Aunque cada vez hay más
veganos y vegetarianos, todavía quedan muchos amantes de la carne. Si le
preguntas a uno de ellos, seguro que te dirá que le gustan las salchichas. Las
salchichas son tan populares que incluso hay concursos donde se premian las
mejores. Lo que tal vez no imaginéis es que en ellos la competición pueda ser
feroz. Así, con concursos de salchichas y carniceros dispuestos a ganarlos a
toda costa, es como comienza La venganza
de Oinc, la novela de Tosca Menten ilustrada por Elly Hees de la que hoy
hablaremos.
Bette
Babs es una niña que vive feliz junto a sus padres, jugando siempre con Tino,
su mejor amigo. Un buen día, aparece en la casa el abuelo de mamá, Tuitjes, un
hombre al que todos olvidaron cuando se fue a vivir a América. El anciano, un
carnicero retirado que en el pasado ganó muchos concursos de salchichas, lleva
a su bisnieta a una granja, supuestamente para conseguir un gatito. Una vez
allí, se encuentran con que el granjero solo tiene cerditos. Tuitjes convence a
Bette Babs para que se lleve uno. Como es lógico, la niña se encariña mucho con
el animalito. La cuestión es: ¿por qué el abuelo quiso que se lo quedara? ¿Con
qué intenciones ha vuelto de América? ¿No será que quiere participar en el
Campeonato de salchichas del siglo para vencer a su eterno rival, el carnicero
Smak?
Esta
es la historia de un carnicero empeñado en convertirse en el Rey de las
salchichas del siglo, una niña inocente amante de los animales y un cerdito que
no es nada limpio. El carnicero aparece en casa de sus familiares por sorpresa.
Nadie sabe sus verdaderas pretensiones. El lector, sin embargo, sí las intuye:
se ven a la legua, por más que intente disimular. ¿Que por qué le regala a su
bisnieta un cerdito? Ya os lo podéis imaginar.
Bette
Babs, por su parte, es una niña inocente incapaz de creer que su abuelo tenga
malas intenciones. Tino y ella se pasarán el día jugando con el cerdito sin
llegar a intuir lo que va a pasar. El abuelo les hace creer que el carnicero
Smak es su verdadero enemigo. ¿Cuándo se descubrirá la verdad?
Todo
gira en torno a los concursos de salchichas, a los carniceros, a los cerdos.
Los jóvenes lectores se darán cuenta, entre risotada y risotada, de que las salchichas no salen de los
árboles, precisamente.
Si
bien La venganza de Oinc me ha
parecido una obra muy divertida y entretenida con unas ilustraciones
impecables, también he de decir que me ha resultado excesivamente escatológica.
Sabéis que no suelo remarcar los aspectos negativos de los libros que reseño,
pero en este caso creo que es necesario apuntar que esta novela infantil no es
acta para estómagos sensibles. ¿Que es real como la vida misma? Eso no hay
quien lo niegue. Así que si no te importa hacer frente a los aspectos más
marrones de la existencia, o si crees que a los pequeños de tu casa tampoco les
importará, no dudes en conseguir un ejemplar de esta interesante novela.
Cristina Monteoliva