Título: La flor y nata
Autora: Mamen Sánchez
Publica: Espasa
Páginas: 317
Precio: 19,90 € / 12,99 €
¿Eres una fan de las revistas del
corazón? ¿Te gustaría saber cómo es el trabajo de una periodista en una
publicación de este tipo? ¿Echas de menos aquellos tiempos en los que las
revistas solo hablaban de lo más granado de la sociedad? Si has contestado que
sí a todas estas preguntas, no puedes perderte esta reseña sobre La flor y nata, la nueva novela de Mamen
Sánchez.
Principios de los años
90. La protagonista de esta novela, una joven periodista que acaba de terminar
sus estudios y comienza a trabajar en la prestigiosa revista del corazón de su
familia, conoce en una de sus primeras misiones periodísticas importantes a Cara
Noland, una italiana emparentada con la nobleza británica gracias al
matrimonio. A pesar de la diferencia de edad entre ambas, periodista y dama de
la alta sociedad pronto emprenderán una amistad afianzada por medio de la
correspondencia escrita. Cuando el marido de Cara muere, todas las propiedades
pasan a Nelson, su único hijo. Más interesado por las aves y sus estudios en
zoología, el joven Noland se ve en la tesitura de contraer matrimonio con
Teresa Trotti, una joven heredera italiana famosa por sus conquistas, con el
fin de poder seguir manteniendo sus propiedades. Por supuesto, ambos dicen
estar muy enamorados. Y todo el mundo les cree. Pero, ¿qué pasará cuando
nuestra joven periodista conozca a Nelson y sea la encargada del reportaje
fotográfico de la pedida de mano para la revista de su padre y más tarde, de la
lujosa boda?
El mundo de los famosos
ha cambiado mucho en los últimos años. Si bien hoy en día cualquiera puede
tener su espacio en las revistas del corazón solo por el hecho de aparecer en
la tele y protagonizar algún tipo de escándalo, hubo un tiempo en que solo los
más ricos y nobles podían hacerlo. La
flor y nata nos transporta justamente al final de esa época, a principios
de los 90, para hacernos conocer el glamour, la beautiful people y los lugares
más exclusivos de la vieja Europa en compañía de la protagonista, una
joven de la que nunca sabremos su nombre.
Con una narración del
estilo de las novelas biográficas, La
flor y nata nos da a conocer las vivencias de esta veinteañera que se abre
paso en el mundo laboral, sino también a la entrañable familia de nuestra
periodista, así como la cotidianidad de aquellos tiempos. Una cotidianidad en
la que se hacía gran uso del teléfono fijo, se veían películas en vhs, se
usaban los primeros teléfonos móviles (verdaderos ladrillos) y los primeros
ordenadores portátiles, y la gente se comunicaba mucho a través del correo
postal.
En esta época
ocurrieron varios sucesos importantes a nivel social, tanto en el mundo como en
nuestro país. La autora prefiere, no obstante, fijarse en las noticias de fuera
de España y le dedica especial atención tanto a los personajes de Lady Di y
Jacqueline Kennedy Onassis, si bien también hace mención a los Juegos Olímpicos
de Barcelona 1992.
Con respecto a la
historia de amor que se encierra en estas páginas, he de decir que es del todo
inocente, muy propia de la comedia romántica para todos los públicos que esta
novela es. Así, aunque los protagonistas se encuentren rodeados de cierto halo
de picardía (sobre todo por parte de algunos personajes secundarios), tanto la
periodista como su noble inglés son jóvenes sin ningún tipo de malicia que se
atraen por su gusto común por las aves, en especial por las extrañas barnaclas
cariblancas. La aparición de estas aves en la obra quiere decirle algo más al
lector, ya que representa algo importante para la periodista. Por supuesto, no
puedo decirlo aquí, pues le quitaría toda la gracia a la lectura.
La
flor y nata, en definitiva, es una comedia
romántica de la que yo destacaría, especialmente, el contexto histórico y
social en el que se enmarca, por el detalle con el que la autora nos habla de
aquella época, de los acontecimientos que tuvieron lugar en esos años a nivel
social, de los usos y costumbres, las películas, etc. Una novela para los
amantes del glamour, de las noticias del corazón, de las historias de amor con
tintes nostálgicos y, por supuesto, de los que ansiáis grandes finales felices.
Dicho esto, ¡no dejes que esta historia emprenda el vuelo sin ti!
Cristina Monteoliva