¿Cuándo y por
qué comenzaste a escribir?
Primero creo que fui juglaresa, en el sentido de que mi madre me
decía que ya con cuatro o cinco años yo le contaba historias. Ella me
preguntaba si las leía en algún sitio y yo le decía que no. No sé si de verdad serían
inventadas por mí o qué, pero la intención ya estaba ahí. Luego ya sí recuerdo
a los ocho o nueve años en el cole escribiendo cuentos para participar en los
concursos navideños, etc.
Sinceramente, es difícil decir los motivos por los que empecé a
escribir. Sentía algo en mí que no me ofrecían otras actividades de la vida. Me
daba placer y la sensación de que podía hacer todo lo que quisiera. Tenía en mi
mente muchas cosas y debía sacarlas.
¿Qué autores te
han influenciado más?
De pequeña R.L.Stine (el autor de la serie de Pesadillas) y Angela Sommer-Bodenburg
(autora de El pequeño vampiro). Luego
vino Stephen King a partir de los doce años. Y ya un poco más mayor Clarín,
Cortázar, Silvina Ocampo…
¿Qué tiene para
ti el relato que no tiene, por ejemplo, la novela?
Poder contar mucho con muy pocas palabras.
¿Por qué el
terror y la fantasía?
Me siento mucho más cómoda. Tal vez es que mi mente es demasiado
perversa… Pero también puede ser porque son las temáticas que más he leído en
mi vida. La fantasía me permite explorar mundos distintos al nuestro y, el
terror, en el fondo está presente en nuestro día a día. Ese es el terror que a
mí me gusta. Los monstruos del armario estaban bien cuando era pequeña, pero
ahora el miedo es otra cosa.
¿Te ves escribiendo
en el futuro textos de otro tipo? ¿Realistas, por ejemplo?
Sí, es más, ya tengo planeada una historia. No he empezado a
escribirla porque estoy con otra pero me gustaría escribir una comedia
romántica que sea un poquito autobiográfica. En ella no habrá nada fantástico y
de terror, sino el día a día de una chica normal y corriente a la que le pasan
cositas que a cualquiera le pueden pasar.
¿Dónde
encuentras la inspiración a la hora de escribir un relato?
En cualquier sitio. Mirar a la gente me produce reflexiones y de
ahí puede salir una historia.
¿Cuánto puedes
tardar en dar por finalizado un relato?
La verdad es que mucho y esto es lo que más odio. Nunca estoy
contenta con los resultados así que me tiro mucho tiempo para terminar una
historia. Además, también tengo el problema de que me anoto las ideas o me las
quedo en la mente pero me da miedo el momento de empezar a plasmarlo en el
papel.
¿Te sientes
identificada alguna vez con tus personajes?
Sí, alguna vez sí me he sentido, no en su totalidad pero sí en
algunos aspectos. En la antología hay un par de relatos en los que juego con
esto para que los lectores que me conocen piensen hasta dónde llega el límite
de la realidad y dónde empieza el de la ficción.
Además de
escritora eres reseñista. ¿Te resulta complicado compaginar tus dos facetas?
Ahora ya no reseño tanto, así que no. Antes un poco, pero
también porque tenía muchísimas cosas
que hacer… La suerte que tengo es que leo muy rápido, así que tampoco me
ocupaba demasiado tiempo y leer siempre lo hago con placer.
Donna angelica vs. Donna diavola es tu primera obra publicada en solitario, aunque
anteriormente ya has publicado relatos en diversas antologías. ¿Qué ha supuesto
para ti tener por fin tu propio libro?
Pues ver cumplido un sueño que todos los escritores perseguimos.
Además, yo tenía verdaderas ganas de que la gente conociese cuentos y relatos,
que no se leen tantos.
©Elena Montagud