Título: Los sempiternos
Autor: Ginés S. Cutillas
Publica: Editorial Base
Páginas: 112
Precio: 13,90 €
La vida se le antoja demasiado corta al
ser humano, de ahí que desde tiempos inmemorables el hombre haya buscado
siempre la forma de perdurar. Se me ocurre que la eternidad podría estar bien,
en ciertos sentidos; aunque creo que resultaría un tanto ardua, trabajosa, en
muchos otros. En todo caso, la eternidad es un buen tema literario, tal y como
demuestra Los sempiternos, el libro
de Ginés S. Cutillas del que hoy os vengo a hablar.
Barcelona,
probablemente, en el siglo XXI. Un misterioso hombre vestido de blanco le
brinda la posibilidad a un moribundo de vivir un día más. Un tipo infiel no
sabe que su peor enemigo está más cerca de lo que piensa. Dos caballeros juegan
una partida de cartas eterna en un hotel. Un hombre descubre que de pronto su barrio
se ha visto invadido por marujas sesentonas. El paciente de un psiquiátrico le
confiesa a su médico lo que más le gusta hacer en el mundo. Un tipo descubre
que sus clones no paran de multiplicarse, y que el tiempo se repite una y otra
vez. Un asesino le enseña a su sucesor cómo cometer un terrible crimen. Cuatro
hermanos sabotean de forma sistemática la empresa que les hace la competencia. La
anarquía hace que en otra empresa todo acabe de forma muy sangrienta. El
destino no está solo, sino que tiene un doble. Un escritor narra el febril
proceso creativo que le ha llevado a escribir su obra: este libro en concreto.
Los sempiternos
parece, a simple vista, un libro de relatos de corte fantástico y fina ironía en
el que el primero, de título Muerte
supone el Prólogo de la obra mientras que el último de ellos, Sexo, el Epílogo. Si el lector abre el
libro al azar y decide leer un relato de forma individual, seguirá creyendo que
se trata de un simple libro de relatos. La primera clave para descubrir que
este volumen es algo más que un compendio de cuentos la encontramos
precisamente en el hecho de que tenga un prólogo y un epílogo, algo más propio
de una novela. Si comenzamos a leer, además, nos daremos cuenta de que todas
las historias ocurren en Barcelona, que siempre aparece por alguna parte un
tipo vestido de blanco y que, además, los protagonistas de unas historias
acaban siendo nombrados, de alguna manera, en alguna otra. Ya que Los
sempiternos va un poco más allá de lo que consideraríamos un libro de relatos
en el que, como suele ser cada vez más habitual hoy en día, existe una temática
común, bajo mi punto de vista deberíamos considerarla una novela disruptiva en
la que cada relato, o capítulo, como decía antes, puede leerse de forma
individual, si se desea.
Pide
el autor, sin embargo, que aunque el lector puede leer los relatos del grueso
del libro en el orden que desee, por favor lea primero el Prólogo, Muerte, y por último, el Epílogo, Sexo. Yo pediría, además, a los que
vayáis a leer este libro, que si podéis, sigáis en orden estricto de los relatos,
pues creo que es la forma más lógica de hacerlo si de verdad se quiere
encontrar el verdadero sentido de esta obra.
Los
relatos vienen titulados, todos ellos, por una simple palabra. Temas
universales, cuestiones sobre las que el ser humano lleva discutiendo desde el
principio de los tiempos, y que en este libro dan mucho de sí: Muerte, Mentira, Sueño, Paranoia, Caos, Tiempo, Amor, Estupidez, Ambición,
Destino y Sexo.
Me
ha resultado curioso que todos los relatos estén escritos en primera persona
del singular, desde un punto de vista masculino. Así, el que nos habla es
siempre el protagonista de la acción, o un testigo muy cercano al protagonista.
Otra
particularidad de esta obra es encontrar al final de la misma, como epílogo, un
relato que, como ya he indicado anteriormente, nos habla del proceso creativo
del escritor, desvelando muchos puntos interesantes de la psique del mismo. Después
de leerlo, creo que los que quieran entrevistar a Ginés S. Cutillas lo tendrán
un poquito más difícil. Pero, bueno, ¿quién no se atreve con un buen reto?
Los sempiternos,
en definitiva, es una obra bien estructurada, perfectamente montada,
inteligente e imaginativa que va a hacer las delicias tanto de los conocedores
de la obra anterior de Ginés S. Cutillas como de los amantes del cuento
fantástico no exento de humor. ¿Y qué tal si le echas un vistazo?
Cristina Monteoliva