martes, 13 de septiembre de 2016

Reseña: NO QUIERO TRABAJAR. LA MANZANA DE EVA, de Manel Moles Canal

Título: No quiero trabajar. La manzana de Eva
Autor: Manel Moles Canal
Editorial: El Fantasma de los Sueños
Páginas: 225
Precio: 15 €

¿Consideráis que se pueda vivir sin trabajar? Si habéis respondido negativamente no sois Jordi, el protagonista de la novela No quiero trabajar. La manzana de Eva de Manel Moles que hoy traemos a La Orilla de las Letras. Porque Jordi sí considera que hoy en día se podría (o se debería poder) vivir sin trabajar, al menos en el sentido monetario del término. 
     Jordi estudia económicas y trabaja en la empresa de transportes de su padre. Después de la carrera, descubre un mercado laboral que parece pensado para eliminar cualquier atisbo de vocación. El trabajo, hoy en día, no es algo que produzca habitualmente más satisfacción que el salario al final de mes, si es que produce satisfacción y no un simple alivio momentáneo de las necesidades más básicas. Entre tanto, conoce a Manuela, con quien inicia una relación y una familia. A las propias necesidades de un individuo se le sumarán las preocupaciones para mantener a su progenie. El nacimiento del hijo del protagonista, Arnau, le permite al autor introducir muchas reflexiones sobre la educación proponiendo una enseñanza menos académica y más libre, o incluso la educación en casa, tema que Manel Moles ya había abordado en su anterior libro No quiero ir a la escuela.  
      Como es de esperar, Jordi tiene que defender sus tesis económicas una, otra y otra vez ante la incomprensión de quienes le rodean pues a estos la idea les resulta bastante chocante y plantean siempre las mismas preguntas: ¿Y cómo vas a ganar dinero sino? ¿Cómo vas a comer? ¿Cómo vas a mantener a tu hijo? Sin embargo, Jordi sostiene que la sociedad ha evolucionado hasta disponer de una sofisticada tecnología que permite la producción casi sin intervención humana, ¿por qué entonces debería esclavizarse al hombre? Ese aumento de producción con mano de obra robotizada hace que haya menos puestos de trabajo, que se demande menos personal y, por tanto, que se aumente el desempleo y se reduzcan los salarios. Jordi propone una renta básica universal mantenida, por ejemplo, con la inyección de dinero que hacen las reservas federales pero insertándolas no en los bancos, sino en las personas. Así, el trabajo que realizasen las personas no sería por cubrir sus necesidades básicas, sino que realizarían un trabajo voluntario que les motivase realmente. 
     Pese a enfrentarse con mucha gente que considera esas ideas sencillamente  disparatadas (como las familias de ambos cónyuges), tampoco tarda en contactar con personas que comulgan con las mismas ideas. Comienza así a relacionarse con comunidades defensoras de la autoeducación de los niños y de la vida comunitaria, que son coherentes con sus tesis económicas. A raíz de una pequeña entrevista en televisión llega incluso a hacer alguna aparición en los medios y algún debate.  Eso, unido a su trabajo (voluntario) en la universidad, le permite tener una camarilla con la que se decide a desarrollar sus ideas y tratar de llevarlas a la práctica. 
        De esta manera, No quiero trabajar. La manzana de Eva es una novela cuya trama está totalmente supeditada a la tesis económica que sostiene el protagonista.  Los avatares que le suceden, resultantes tanto de la confrontación de sus ideas con la sociedad en la que vive como de su propia personalidad,  sirven, más que nada, como marco para la explicación de estas tesis y el retrato de una realidad laboral tan desmotivante como la que podemos vivir en nuestros días.

Sergio M. Planas