades literarias, los
usuarios se dirigen a mí llamándome “la mujer de acuarela”.
¿Qué
esperas que los lectores aprendan de La mujer de acuarela?
A no juzgar a los demás sin
ponerse antes sus zapatos. También a mantener la mirada y la ilusión de los
niños, y a desconfiar de las apariencias. Creo que la vida misma es una aventura
con muchas sorpresas. Dejémonos asombrar por lo inesperado sin tanta
anticipación ni juicio previo. Nada es lo que parece.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Ahora estoy en una fase en la que
disfruto mucho con la literatura breve o microliteratura como “entrenamiento”.
Escribo cuentos y relatos cortos mientras preparo la segunda novela. Ya tengo
mi escaleta en marcha, y estoy en fase de investigación, ya que el nuevo libro
está ambientado en un contexto histórico concreto, pero aún necesito tomar
impulso antes de sumergirme de lleno en esta nueva travesía literaria.
Muchas
gracias, Silvia, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Te
deseamos una carrera literaria larga y próspera.
Y
a vosotros, amigos lectores, gracias por seguirnos un día más. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva