sábado, 2 de noviembre de 2019

Reseña: LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE, de Shirley Jackson.


Título: La maldición de Hill House
Autora: Shirley Jackson
Traducción: Carles Andreu
Publica: Editorial Minúscula
Páginas: 272
Precio: 19,50 €

¿Crees en los edificios encantados? ¿En castillos, mansiones, hospitales o incluso cárceles en las que los fantasmas se han quedado atrapados y no dejan de dar sustos a todo aquel que se atreve a ir a investigarlos? ¿No estás cansado de que las historias sobre estos lugares sean, hasta cierto punto, predecibles? Entonces, ¿qué tal si te adentras en la más fabulosa de todas ellas, una en la que no podrás dejar de leer adictivamente hasta el final? Me estoy refiriendo a La maldición de Hill House, el clásico de terror del siglo XX de Shirley Jackson que ha inspirado, además de varias películas, una exitosa serie de televisión, y que la editorial Minúscula por fin ha reeditado en el otoño de 2019. Si quieres saber un poco más sobre este libro antes de decidirte por él, solo tienes que seguir leyendo esta reseña.
Obsesionado por alcanzar cierta reputación en el complicado mundo de lo paranormal, el doctor John Montagne decide alquilar la mansión de Hill House, maldita prácticamente desde su construcción, para llevar a cabo en ella un experimento. Para el experimento, consistente en la estancia en la casa durante varios días del doctor y dos desconocidas que él mismo se ha encargado de reclutar, y un representante de la familia propietaria de la casa, el aspirante a famoso investigador de lo oculto acabará contando con Eleanor Vance, una treinteañera que, tras la muerte de su madre vive con la familia de su hermana; Theodora, una joven alegre y divertida que decidió aceptar el reto por mero impulso; y Luke Sanderson, el joven miembro de la familia dueña de la casa. Si bien la estancia comienza con una mezcla de escepticismo y el optimismo, pronto los sucesos extraños comenzarán a sucederse. La iracunda casa está cansada de estar vacía y pronto se fijará en alguien para hacerle compañía. ¿Conseguirán nuestros investigadores salir indemnes de la experiencia?
Entre unas amenazantes montañas, más allá de un pequeño pueblo, se encuentra la laberíntica Hill House. La historia de esta casa está llena de algunos momentos trágicos, por un lado, y otros inexplicables, por otro. No es de extrañar, por tanto, que sea el lugar elegido por doctor John Montagne (un tipo que pronto descubriremos que vive a la sombra de su autoritaria mujer) para llevar a cabo su investigación paranormal.
Aunque en principio esta parezca una novela coral, pronto nos daremos cuenta que ni el sabio doctor, ni la vivaracha Theodora ni el simpático Luke tienen el mismo peso en la historia que la casa, ese monstruo de habitaciones tan estratégicamente situadas que son siempre difíciles de encontrar (lo que hará que cualquier visitante, cuanto menos, se irrite), y Eleonor, la desdichada chica que, tras la muerte de una madre a la que debió cuidar durante su juventud, busca su lugar en el mundo.
La impredecible Eleonor no es una amargada, como los insoportables Dudley, los inquietantes guardeses de la casa. Tampoco es tan divertida como Theodora o Luke, a los que coge pronto cariño (especialmente a Theodora). Eleonor es una mujer perdida en el mundo a la que se le ha privado de tener juventud por estar al pendiente de una madre que estuvo enferma demasiado tiempo. Convencida de que aún tiene tiempo para hacer cosas interesantes, y siempre acompañada por una gran imaginación y sus ganas de disfrutar de cada momento, Eleonor se monta en el coche que comparte con su hermana, sin permiso de esta, y emprende el que ha de ser la gran aventura de su vida. Pero, ¿cómo acabará esa experiencia para ella? ¿Y para todos los demás?
Los que ya habéis leído anteriormente la otra magnífica novela de Shirley Jackson publicada en España también por Editorial Minúscula, Siempre hemos vivido en el castillo, ya sabréis que esta autora, ya fallecida, era capaz de crear historias increíblemente espeluznantes, personajes capaces de hipnotizar al lector y atmósferas tan atrayentes como opresivas. He de decir, por tanto, que La maldición de Hill House es otra magnífica muestra de lo que la prodigiosa mente de esta escritora atemporal era capaz de idear en cuanto a grandes historias de terror psicológico se refiere, y que la lectura de esta deliciosa novela no solo os sorprenderá, sino que os hará plantearos no solo si los edificios encantados existen, sino también hasta qué punto puede llegar la imaginación y la autosugestión a la hora de creer en ellos. Dicho esto, ¿a qué esperáis para poner rumbo a Hill House? Estoy segura de que la casa os atrapará. ¡Pero no temáis, que esta vez será para bien!
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.