Título: Connerland
Autora: Laura Fernández
Publica: Literatura Random
House
Páginas: 458
Precio: 20,90 € / 9,99 € (Epub)
¿Cuál es la clave del éxito literario?
¿Por qué algunos autores no lo alcanzan, ni siquiera después de haber publicado
más de cien historias? Pero, ¿y si el éxito llegara demasiado tarde, justo
cuando su autor no lo puede saborear? ¿Qué pensaría su fantasma, de vuelta al
mundo de los vivos? Las respuestas a estas y a un montón casi infinito de
preguntas disparatadas las encontrarás en Connerland,
la novela de Laura Fernández de la que hoy os vengo a hablar.
Voss Van Conner ha
escrito ciento diecisiete novelas antes de morir electrocutado por su querido
secador de pelo. Sin embargo, no será hasta después de su muerte cuando su obra
conozca el verdadero éxito. Todo esto lo descubrirá este escritor de ciencia
ficción después de pasar por una sala de espera enigmática y volver como
fantasma a su ciudad, Bromma. Siempre pegado a su nueva representante en el
mundo de los vivos, Miranda Sherikov, la azafata que busca el amor en un
programa de citas de la propia compañía aérea para la que trabaja, visitará a
las personas que significaron algo para él (su mujer, su mejor amiga, etc) con
el fin de descubrir qué le quedó pendiente en el mundo antes de emprender el
viaje al otro lado.
Existe un universo
paralelo al nuestro donde Dios se llama Denver, los ángeles son tipos barbudos
que se disfrazan de mujer, las ciudades se llaman Bromma o Winona, los
diseñadores de videojuegos poco exitosos se suicidan para que los únicos niños
que jugaban con sus creaciones se conviertan en empresarios de éxito, las
azafatas de vuelo se prestan a citarse con hombres gracias a un programa creado
por la compañía aérea para la que trabajan y las ancianitas no dejan de recitar
frases de novelas que leen convulsivamente. En este lugar tan peculiar tienen
lugar las distintas subtramas que se generan a raíz de la muerte de un escritor
de poca monta, un inventor de historias de ciencia ficción muy preocupado por
su pelo que ha de volver al mundo de los vivos para solucionar temas
pendientes. Pero eso no es todo: su muerte genera problemas entre sus
familiares, amigos, editores e incluso personas que no le conocían cuando
estaba vivo.
Voss Van Conner, el
tipo alrededor del que gira la trama principal esta novela coral, es un
escritor de ciencia ficción que ha escrito mucho y se le ha reconocido poco.
Hasta el día de su muerte. Ese día, nuestro autor estaba secándose su adorado
pelo cuando se electrocutó. Seguidamente, acabó en una sala de espera que
confundiría con una nave espacial porque, al fin y al cabo, él siempre había
querido ser secuestrado por los alienígenas. Mientras tanto, como decía, en el
mundo de los vivos de pronto su obra adquiría relevancia, para sorpresa de su
agente, su editora y, por supuesto, su mujer, Lana, que estaba a punto de
dejarle antes de que el fatídico accidente que la dejara viuda se lo impidiera.
Voss Van Conner
representa a todos esos escritores que persiguen el éxito sin lograrlo porque
sus historias no consiguen llegar al público. En su caso, Van Conner escribe
historias de ciencia ficción en las que los edificios se ponen a correr tras
unos domingueros intergalácticos en una preciosa playa o los dinosaurios son
oficinistas aburridos. Estos escritores, como nos descubre la novela, a menudo
tienen club de fans de tres miembros que rivalizan con otros club de fans de
tres miembros, amigos escritores que no dejan de decirles los fantásticos que
son y otros, rivales, que los adoran en secreto, y, por supuesto, vendedores de
juguetes que un día descubren que pueden convertirse en sus sucesores en el
mundo de las letras. ¿Tenía algún tipo de talento en realidad Van Conner? ¿Era
él consciente de ello? ¿Acaso importa, cuando la fama llama a tu puerta,
incluso si ya estás muerto?
Connerland,
en definitiva, es una novela de ciencia ficción postmoderna muy weird, pues sus múltiples tramas
secundarias que confluyen en una única central, produce un divertido
extrañamiento en el lector, además de una obra que invita a pensar en el éxito,
el talento y las cosas que pudimos hacer y nunca hicimos. Desenfadada e
inteligente, esta es una lectura ideal para todos aquellos que buscamos calidad
literaria, una narración diferente (tanto desde el punto de vista de la forma
como de la historia a leer) y grandes dosis de cómico frikismo. Ahora bien, ¿te atreverás tú también a adentrarte en este
parque de atracciones literario?
Cristina Monteoliva