Todas nuestras acciones
e inacciones en la vida tienen consecuencia, a veces, letales. Pareciera que la
muerte nos está acechando desde antes incluso de nacer, pero al final, a cada
uno le llega su hora cuando el destino lo tiene programado. Pero, ¿qué pasaría
si el terrible desenlace llegara antes de tiempo? ¿Cómo sería la vida para familiares
y amigos? De todo esto y mucho más va Todas
las muertes de Emily Winter, la original novela de Guadalupe Eichelbaum de
la que hablaremos a continuación.
Emily
Winter es una chica alegre e inteligente. Criada en un entorno amoroso, sufre
algunos percances en la vida. Como todo el mundo. Estudia, se enamora, se casa,
tiene hijos, envejece… Pero, ¿y si esos contratiempos con los que se encuentra
fueran fatales? ¿Y si pudiera morir una y otra vez? ¿Qué consecuencias tendría su
desaparición para el entorno?
Todas las muertes de Emily Winter
es una novela sin duda particular. En ella nos encontramos lo que podríamos
considerar dieciséis capítulos en los que se nos narra cómo moriría Emily en
cada momento de su vida, cómo se lo tomarían familiares y amigos y cómo
continuaría todo si Emily no hubiera muerto.
El
momento del parto, un columpio peligroso, la playa, una pequeña escapada al campo,
una enfermedad, un atropello, un mal resbalón, una pose arriesgada, un atraco
fallido… La vida de Emily está llena de situaciones peligrosas que hacen que
acabe su vida.
De
igual manera, son muchos los personajes que hablarán, con cariño y pesar, de
ella después de cada muerte: Andrew y Stella, sus padres; sus abuelos, tanto
paternos como maternos, su hermana Clarisse, su tío James, sus hijos, Lea y
Grayson…
Todas las muertes de Emily Winter
es, en definitiva, una novela un tanto experimental (desde luego, no es una
narración al uso) que nos habla del sinfín de momentos en los que una persona
puede encontrarse con la muerte, la repercusión afectiva que ello tendría en su
entorno y en las nuevas oportunidades de ser feliz que surgirían si nada malo
pasara. Una obra sobre la amistad y la familia, desde un punto de vista sin duda
emotivo, que está esperando a que la descubras.
Cristina Monteoliva