La fantasía está en un
género en auge. No hay más que echarle un vistazo a las redes sociales para
comprobar que cada vez más adolescentes y jóvenes adultos se adentran en los
mundos fantásticos de los libros de los autores extranjeros de moda. Pero, ¿qué
pasa con los libros escritos en nuestro país? Son muchos, aunque no parezcan
ser tan populares. Ojalá eso cambie. Desde La Orilla de las Letras vamos a poner
nuestro granito de arena recomendando hoy El
faro de las almas, la original novela de Júlia Diez.
Imaginad
que las ciudades del mundo estuvieran custodiadas por unas llaves mágicas. Esas
llaves serían cruciales para defenderlas de aquellos que pretendieran hacerse
con las almas de las personas, unas brujas temibles. En este libro, primero de
la saga de Las ciudades negras,
conoceremos a las personas que guardan las llaves, así como a las malvadas
brujas que ambicionan hacerse con las almas de toda la humanidad.
En
un mundo en el que las almas de los hombres pueden ser quitadas, dominadas o
mandadas al limbo por unas brujas llamadas máximas, son cruciales las llaves
que custodian las ciudades. Estas llaves son precisamente guardadas por los
custodios, y los custodios son tutelados por seres capaces de transformarse en
animales: los taumaturgos.
Todo
empieza con las custodias Miranda, Aoife y su padre, Niall, enseguida
transformado en gato. Las máximas han puesto sus ojos en sus llaves, especialmente
en la que custodia Aoife, pues es la del faro de las almas, la más importante
de todas. La máxima más importante y la que parece la más ambiciosa es Viktoria.
¿Conseguirá hacerse con las llaves de todas las ciudades del mundo? De seguro
que los custodios no se lo van a poner fácil.
Si
bien esta historia nos muestra la clásica lucha (la que tanto nos gusta) de la
luz contra la oscuridad, lo que más interesante me ha parecido es la que hay
dentro de la facción oscura. Así, en El
faro de las almas no solo nos encontraremos con una bruja malvada,
Viktoria, sino también con otra que quiere arrebatarle el puesto, Alea.
De
entre todos los personajes de esta novela coral, destacan especialmente los
femeninos ya mencionados: las valientes hermanas Miranda y Aoife, y las
malvadas brujas Viktoria y Alea.
Volviendo
al tema de los personajes que vamos a encontrar en este libro, podemos decir
que son bien variados, tanto en el bando bueno como en el malo. Se agradece que
la autora haya añadido un apartado final de Dramatis
personae para que no nos perdamos. En él, además, encontraremos la
definición de varios términos importantes.
La
acción transcurre en varias ciudades a las que los custodios llegan a través de
portales espaciales. Existen otros elementos mágicos interesantes que iremos
conociendo a lo largo de la historia. No adelanto nada, mejor que los
descubráis vosotros mismos durante la lectura del libro.
Otro
punto a favor de esta novela son las ilustraciones de Héctor R. Asperilla.
Evidentemente, corresponden a momentos de la trama. Su estilo gótico, con tonos
oscuros, me ha parecido de lo más apropiado.
El faro de las almas,
en definitiva, es una estupenda novela de fantasía en la que no solo nos
encontramos la eterna lucha entre el bien y el mal, sino también otra dentro
del mismo lado oscuro. Una obra muy recomendable para jóvenes y no tanto. Y tú,
¿te atreverás a proteger las almas con los custodios?
Cristina Monteoliva