viernes, 26 de enero de 2018

Reseña: REMEDIOS DESESPERADOS, de Thomas Hardy.

Título: Remedios desesperados
Autor: Thomas Hardy
Traducción: Claudia Casanova
Publica: Ático de los Libros
Páginas: 480
Precio: 26,90 €

¿Te gustan las novelas de época con grandes dosis de pasión, misterio y acción? ¿Quieres que la novela haya sido escrita por un gran autor del tiempo en el que tiene lugar la historia? ¿Y que además te haga reflexionar sobre temas universales? Pues entonces tal vez deberías echarle un vistazo a Remedios desesperados, la primera obra de Thomas Hardy. Si primero quieres saber un poco de qué va esta novela, no dejes de seguir leyendo la reseña que de ella os traigo hoy. ¿Preparados? Pues allá vamos:
Tras la muerte de su padre, Owen y Cytherea Graye se ven obligados a trasladarse al sur de Inglaterra, al pueblo en el que Owen ha encontrado un trabajo temporal como delineante. Una vez allí, Cytherea entabla relación con Edward, el compañero de trabajo de Owen. Los dos se enamoran el uno del otro, pero Edward se marcha a Londres sin darle esperanzas a su amada con respecto a un futuro matrimonio. Despechada, Cytherea decide buscar trabajo de sirvienta, aunque en principio quisiera ser institutriz. La encargada de contratarla, la señorita Aldclyffe, resultará no solo ser una mujer de temperamento imposible, sino también alguien estrechamente relacionada con el pasado del difunto padre de los hermanos Grave. Esta contratará como administrador de su finca a Aeneas Manston, joven con el que pretende que Cytherea se case. Pronto, sin embargo, se descubrirá que Aeneas es un hombre de dudosos principios morales, capaz de cualquier cosa por conseguir sus fines. ¿Conseguirá Cytherea escapar del matrimonio?
Owen y Cytherea son dos jóvenes poco preparados para la vida y sin dinero en los bolsillos. Su padre, arquitecto de profesión, no supo cómo darles un futuro mejor y su prematura muerte les obligó a buscarse la vida. Y la vida les llevó a un pequeño pueblo costero en el que comenzaría la gran aventura de Cytherea, la protagonista de esta historia contada por un narrador detallista al extremo que no duda en detenerse de vez en cuando ya no solo para describirnos los pormenores de los lugares, las gentes y la época en general (mediados del siglo XIX), sino también para ofrecer sus opiniones sobre todo tipo de asuntos con el fin de hacer reflexionar al lector sobre ellos.
Pero volvamos a Cytherea, esta joven de tan solo dieciocho años que por un desengaño acaba primero en las redes de su extraña empleadora, la señorita Aldclyffe (¿es bisexual este personaje o qué quiere decir la escena que tiene lugar entre las dos mujeres la primera noche que Cyhterea pasa en la mansión Knapwater House?), y luego en las de Aneas Manston. Cytherea ve cómo el destino la lleva por caminos insospechados y terribles en poco tiempo. La cuestión es: ¿puede una mujer con ella hacer algo al respecto o debe resignarse a lo que los demás quieren que haga?
¿Y qué decir del hombre de su vida, Edward? Aunque su corazón pertenezca a nuestra protagonista, está obligado a cumplir con el compromiso adquirido hace años con su prima. La cosa se complica cuando la señorita Aldclyffe toma cartas en el asunto.
Llegados a este punto, seguro que muchos os preguntaréis si acaso Owen, el hermano mayor, no puede hacer nada. Pues lo cierto, como descubriréis con la lectura, él también se encuentra en una situación comprometida.
Pero, ¿quién es en realidad la misteriosa señorita Aldclyffe, esta mujer tan ambigua, en todos los aspectos?¿Qué la relaciona con los hermanos Graye? ¿Y con Aneas Manston? Esta novela está llena de preguntas que solo se resuelven con la lectura hasta el final de la misma.
Remedios desesperados, por tanto, es una novela en la que, como su propio nombre indica, nos encontraremos a una serie de personajes teniendo que tomar medidas desesperadas constantemente, pues la vida a veces les lleva por caminos extraños de los que no saben cómo escapar. Una historia de romances apasionados, hombres sin escrúpulos, principios éticos dudosos y otros bastante firmes, con una buena dosis de acción e intriga. Un libro clásico que está esperando a que lo descubras. ¿Y acaso no le darás una oportunidad a la pobre Cytherea Graye?
Cristina Monteoliva